Capítulo 8

5.2K 261 11
                                        

N/A: Cuando vean ** ya saben que pueden poner la canción que les dejo en multimedia, disfruten el cap... <3

Brooklyn POV

Escuché el estruendoso lloriqueo de Kimmy y salí de la cama, así eran mis mañanas, en ocasiones ni bañarme a gusto podía, pero no me arrepentía de nada. Ella era como esa pequeña hebra de hilo que me sostenía para no caer en manos de mi mejor amigo el cutter; tenía que ser un mejor ejemplo para ella o al menos eso intentaría.

No podía decepcionar a Sydney y a Frank.

Acuné a Kim para que dejara de llorar y así lo hizo, percibí un apestoso olor que provenía de su pañal así que la cambié. Nunca me había gustado cambiar pañales y menos cuando tenían un gran premio con un olor insoportable, pero ni modo que le hablara a Tate para que viniera a cambiarle los pañales.

Miré la hora y antes de que pudiera ponerle el nuevo pañal, un pequeño chorro empezó a salir de ahí.

- ¡No! -Chillé tapándome rápidamente la cara con el pañal que estaba seco, las risas de Kim eran tan graciosas que me solté riendo también-. Ahora nos tendremos que dar un baño, gordita.

Si hacer el quehacer de la casa me era difícil, bañarse con un bebé era peor, tenías que tener un equilibrio fantástico y más si ese bebé era inquieto... al igual que Kim.

Al terminar el baño me coloqué una toalla alrededor del cuerpo, otra en mi cabello y finalmente enredé a Kim en otra, ella parecía un lindo y adorable tamal rosa. Tomé la crema, el talco y el pañal y los llevé a mi recámara. Cuando regresé por su ropa y abrí el cajón vi que ya casi no tenía ropita, debía lavar, además tenía que ir a la casa de Syd por las demás cosas; sin embargo, sabía que no podía.... tenía miedo de ir.

Dejé a la niña acostada en la cama y me vestí con unos simples jeans y una ligera blusa de color azul cielo. Me puse unas sandalias y desenredé mi cabello dejándolo caer en mis hombros, lo tenía más largo de lo normal. Cambié a Kim con un lindo vestido amarillo y unos zapatitos blancos; se miraba hermosa como siempre.

El timbre sonó y miré extrañada hacia Kim, no tenía planeado que alguien viniera, quizás fuera Drake o Tate, nadie más me visitaba. ¿O quizás es Will? Eliminé esa idea un tanto decepcionada, él no tenía por qué estar aquí; no tenía ninguna obligación conmigo.

Cada vez que me iba acercando a la puerta escuchaba el murmullo de 2 voces, abrí la puerta e instintivamente acerqué más a mí a Kim. Volteé hacia el cielo, eso debía ser, Dios estaba al pendiente de mis pensamientos y decidió jugarme una broma, pero no se conformó con una persona, sino que me trajo a los dos.

- Buenos días -dijeron al unísono y sonrieron simpáticamente.

- Buenos días, copias.

- En nuestros 27 años jamás nos habían dicho así -comenta uno de ellos con sonrisa burlona-. O antes los chicos eran muy idiotas o tú eres muy inteligente.

- Los chicos eran idiotas -respondí un tanto aturdida.

- ¿Cómo amaneciste? -no se diferenciarlos, Dios, es que son idénticos. En eso, uno me da un beso en la mejilla y luego hizo lo mismo con Kim, alcancé a escuchar un gruñido por parte del otro chico, en serio me siento desubicada. Tenían que ser gemelos idénticos.

- Genial, fui bautizada por la pipí de Kimmy.

- Qué bueno que no te abrazamos -se sueltan riendo y los miro de arriba hacia abajo.

Ambos están vestidos de forma similar, veo sus brazos y sólo uno está descubierto y es en donde tienen el mismo tatuaje de los latidos. Algo debe de haber diferente en ellos, o al menos eso es lo que ruego para poder identificarlos.

Hold OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora