X: Híbrido

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Mi madre gruñe dando un mandato a sus estudiantes la cual responde asintiendo y se van corriendo alejándose de la escuela. ¿Qué esta pasando? Frunzo mi ceño al volver a escuchar ese horrible sonido que emiten esas cosas, son muchos y no emiten una energía buena.

Killa ayuda a Max que trata de levantarse pero este le gruñe negando su ayuda haciendo que esta pegue sus orejas a su cabeza triste, "sigue siendo un animal", pienso girando mis ojos. Miro a mi madre que está observando de donde provienen los aullidos, asombrada. Sus orejas se ponen alertas al escuchar aullidos de licántropo y sus ojos cambian de unos asombrados a otros seguros y determinados. Me gruñe un poco y me mira de una forma que conozco desde que soy niña.

—No, no me iré. — contesto negando varias veces logrando que me gruñe con autoridad. Miro el suelo en forma de respeto, aguantando el rencor hacia este mundo. —Haz lo que quieras. — comento ante de girarme sin mirar a mi madre.

Camino con las manos cerradas en puños, tal vez no vuelva a ver a mis padres y a mis hermanos en unos días. Eso en parte por la cual odio este mundo, los licántropos no pueden trabajar en el mundo humano ya que su vida de lobo les toma casi todo el tiempo que tienen. Se les va la vida en seguir las leyes de los licántropos, seguir mandatados, proteger el terreno, hacer misiones y entre otras cosas. Siempre mi madre dice que es una responsabilidad honorable pero yo lo veo como un estorbo. Tienen que alejarse de su familia... Aunque los licántropos que tienen cachorros los dejan con las niñeras de la manda. En mi caso me dejaban sola en mi hogar ya que estoy maldita por la Luna.

Me encamino hacia el Jeep observando como los licántropos en forma de lobo y humana se preparan para algo. Se me pone la piel de gallina al ver como las madres se convierte en lobas tomando a los niños por sus camisas llevándoselos a lo que sería una base secreta de la manda. Subo al vehículo vino y sigo mi camino hacia casa. El cielo de la tarde se empieza a oscurecer de una forma que no es normal haciendo que me concentre en él. Cuando vuelvo a concentrarme en la carretera un hombre que se desmaya en el medio del camino.

—¡Dios! — grito frenando de repente haciendo que se resbale un poco el Jeep. Me bajo y camino hacia el hombre que ahora está tirado en el suelo. —Oye, ¿te encuentras bien? — cuestiono por lo cual al instante puse mis ojos en blanco. Observo como el hombre suda sin controlo y toca su pecho. —Rayos tal vez le está dando un ataque al cardiaco.

Acomodo al hombre en mi falda haciendo que el hombre grite y que yo note como arde mis manos. Es algo raro ver a un humano en estos terrenos tan profundos de las montañas... olfateo al hombre que apesta más que un vampiro. Este toma mi mano y abre sus ojos haciendo que vea lo que es... Ojos amarillos intensos, de un alfa, miran los cielos pidiendo a gritos que lo ayuden.

—Arde. — comenta con dolor. —¡Sácalo de mí! — exclama con fuerza arañando sus brazos en la cual se ven sus venas más oscuras que lo normal.

—Eres un híbrido... — susurro dejando al hombre en el suelo. —¿Quién te ha hecho esto? — cuestiono al ver que en su cuello tiene un tipo de dardo el cual al sacarlo hace que me arda las manos logrando que lo suelte. —Es veneno de un vampiro. — miro mis dedos que estan quemados, concentro mi energía en mis dedos curándome. Ahora estoy segura de que mi debilidad es el veneno de vampiro, lo mismo pasa cuando toco a Jafet.

Miro al hombre, según lo que he oído sobre los híbridos son licántropos que tienen la desfachatez de desear ser más fuertes. Toda su anatomía cambia siendo lobos más grandes, con colmillos más pronunciados, mejora su olfato y su audición haciéndolo un depredador monstruoso. Lo que no saben es que pierden el conocimiento total cuando la Luna emite una energía que hace más fuertes a las lunas o alfas que tengan su sangre. Se convierten en animales que solo quieren sangre y la obtienen. Con tan solo un mordisco de ellos un licántropo puede morir en unos minutos, solo imaginarme lo que podría hacerle a un humano normal me da miedo.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora