XXV: Graduación

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-Iris, levántate, ya es hora. - escucho como mi madre entra a mi cuarto, lo cual le respondo con un gruñido.

Ayer tuve mi última misión de castigo, por lo que sucedió en el sur tuve que hacer misiones de más y mi grupo también fue castigado. No les he dicho la verdad que sucedió en el sur a Jafet, a Max, a mi familia y menos a la alfa central. No quiero que nadie sepa que la manada de Sahara sigue existiendo, no quiero que les hagan daño.

Siro me hizo prometerle que no me involucrare más en las situaciones de su nación, quiere protegerme a toda costa. Aunque deseo hacerlo... pero tiene razón en que tengo una vida y mis problemas por acá.

-¿Qué, no quieres graduarte? - pregunta mi madre quitando la almohada de mi cabeza. Mis ojos se abren al escuchar su pregunta. Cierto, ya han pasado meses de estas situaciones. Seré una joven graduada, la primera de la manada central que ira a la universidad a seguir su vida. Algo fuera de lo común para los licántropos...

-¡Si me quiero graduar! - grito de emoción dando un gran salto, cayendo sobre mis dos piernas en la cama.

-Iris, no saltes sobre la cama. - se queja mi madre sonriendo y con lágrimas en sus ojos. -Ya estás tan grande. Todavía recuerdo cuando te tenía en mis brazos y cuando hacías popo...

Giro mis ojos mientras sigo escuchando como habla mientras voy al baño a darme un buen baño de agua fría. Estoy nerviosa, pero siento en mis venas la adrenalina de graduarme. Lo he logrado... sonrió para mí misma.

Paso mis manos por las mangas largas de mi traje blanco. Este contiene dos mangas largas que solo lo decora un conjunto de flores, cubre mis hombros y hace que se defina las curvas de mi cuerpo, pero es un poco corto para mi gusto.

Camino hacia mi cuarto encontrándome con mi madre secando sus mocos y lágrimas.

-Lo siento, creo que tener el periodo en estos días me pone muy sentimental. - se disculpa mi madre con ojos rojos resaltando su color verde olivo. -Siéntate, te hare el cabello. Asiento y me siento en la silla. Al mirarme en el espejo noto como he cambiado en estos ultimo meses. Mi cabello está muy largo y lo decora mechones rojizos y rubios, mis ojos coloridos ya no se pueden ocultar tanto como antes.

-El collar que tienes en la ventana es muy lindo. - comenta mi madre haciendo que lo observo a través del espejo. -A veces pienso que estas enamorada de él. - miro de forma rara de mi madre haciendo que sonría nerviosa. -O simplemente es tu amuleto de la suerte, siempre lo llevas en las misiones.

-Tal vez lo sea. - susurro para luego mirarla a los ojos. -Lo encontré en unas cajas viejas que tengo en el armario.

Mentirosa, me digo a mi misma. Me mantengo sin ninguna expresión tras mentirle a mi madre. Sin darle un indicio de que le he mentido me sigue peinando con cariño.

-¿No has visto libro raro en esas cajas viejas? - cuestiona.

Ya sé por dónde vienes, madre. Apuesto que Anastasia la ha convencido para que me haga un interrogatorio. No me deja tranquila la muy odiosa, ni en mi día de graduación. Suspiro y niego lentamente.

-Además de los de física, calculo y otros de mi escuela... no. - le contesto seria. -Tampoco he visto nada raro en las otras naciones que he visitado. - observo como esta abre su boca para hablar pero la interrumpo. -Me refiero que no he visto nadie rompiendo las leyes de ustedes. Espero que tus dudad hayan sido aclaradas, madre.

Me he hecho una experta mintiendo y me siento mal por eso. Pero no meteré a nadie en problemas por unas estúpidas leyes. Mis ojos se vuelven fríos hacia mi madre y ella lo nota.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora