Me dan un puño en el estómago. Mierda, todo esto por tomar en cuenta los consejos de mis padres y hermanos. Rechace tomar clases para sacar a "mi loba" en el sur, ya que cuando me gradué voy a estar tiempo demás ahí. Ya saben cosas de padres de que no quieren que sus hijos dejen el nido.
—Vamos sácalo. — manda mi maestra gruñéndome dándome otro puño.
Escupo sangre, respiro con dificultad y niego logrando que la misma caiga al suelo derrotada. Observo el salón en el que estamos y creo que sigue intacto desde hace siglos. Hay cadenas de plata, instrumento para tortura y otras cosas. La sala es oscura, solo la mayoría de luz entra por la ventana que esta sobre me cabeza.
—Tres días. — susurro dándome cuanta que no hemos descansado en tres días.
Todas las alfas estan encantado con el grupo de Max, Jafet y yo. Es lo mejor que han hecho en siglos, somos el grupo más eficiente dentro de las cinco naciones. Pero dentro de todo lo bueno hay algo malo y son los entrenamientos para sacar a mi "lobo".
Para sacar a tu lobo tienes que estar enojado y literalmente hervir tu piel. Logro hasta el punto de enojarme, pero... mi energía sale sin control. Y lo peor que es no puedo demostrarla, no puedo enseñar mi energía a nadie, incluyendo a mi maestra. Así que tome la decisión de no hervir, como ellos dicen.
—Ya puedes bajarme. — sugiero moviéndome para zafarme de las cadenas que atan mis manos.
Paso mi lengua por mis labios saboreando mi propia sangre. Su cabello castaño, ojos verdes agua marina y piel tostada delatan que proviene del sur. Esta se levanta y de un solo movimiento hace que caiga el suelo, cansada.
—Necesito que practiques Iris. — aconseja la mujer de ojos amarillos.
Observo en sus ojos que está preocupada por mi salud. Además he notado que cada vez que me golpea últimamente le duele a ella más que a mí. Noto como el suelo eta decorado con mi propia sangre tras el día de ayer.
—Apuesto que te vienen memorias de cuando era niña. — me había dicho la alfa central antes de entrar a este lugar.
—Qué raro, no recuerdo nada de eso. — le contesto sonriente logrando que se enoje.
Ahora sí que recuerdo cuanto odiaba estas clases. Creo que ahora lo odio más que antes...
—¿Quieres que yo misma me golpee, Sahara? — cuestiono riendo y alzo mi cabeza para mirarla.
La considero mi amiga porque no la he matado por todo lo que me ha hecho en estos tres días. Quien diría... al principio ninguna cruzábamos palabra alguna. Pero al estar ella y yo solas parece que era inevitable que no sacáramos tema alguno o nos conociéramos mejor.
—No sé cómo puedes ríe en una situación así. — contesta está riendo un poco y negando. —Pero si no quieres seguir con la tortura, es mejor que saques a tu loba.
Me siento cálida al ver que de verdad está preocupada por. Hago una mueca por tal obvio hecho de que no tengo lo que ella me pide. Escucho como unos fuertes pasos se acercan y las puertas de metal se abren. Apuesto que pueden aguantar una bomba atómica. Observo como se asoma el cuerpo de Anastasia logrando que ponga cara de que no la soporto.
—Sahara es hasta las 5 de la tarde las clases. — aclaro con autoridad la alfa central, aprieto mi mandíbula.
—Alfa central, creo que esto ya es suficiente. — aconseja Sahara preocupada por mi salud. —Lleva tres días sin comer o beber agua, además encadenada.
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Alfa Iris: Buscando Mi Otra Mitad
WerewolfIris, una joven nacida en la manada central lucha por tener una vida normal. Ya que ha sufrido desde su niñez por tener una familia de licántropos que es devota a la Luna y posee una energía peligrosa para ellos. Pero el destino le tiene algo difere...