Capítulo 11

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Brooklyn POV

¿Por qué tuve que ser mujer? ¿Por qué Dios no quiso hacerme hombre? ¿Qué he hecho para estar sufriendo tanto? ¿Por qué el dolor se tenía que repetir una y otra vez?

Esas eran las preguntas que cada vez que estaba por tener mi periodo me hacía, sobre todo cuando los cólicos me dejaban tumbada en cama; si es que alcanzaba a llegar a ésta. Tenía unas ganas tremendas de meter mi mano dentro de mí y arrancar mi útero para que me dejara de doler.

Y como siempre los llantos de Kimmy me hicieron levantarme, agradecí a todos los ángeles por no haber despertado con la bandera de Japón dibujada en mis sábanas, de haber pasado eso me hubiera puesto a llorar como Kim.

Decir que estaba bipolar era un eufemismo, de primero quería llorar junto con Kim al ver que la razón de sus lloriqueos era que tenía una gran sorpresa para mí en su pañal, luego me puse a reír cuando ella por fin se quedó callada una vez que le cambié el pañal, y luego me enfadé cuando recibí un golpe con su sonaja en mi ojo derecho; sí, estaba bipolar.

"Te necesito urgente" —mandé en un mensaje a Tate, quizás ella me pueda traer un poco de helado. El tono de mi celular no tardó en sonar, era ella.

— ¿Todo bien?

— Cólicos —me limité a decir, ella sabía que mis cólicos no eran cualquier cosa, prácticamente sufría conmigo.

— Auch, ¿ya tomaste la pastilla para el dolor?

— Apenas lo haré, tengo que almorzar. Lo bueno que todo esto no me sucedió mientras trabajaba. ¿Vendrás?

— Eso quisiera nena pero mamá me ha llamado. Anoche ella y papá discutieron, él se fue y todavía es hora de que no aparece. Yo le dije que lo fuera a buscar con ese amigote borracho que tiene, pero dice que él no está ahí; a veces creo que mi madre se pasa de ilusa.

— Ay Tate, lamento oír eso —murmuro con un nudo en la garganta. Últimamente los padres de Tate estaban discutiendo como locos y ella tenía que ir a "arreglar" las cosas, la casa de sus padres quedaba a una hora de aquí, así que mi amiga ya se estaba cansando de todo esto.

— No hay problema. Oye, pero si regreso temprano ten por seguro que iré a tu casa con un bote grande de helado y veremos un maratón de películas, ¿vale?

— Bien, ten cuidado al manejar por favor.

— Si nena, nos vemos, te quiero.

— Yo igual.

Me recargué en el sillón con Kim en brazos, las caricaturas la entretenían un poco y yo me tenía que aguantar y ver lo mismo, aunque a decir verdad no estaban tan mal esos dibujitos. Mi celular vibró a un costado mío y vi que era un mensaje de Will.

"Buenos días preciosa, ¿cómo amanecieron? ¿Quieres que quedemos más tarde?".

Hold OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora