XX: Upuaut

5K 474 18
                                    

—¿Te encuentras bien, hija? — cuestiona mi padre al yo salir de mi cuarto.

—No... — le contesto pasando por su lado sin tan siquiera mirarlo.

Sé que él no tiene la culpa de lo que sucedió, pero sigue a mi Anastasia. Este me sigue hasta el baño sin decir nada. Al cerrar la puerta observo como me mira preocupado.

—Lo lamento... — se disculpa el hombre de ojos verdes claros al ver mis heridas. —Si fuéramos padres normales no te pasaría esto, ¿no? — pregunta este mirando el suelo, aprieto mi mandíbula para no escupir mi veneno sobre lo que pienso.

—Un licántropo nunca deja atrás a otro, se protegen ante la injusticia. — le contesto con una de las leyes que decía mi bisabuela. —Creo que eso contesta tu pregunta.

Cierra la puerta de un cantazo, me empiezo a bañar. Escucho como suben unas pisadas, por lo cual cierro la llave. Siento el olor de mi madre gracias a que la brisa da hacia el baño.

—Solo quería que sacara a su loba... — escucho como solloza mi madre. —A veces creo que de verdad soy la peor madre del mundo.

—No estás sola en esto amor. — le contesta mi padre, apuesto que abrazándola. —La hubiésemos perdido si no aceptábamos que tomara las clases aquí.

Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas. Todos íbamos a perder algo, por mí me entregaría pero no sé lo que va a suceder con mi familia. Aguanto un chillido... Salgo de la tina y me seco. Curo mis heridas sin mucho esfuerzo gracias a la práctica. Sí, he practicado a escondidas solo... para... ni yo misma lo sé.

—Gracias a tu familia, Anastasia para ser especifico. — escucho como mi padre comenta con tono de burla.

—¿Mi familia? Si no muy mal me recuerdo, tu madre queda prima hermana de Anastasia. Así que es de ambas partes. — le contesta mi madre en su cuarto.

Sonrió al oír como ambos tienen su boba discusión. Nunca se mantendrán tranquilos con ese tema. Mis dos bisabuelas, de parte de madre y padre, son hermanas. Solo conocí a mi bisabuela maternal. Mis abuelos de ambas partes... murieron de cáncer por la fuerte radiación que tomaron durante las guerras.

Una de las muertes que no fueron de cáncer fue la de mi abuela de parte de padre. Tras la muerte de su tía, Atanasia, desapareció. Sino ella seria ahora la alfa, ya que era una luna. Que ironía ninguno de los hijos de Atanasia heredo esos genes pero si su sobrina.

—Iris, por favor avanza. Tengo que bañarme y tengo que preparar las cosas para ir al sur. — manda Peter tocando la puerta con brusquedad.

Me visto y abro la puerta para mirarlo con seriedad. Este me mira con los ojos grandes y traga. Mis padres se acercan para saber lo que sucede.

—No iras. — le contradigo con autoridad dejando a todos los presentes asombrados. —Iré a hacer otras cosas en el sur, además de validar la matricula. Es peligroso para un adolecente como tú. — miro a mis padres con decisión. —No quiero que me aten en el sur. Debo... — cierro mis ojos. —No, tengo que hacer unas cosas y no quiero que se entrometan en eso.

Sin esperar contestación de ellos voy hacia mi cuarto para preparar mi pequeña maleta de un día. No puedo dejar a un lado la muerte de Sahara, no sé si mandaran su cuerpo o si le avisaran que ha muerto. Peor no puedo permitir que no sepan la verdad. No permitiré que este mundo siga construyéndose como va. No dejare que queden atrás o que la injusticia brille en su familia.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora