Capítulo 21

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Brooklyn POV

William había mandado mi coche al taller, al parecer tenían que cambiarle varias cosas y eso tomaría todo un día, por lo tanto, tenía que manejar el coche de Will pero a su vez eso conllevaba que él durmiera en mi casa, cosa que no era novedad, pero tenía que despertarme más temprano para poder irnos antes y así llevarlo al trabajo.

-¿Podrás manejar?- me pregunta Will pero tardo en contestarle ya que estoy en medio bostezo, mi cansancio es inmenso por las mañanas, por las tardes...por las noches, a todas horas.

-Sí, sólo necesito despejarme un poco- coloca su mano en mi rodilla y continúa manejando con una sola mano, la sonaja de Kim suena bastante a pesar de la hora y debo admitir que ese sonido me está provocando algo de jaqueca. Hoy no me siento muy bien.

Llegamos al hospital y Will me hace bajar junto con Kim, quiere que lo acompañe a su oficina por algo, renegué bastante la verdad pero eso no funciono y ahora me tienen aquí subiendo el elevador con Will y Kim.

-Toma- dice Will entregándome una caja.

-¿Qué es esto?

-Ábrelo, amor.

Destapo la caja y rápidamente niego con la cabeza.- No, Will.

-Oh por favor, esto es algo irrevocable, lo necesitas.

-Claro que no- murmuro algo enfadada.- Yo trabajo y recibo un buen sueldo, no necesito tu dinero, William.

-Cariño- se acerca a mí y con un brazo me atrae hacia sí por la cintura, del otro lado se encuentra Kim.- No digo que no tengas dinero o que dejes de trabajar, yo no te pediré eso, esto- eleva la tarjeta de crédito que se encontraba en la caja.- Es por si quieres comprarle algo a los bebés, si te falta dinero para Kim, si quieres darte un gusto o para en casos de emergencias.

-Will...

-Acéptala por favor- sus labios se fruncen haciendo un lindo puchero y sus hermosos ojos parpadean de manera coqueta que termino riéndome.- ¿La aceptarás?

-Bien, gracias por esto- nos damos un beso de despedida y me entrega a Kim.- Vengo por ti a las ¿5?

-Sí- abro la puerta del consultorio y ambos salimos.- Nos vemos más tarde, hermosa- y con un último beso corto me giro y comienzo a caminar.

La sonrisa estúpida en mi rostro se mira muy extraña a estas horas de la mañana, debería seguir bostezando y no sonriendo, mi celular vibra en el bolsillo y lo saco.

"Buenos días, Brooklyn, ¿hoy si me contestarás el mensaje?"- pongo los ojos en blanco y vuelvo a guardar el teléfono sin siquiera contestar de nuevo sus mensajes.

Desde que conocí a Finn me ha mandado mensajes, siempre tengo uno de buenos días, otro de buenas noches y varios más invitándome a salir. No le contesto ninguno, ¿qué caso tiene? Ese chico está loco.

-Buenos días- dice una voz frente a mí y levanto mi cabeza, me encuentro a una apuesta chica con una gran sonrisa en su rostro, su cabello rubio está levemente recogido en media coleta, el maquillaje es sencillo y sus ojos color miel me miran con curiosidad. Supongo que es doctora por la bata blanca que lleva puesta.

-Buenos días- contesto educadamente y trato de esquivarla para continuar caminando pero la chica se vuelve a interponer en mi camino.- ¿Te puedo ayudar en algo?

-Soy Lissa O'Connel- extiende su mano hacia mí y la tomo.- Soy una conocida de Will.

-Oh, mucho gusto, soy Brooklyn Adams.

-Eres su novia ¿cierto?- asiento y ella sonríe.- ¿Ella es tu hija?

-Sí- me limito a decir, su sonrisa me indica hipocresía y no me gusta para nada.

Hold OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora