XXXVII: Primer día en la naturaleza

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Rápido me escondo de mi reflejo, me preparo mentalmente para verme de nuevo. Poco a poco asomo mi cabeza. Lo primero que veo es mi oreja derecha por uno segundos, ya al verme y del miedo de siento se me echan para atrás las orejas. Al quererme verme otra vez se levantan ambas, la izquierda está algo doblada y la otra esta normal. Sigo acercándome al agua para verme mejo y si... me encuentro con un lobo.

—Wau. — escucho como dice Luz y observa como vuela alrededor mío.

Siento como el suelo empieza a temblar, por los pasos de Marco que sigue siendo un dragón.

—Es... Una cachorra. — expresa este sorprendido, acerca su súper mega enorme cabeza a mí para verme mejor.

Me vuelvo a mirar, si es correcto soy una cachorra.

—Por lo significa que los espíritus de los animales apoyan por completo que se acerque así a Arco. — explica mi amada bisabuela. Los veo tan altos y más a Marco. —Faustina hizo todo lo posible también.

—Son grandes. — digo ladrando y dando pasos hacia atrás. Miro a Luz y me empiezo a reír. —Menos tú Luz.

—Cállate si no quieres que te mate. — me amenaza enojada y volando a mi alrededor.

—Pero tú... — miro mal a mi bisabuela y escucho como le gruño. — Eres la peor bisabuela del mundo. — corro hacia ella y empiezo a morder su abrigo que le llega a su rodilla. —Me hablas, me duermes y me tiras en una tabla en el lago. En menos de un día de conocernos y verme. — siento como ella se dobla y me toma por los hombros.

Le gruño y trato de zafarme de ella, pero es inútil.

—Te pareces mucho a Arco, tienes los mismos colores que él, pero más vivos y.... pequeña. — me pone delante de su cara. —Tu bisabuela ayudo mucho para esto, en eso estoy más que segura. — le gruño y pongo mis patas en su pecho y trato de soltarme de su agarre. Esta toma mi pata y la observa —Vas a ser una loba grande. — comenta hablando consigo misma, mira mis garras. —Unas garras fuertes. — me levanta el labio —Dientes saludables y afilados.

Así me sigue examinando hasta llegar a mi cola. Por lo cual estoy de cabeza, de la nada mi cola se mueve apuesto que de los nervios. Escucho como todos ríen, haciendo que me ponga más nerviosa.

—Tienes todo el tiempo del mundo para decirle que eres Iris y que se sincronicen. Todo con tranquilidad Iris o saldrás muerta. — camina hacia fuera del escudo del lago de la vida, Marco y Luz la siguen. —Crecerás muy rápido, pero creo que todo está planeado por los espíritus faltas que tú lo hagas. — me deja en el suelo y miro a todos.

—¿Por qué me dejan afuera? —les pregunto y muevo mi cabeza hacia un lado.

—Es hora que lo busques Iris. — me responde Luz haciendo que la mire asustada. —Pero me tienes a mí. — se posa en mi hocico. Miro detrás de mí y veo un mundo grande.

—No, no quiero ir. — digo, camino hacia Marco y mi bisabuela, pero choco con el escudo.

—Iris tienes que saber que haya afuera es sobrevivir. No porque eres diferente la naturaleza va hacer suave contigo. — saca su mano, me acaricia y siento como me pincha la oreja. —Esto es para saber que eres tú si vienes, ahora ve. — niego con mi cabeza y me paro en dos patas contra el escudo.

Mi vieja alza sus manos y veo cómo sale una energía de ellos. Siento como pierdo la visión y alguien me toma por el cuello.

—Llévala lejos. — escucho como dice mi gran bisabuela.

—Suéltame. — mando, pero el que me tomo por el cuello me ignora y me lleva consigo.

—Tranquila Iris, creo que nos acerca más a Arco. — me dice Luz.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora