Brooklyn POV
Abrí mis ojos con lentitud, la luz que se alcanzaba a filtrar por mi ventana llegaba directamente a mi cara; agarré la sábana y me cubrí por completo, pero nada de eso funcionaba. No recordaba cómo había llegado aquí, mis recuerdos realmente estaban borrosos.
Escuché que Kim empezó a llorar—. Será mejor que levantes tu peludo trasero de esa cama, tengo que bañarme para ir a trabajar —dijo Tate saliendo de la nada.
— ¿Cómo llegué aquí? —mi voz era pastosa, hasta me ardía la garganta.
— Will me hizo el favor de traerte a tu habitación, ya que te quedaste dormida en el sofá.
— ¿Me quedé dormida en el sofá? Pero... espera, ¿dijiste Will? —pequeños fragmentos de la noche anterior venían a mí, pero todo seguía siendo muy confuso.
— ¿Qué no recuerdas que él estaba aquí?
— Eso si lo recuerdo, pero creo recordar que él se había ido.
— Recuerdas mal, por lo que supe cuando llegué, él había ido al baño y cuando regresó tú ya estabas recargada en el apoyabrazos dormida. En eso llegué y él te trajo hasta acá. No te podía cargar sola, muy apenas puedo cargar a bebés.
— No recuerdo mucho la verdad —el llanto de Kim incrementó y me levanté para ir por ella.
— Llamaron de tu trabajo —me detuve en seco—. Dijeron que no te necesitan ahí hasta el miércoles.
Abrí la boca sorprendida, yo sólo le había pedido a mi jefe un día para faltar y eso era solo el lunes, que era mañana, no le había pedido toda la semana; yo aún tenía trabajo que entregar.
— Pero, ¿qué pasa con el caso de la familia Hayes?
— Oh eso, Jeff dijo que Bennett se hará cargo, ya sólo te faltaban pocas cosas que analizar, así que no hay prisa. Que cualquier cambio él te lo hará saber —asiento y continuo caminando al cuarto conjunto.
Ser una persona responsable y hacer completamente bien tu trabajo te da beneficios, además de llevarte bien con tu jefe te ayuda un poco. Jeff, mi jefe, conocía a Sydney así que él entiende un poco que por lo que estoy pasando no es nada fácil para mí.
Una vez que pude calmar a Kim, y que Tate se fue a su trabajo, me quedé arreglando la casa, estaba un poco desordenada. Aproveché que la niña estaba dormida y tomé un baño velozmente y con la puerta abierta. Era raro no poder durar varios minutos bajo el agua para poder relajarse; uno nunca sabe cuándo puede despertar un bebé.
Tomé la primera blusa que encontré en mi guardarropa y unos jeans azul claro, me calcé mis tenis y cuando estaba a punto de ir a ver a Kim sonó el timbre. Éste empezó a sonar desquiciadamente y casi grito que se callen pero recuerdo a la bebé y salgo corriendo a la puerta para abrir. Al hacerlo mi cuerpo se tensa.
— ¿Pero qué manera es esa de tocar, mamá? Kim está dormida.
— Qué bueno que hablas de ella —dice haciendo una fea mueca con la boca, me empuja del hombro cuando entra a mi casa, detrás de ella pasa un señor en traje y me sonríe tensamente.
— ¿A qué has venido a mi casa? —si mi madre está aquí quiere decir que algo malo sucederá, ella nunca viene aquí y cuando lo hace sólo trae malas noticias.
— Vengo por Kim —un golpe me es dado en mi estómago al escuchar eso, me quedo sin aire y miro a mi madre, eleva la cara y muestra esa pose de superioridad que la caracteriza; al menos conmigo es así.
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Hold On
Roman pour AdolescentsDicen que después de la tormenta viene la calma. ¿Será verdad? Eso será lo que Brooklyn Adams tendrá que descubrir. Después de la muerte de un ser querido piensa que no podrá seguir adelante, vienen más responsabilidades, ahora hay un pequeño ser qu...