Brooklyn POV
William había mandado mi coche al taller, al parecer tenían que cambiarle varias cosas y eso tomaría todo un día, por lo tanto, tenía que manejar el coche de Will pero a su vez eso conllevaba que él durmiera en mi casa, cosa que no era novedad, pero tenía que despertarme más temprano para poder irnos antes y así llevarlo al trabajo.
-¿Podrás manejar?- me pregunta Will pero tardo en contestarle ya que estoy en medio bostezo, mi cansancio es inmenso por las mañanas, por las tardes...por las noches, a todas horas.
-Sí, sólo necesito despejarme un poco- coloca su mano en mi rodilla y continúa manejando con una sola mano, la sonaja de Kim suena bastante a pesar de la hora y debo admitir que ese sonido me está provocando algo de jaqueca. Hoy no me siento muy bien.
Llegamos al hospital y Will me hace bajar junto con Kim, quiere que lo acompañe a su oficina por algo, renegué bastante la verdad pero eso no funciono y ahora me tienen aquí subiendo el elevador con Will y Kim.
-Toma- dice Will entregándome una caja.
-¿Qué es esto?
-Ábrelo, amor.
Destapo la caja y rápidamente niego con la cabeza.- No, Will.
-Oh por favor, esto es algo irrevocable, lo necesitas.
-Claro que no- murmuro algo enfadada.- Yo trabajo y recibo un buen sueldo, no necesito tu dinero, William.
-Cariño- se acerca a mí y con un brazo me atrae hacia sí por la cintura, del otro lado se encuentra Kim.- No digo que no tengas dinero o que dejes de trabajar, yo no te pediré eso, esto- eleva la tarjeta de crédito que se encontraba en la caja.- Es por si quieres comprarle algo a los bebés, si te falta dinero para Kim, si quieres darte un gusto o para en casos de emergencias.
-Will...
-Acéptala por favor- sus labios se fruncen haciendo un lindo puchero y sus hermosos ojos parpadean de manera coqueta que termino riéndome.- ¿La aceptarás?
-Bien, gracias por esto- nos damos un beso de despedida y me entrega a Kim.- Vengo por ti a las ¿5?
-Sí- abro la puerta del consultorio y ambos salimos.- Nos vemos más tarde, hermosa- y con un último beso corto me giro y comienzo a caminar.
La sonrisa estúpida en mi rostro se mira muy extraña a estas horas de la mañana, debería seguir bostezando y no sonriendo, mi celular vibra en el bolsillo y lo saco.
"Buenos días, Brooklyn, ¿hoy si me contestarás el mensaje?"- pongo los ojos en blanco y vuelvo a guardar el teléfono sin siquiera contestar de nuevo sus mensajes.
Desde que conocí a Finn me ha mandado mensajes, siempre tengo uno de buenos días, otro de buenas noches y varios más invitándome a salir. No le contesto ninguno, ¿qué caso tiene? Ese chico está loco.
-Buenos días- dice una voz frente a mí y levanto mi cabeza, me encuentro a una apuesta chica con una gran sonrisa en su rostro, su cabello rubio está levemente recogido en media coleta, el maquillaje es sencillo y sus ojos color miel me miran con curiosidad. Supongo que es doctora por la bata blanca que lleva puesta.
-Buenos días- contesto educadamente y trato de esquivarla para continuar caminando pero la chica se vuelve a interponer en mi camino.- ¿Te puedo ayudar en algo?
-Soy Lissa O'Connel- extiende su mano hacia mí y la tomo.- Soy una conocida de Will.
-Oh, mucho gusto, soy Brooklyn Adams.
-Eres su novia ¿cierto?- asiento y ella sonríe.- ¿Ella es tu hija?
-Sí- me limito a decir, su sonrisa me indica hipocresía y no me gusta para nada.
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Hold On
Roman pour AdolescentsDicen que después de la tormenta viene la calma. ¿Será verdad? Eso será lo que Brooklyn Adams tendrá que descubrir. Después de la muerte de un ser querido piensa que no podrá seguir adelante, vienen más responsabilidades, ahora hay un pequeño ser qu...