XXXIII: Escapando de la manada

5K 535 61
                                    

Me levanto tras los grandes gritos de las personas que están al lado de mi cuarto. Ya entiendo por que la manada quiere estar alejada de los humanos. Puedo olfatear sus artefactos metálicos, pólvora y algunas drogas. Me tapo la nariz ya que me causa dolor de cabeza.

—Al fin te levantas, no puedo ni salir afuera por tantas personas fumando. — se queja Luz.

—Es una cuidad atestada por humanos... algo loca. — le contesto mirando mis ahorros que ahora es mucho menos.

—Tenemos que viajar por los bosques, es gratis. — aconseja la luciérnaga con dificultad de respiración.

Estos días hemos viajado por taxis o bus, claro que para eso necesito dinero. Y entre mas me alejo de mi pueblo mas caro sale viajar por esos transportes. Ya me queda casi nada...

—Luz, entiende que son lobos. No pueden controlar el mundo de los humanos como en los bosques. Es mejor hacer el viaje entre las ciudades. — le explico tomando el mapa que tenemos y lo analizo.

—Ay Iris, entiende que... — tocan la puerta interrumpiendo a Luz haciendo que ella refunfuñe, me levanto. —Tenemos que ir por el bosque, si seguimos así tardaremos semanas. — dice a toda velocidad, abro la puerta.

—Señorita ya han pasado 8 horas de su estadía. — dice un hombre estirando su mano para que le pague.

Me giro y busco el dinero. Con esto solo me queda para un viaje y si acaso. Al regresar noto como esta todo tranquilo afuera.

—Aquí tiene, perdone por el inconveniente, ahora me iré. — le notifico dándole el dinero, pero este me mira algo rato.

—No es bueno escaparse de su familia joven. No hay nada mejor que estar con ella. — comenta el hombre haciéndome entender lo que sucede.

—No cuando creen que eres una traidora y quieren encerrarte. — le contesto cerrando la puerta, pero el me detiene poniendo su pie en la puerta haciendo que me de cuenta que un joven con olor a beta me esta observando.

—Llamé un taxi, la llevara hacia un pueblo al lugar que quiera ir. — hace una mueca haciéndome entender que me quiere ayudar. —La espera abajo.

—Son de ese grupo que se creen la gran cosa. — escucho como dicen algunas personas.

Le asiento al hombre y cierro la puerta. Rápido me pongo a recoger las cosas, mientras maldigo en mente. No van a dejar tranquila.

—¿Nos encontraron? — pregunta Luz preocupada.

Alguien tira una pequeña piedra por la ventana. Me acerco con cuidado y noto como es el hombre que me quiere ayudar. Este me hace señas para que salga por ahí y no por la puerta.

—Si, nos han encontrado los malditos. — le confirmo abriendo la puerta.

Tomo la mochila, Luz se mete en el bolsillo de mi abrigo. Salgo por la ventana y miro hacia abajo. Miro hacia el cielo y trago al notar lo alto que estoy.

—Que bien estoy en el tercer piso. ¿Cómo bajare? — me pego más a la pared aguantándome del arco de la ventana.

—Hay una escalera de emergencia en la derecha niña, solo trata de llegar a él. —me dice el hombre y al mismo tiempo llega el taxi.

Miro a mi derecha y veo la escalera. Miro al hombre, si no fuera humano usaría mi energía para producir mis raíces y bajar. Niego alejando esa mala idea de mi cabeza.

—Salta con todas tus fuerzas Iris. — me dice Luz escondiéndose más en mi bolsillo.

—Uno dos y... — me balanceo varias veces para luego saltar con todas mis fuerzas. Llego a la escalera.

Alfa Iris: Buscando Mi Otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora