XII: Un equipo inesperado

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—Mantente escondida por nada del mundo salgas, Iris. — dice la señora mayor de ojos azules para luego salir de la choza y encontrarse con su loba que la espera.

—Mía... — llamo a la loba blanca que se convierte junto a mi bisabuela en una sola alma. —Mamá, tengo miedo. — expreso temblando al ver como se convierte en una loba grande.

—Mantente adentro, Iris. — manda con autoridad lo que ahora es una loba blanca como la nieve y poderosa, la luna más poderosa de la historia. —Ya es hora... que este vejestorio vuelva a luchar.

Se escucha como un aullido poderoso llama a mi bisabuela. Trago cerrando la puerta...

—No tengo que salir, no tengo que salir— me decía varias veces esperando que mi alfa volviera pero... mi memoria salta a una imagen en mis recuerdos.

En vez de encontrar a una loba blanca encontré una roja manchada en su propia sangre con ojos mirando a la nada. Mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar nuevamente en mi mente los aullidos y gruñidos, cierro mis ojos y me llegan las imágenes que vi cuando me escondí debajo de un tronco como dijo mi bisabuela. Veo unos dientes afilados que quieren pasar mi piel y un aullido...

Me levanto completamente mojada de sudor al escuchar un aullido tenebroso de un híbrido. Me quedo congelada unos minutos asemejando que los híbridos han tomado territorio a una velocidad sorprendente. Abrazo mis rodillas moviéndome hacia al frente y hacia atrás. ¿Ahora que hare? Sola, en mi hogar...

—Rayos, eso sí que fue rápido— escucho como dice alguien a mi lado haciendo que me suba un escalofrió por mi espalda, me giro lentamente encontrándome con Jafet sentado en la cama de mis padres.

—¿Tu... dormiste aquí? — cuestiono en un susurro por lo cual el mitad vampiro responde asintiendo atento a lo que escucha afuera. —Mis padres me van a matar...

—Se estan acercando rápido. — comenta el chico de ojos casi violetas levantándose de la cama.

—No me importan si estan cerca, pensaran que me acosté con un vampiro en su propia cama. — comento algo enojada y estresada.

—Bueno... — Jafet sonríe con poca malicia, tomo una lámpara que está cerca amenazante. —Me refería a los híbridos, además el olor... se puede ir con esto que encontré en tu cuarto.

Observo como el mitad vampiro saca un frasco familiar. Ahora me arrepiento de haber hecho otra vez ese experimento.

—¡No! — grito para luego tapar mi boca, Jafet me mira con los ojos muy abiertos.

—Cámbiate, tenemos que irnos lo más pronto posible. — manda el mitad vampiro pasando a mi lado con apuro alejando el frasco. —Y es rápido. — comenta antes de salir del cuarto.

Trago y corro hacia mi cuarto para cambiarme. El olor de Jafet se siente en el aire, muerdo mi mejilla interna al recordar que también su olor será igual de intenso en el cuarto de mis padres. Al cambiarme escucho como algo cae al suelo de madera, bajo mi mirada encontrándome con el collar. Me doblo y lo tomo nuevamente hipnotizada con su belleza, por alguna razón brilla más que la noche anterior.

—Iris... — escucho como abren la puerta para luego cerrarla. —Rayos, perdón, no quería... — frunzo mi ceño sin entender.

Siento como me da frío en el pecho dándome cuenta que me ha encontrado con solo brasiel. Me tapo rápido al ver que ha visto mi abdomen que no está en forma y los pequeños rodillos que tienen mis caderas, además que vio parte de mi pecho. Corro rápido hacia mi armario y me cambio.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora