XXXI: Responsabilidad

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Abro mis ojos poco a poco, pero al ver la altura en que voy me da nauseas. Vuelvo a cerrar mis ojos pero el viento en mi rostro no me ayuda. Trago la cosa asquerosa que siento en mi garganta y trato de pensar algo bonito.

—No puedo creer que la otra mitad de Arco sea una cobarde. — comenta Luz dentro de mi blusa.

—¡No soy cobarde, solo... odio estar en los aires! — grito defendiéndome. —Mi lugar es estar en tierra firme.

—Después de todo es Iris. — comenta Sky satisfecho por lo que he dicho.

—Oh vamos mira el hermoso paisaje, esta amaneciendo. Además veras tus tierras, tienes que experimentar otras cosas. — dice Luz tratando de convencerme de abrir mis ojos. —¡Supera tus miedos! Eres una gran representante de todo lo que ves. La otra mitad de Arco, el lobo que no le teme a nada y domina toda la tierra.

Abro con miedo mis ojos y lo primero que siento como el frio congela un poco mis ojos haciendo que los achine. Pero todo se va cuando veo el sol saliendo, estrellas todavía en el cielo y la luna ocultándose. Mis cachetas me empiezan a picar por el frio de la madrugada, pero se siente exquisito.

—Es hermoso. — describo mirando los grandes bosques que pasamos por encima.

—Sube. — manda Sky con cariño y haciendo una seña que suba a su lomo.

—No. — le contesto rápido, estamos en el aire volando y quiere que haga maromas para llegar a su lomo.

—No seas miedosa, Iris. ¡Sky te ayudara! — grita la luciérnaga, ya me está cayendo pesada. —¿De verdad eres tan miedosa?

Me muevo agarrándome de las fuertes patas del grifo y trato de subir. Odio que me digan cosas que no pueda hacer. Aunque muera, le voy a demostrar que puedo hacer todo lo que me proponga a esta maldita luciérnaga.

—Cuidado. — se queja Sky al yo arrancarle varias de sus plumas plateadas.

—Lo siento. — me disculpo poniendo cara de dolor, este trata de ayudarme. —Puedo hacerlo sola.

Me agarro de su cuello y Sky hace un sonido de dolor. Estoy casi, solo... se me hace difícil mover mis piernas. Varios minutos pasan pero logro hacerlo y rio orgullosa de mi misma.

—Casi morimos, pero lo lograste. — comenta Luz haciendo que arrugue mi frente, de verdad no la soporto.

—¿Por qué no te callas? — pregunto con actitud.

—A mí no me mandes a... —

—Hemos llegado. — interrumpe Sky.

Sky planea sobre los picos de la muerte. Observo todo lo que subí junto al grupo de híbridos, Max y Jafet para encontrar este lugar. El grifo cae en picada haciendo que me agarre de su cuello como si fuera mi vida. De un segundo a otro estamos en tierra firme, aunque siento que en cualquier momento voy a vomitar.

—Sky, ¿ha pasado algo? — cuestiona una bruja saliendo de las sombras. —Oh, así que de verdad eres Iris. — comenta la misma.

—Sky, hijo mío. — se acerca el grifo que me atendió en la biblioteca cuando vine.

Ambos grifos se acercan y se saludan con cariño. Las otras brujas salen y el dragón aterriza cerca de nosotros. Me quedo parada en el mismo sitio sin decir nada, de forma incomoda.

—¿Por qué estamos aquí? — cuestiono sin entender. —Apuesto que mis padres estarán preocupados.

—Iris, creo que lo mejor es que no vuelvas. — aconseja Sky dejándome confundida.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora