Mis padres se adelantan hacia el valle, para la ceremonia de Killa. Me arreglo con de costumbre para ir a una misión. Mientras me pongo una venda en uno de mis brazos miro por la ventana de mi cuarto. Luna llena... Paso mis manos por el abrigo negro y me pongo la capucha del mismo. Desde niña mi bisabuela me enseño que su luz nunca tocara mi rostro u ojos.
Salgo de mi hogar y camino el extenso monte para llegar al valle. Por alguna razón veo más flores que antes en este lugar. Noto como varias huellas van hacia el valle. La brisa esta cálida, como que el verano ya vendrá dentro de poco. Flamboyanes empiezan a florecer ya que es su tiempo.
Al llegar observo como el valle está decorado por licántropos. Algunos acostados hablando, otros atentos a lo que sucede a su alrededor y cachorros jugando en él. Max es el primero en darme la bienvenida moviendo su cola a toda velocidad.
—Tanto tiempo, creí que no vendrías. — comenta divertido, suspiro algo nerviosa.
Desde que tengo la habilidad de escuchar los pensamientos de cualquier animal digamos que Max esta mas juguetón y me molesta más de lo normal. Mientras más miro el valle mi corazón empieza latir más rápido de lo normal. Muchas voces aparecen en mi cabeza, licántropos socializando.
—¿Los escuchas a todos? —pregunta Max atento a mí, por lo cual le asiento.
—Todavía no me acostumbro muy bien a esto.
Recuerdo como aprendí a escuchar a todos, incluyendo animales. Toda una aventura. Fue el día mi cumpleaños número diecisiete.
Todo empezó un sábado en la mañana, un día libre de clases y misiones. Era un excelente día para dormir y no hacer nada. Pero todo se daña cuando escucho como tocan la puerta con fuerza y llena de emoción.
Dejo que pasen unos minutos para que mis padres o hermanos atiendan a la persona que está dañando mí mañana, pero nadie lo atiende. Parece que estoy sola en mi hogar. Me levanto con mi santa calma y bajo los escalones. Abro la puerta y me encuentro con un Max sin camisa, lo miro seria y le cierro la puerta en la cara.
—Oh vamos Iris, abre la puerta. — manda el próximo alfa del norte, le contesto con solo un bostezo. —Tengo que decirte, es muy interesante.
—Primero que nada son las 7 de la mañana y es sábado, segundo me levantas y tercero vienes medio desnudo. — le contesto rascando mi cabeza y mis ojos. —Vuelve con algo decente y te dejare pasar. — bostezo nuevamente por el sueño.
Escucho como este da con su cabeza contra mi puerta suevamente.
—Préstame una camisa de Zack. — sugiere este, asiento aunque no vea.
Subo las escaleras y entro al cuarto de mi hermano mayor, tomo una camisa prestada. Me tengo en el pasillo dándome cuanta que le ha hecho caso a Max. Paso mi mano por mi rostro.
—Que tonta soy. — expreso y voy al baño a cepillar mis dientes.
Al estar decente bajo las escaleras, abro la puerta y se la tiro. Escucho como refunfuña mientras se la pone haciendo que yo sonría un poco.
—Ya. — notifica Max lleno de energía.
Abro la puerta encontrándome con unos ojos azules emocionados.
—Bienvenido. — comento y lo dejo pasar. —Bueno, ¿Qué quieres decirme? —tomo el camino hacia la cocina y empiezo a hacer el desayuno para los dos.
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Alfa Iris: Buscando Mi Otra Mitad
WerewolfIris, una joven nacida en la manada central lucha por tener una vida normal. Ya que ha sufrido desde su niñez por tener una familia de licántropos que es devota a la Luna y posee una energía peligrosa para ellos. Pero el destino le tiene algo difere...