Todos los presentes se pusieron en guardia, tal y como tuvimos nuestro duelo hace unos meses. Sus ojos me miran algo molesto y yo no me quedo atrás. Mi pecho arde de furia y tristeza, alguien que creí que era mi amigo...
—La quieren viva o muerta. — comenta un lobo a punto de correr hacia donde mí, pero un solo gruñido de Max hace que se detenga.
—Iris... — Max dice mi nombre con dolor y seriedad.
Cierra los ojos luchando con el mismo, para luego abrirlos con lágrimas y furia. El lobo gris con ojos azules gruñe y corre hacia donde mí. Aunque sea algo que ambos no queremos, lo estamos haciendo.
Mi energía se concentra en mis manos dejándose ver, esperando su ataque. Este salta hacia mí con su hocico abierto, lo siento Max. Tomo su hocico con mis propias manos y disloco su quejada. Escucho como chilla del dolor y lo dejo caer sobre el suelo.
—No quiero hacer más esto. — susurro mirando a los demás lobos que están perplejos.
—Te voy a... — gruñe Max y se lanza nuevamente sobre mí.
Lo detengo otra vez con mis manos, pero esta vez le acomodo la quijada en un segundo. Concentrando mi energía haciendo que la dislocación se recupere. Los demás lobos se preparan para atacar.
—Iris, lo más importante es salir aquí con vida. — me recuerda Luz preocupada por mí. —No es el momento de luchar.
Aunque no quiero correr... Muerdo mis labios con enojo.
—Corre. — dice Max en el suelo. —Solo, corre.
Sigo mordiendo mis labios hasta saborear mi propia sangre. Al girarme saco una honda de mi energía logrando que los lobos se echen al suelo y me dé tiempo de correr. Paso entre las malezas, buscando a Marco, aunque no sé qué tengo que buscar en realidad.
—¡Marco! — grito su nombre al ver que me estoy acercando al valle.
Noto como los lobos, menos Max, están cerca de mí. Rayos, son más rápidos que los de la última vez.
—Creo que hay un acantilado más adelante. — advierte Luz.
Acelero mi paso como nunca antes lo había hecho. Solo espero que Marco salga de ahí y me salve. Me acerco cada vez más hacia donde se encuentra el acantilado.
—¡Vamos a morir! — grita Luz.
Tiene toda la razón, si no muero por los lobos, muero saltando por el acantilado. Salto por el acantilado, deseando que pueda llegar al otro lado que hay tierra firme y segura. Cierro mis ojos, ya son tantas veces que he creído que voy a morir.
Siento como caigo por el acantilado, pero de momento siento una piel dura y escamosa. El viento me da fuerte en el rostro. Abro mis ojos y estoy encima de un dragón, veo como nos acercamos cada vez más al cielo. Mi corazón late tan fuerte de la adrenalina.
—Agárrate bien, vamos a bajar. — me notifica Marco, agarro lo que sea.
Diviso como hay un dragón plateado abajo, enfrentándose a los lobos.
—¿Eléctrica? — pregunto sin poder creerlo.
Estos la rodean, a lo que la dragona da vueltas y los aleja con su cola. No es una dragona musculosa, al contrario, es elegante. Esta empieza a escupir electricidad de su hocico. Marco se acerca a ella y escupe fuego con un poco de electricidad desde el cielo, es como ver en acción un volcán erupcionando. Logran separar a los lobos con facilidad. Los licántropos miran con atención la situación, Max se va al frente.
—No permitiré que le hagan daño. — hago que salga del suelo un muro de tierra y roca, es la primera vez que uso esto. Max me mira desde la tierra y da un ladrido.
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Alfa Iris: Buscando Mi Otra Mitad
WerewolfIris, una joven nacida en la manada central lucha por tener una vida normal. Ya que ha sufrido desde su niñez por tener una familia de licántropos que es devota a la Luna y posee una energía peligrosa para ellos. Pero el destino le tiene algo difere...