Capítulo 14

4.4K 229 19
                                        

N/A: Cuando vean ** ya saben que pueden poner la canción que les dejo en multimedia, espero les guste y disfruten el cap <3

William POV

Ella levanta su playera y por fin observo lo que tanto ocultaba, la razón por la cual siempre se tensaba cuando la tocaba bajo la blusa, mi corazón se aprieta tanto dentro de mi caja torácica que llego a pensar que me he fracturado algo y que se entierra cruelmente en mi corazón.

Veo su cara, tiene las mejillas empañadas de lágrimas, su mirada está llena de miedo, ya no hay más sonrisas y su cuerpo tiembla bruscamente. Me levanto de la cama velozmente y avanzo un paso, Brooklyn da un paso hacia atrás y mi pecho se llena más de dolor. Caigo de rodillas y poco a poco avanzo hasta ella, su estómago lleno de cicatrices de todos tamaños y en todas direcciones queda frente a mí.

Comienzo a trazar cada cicatriz con las puntas de mis dedos, son demasiadas y no quiero ni pensar en cómo se las ha hecho, unas se miran más recientes aunque no tanto. Me mata el pensar que ella tuvo que recurrir a hacer esto para salir de sus problemas.

Siento algo húmedo y caliente bajar por mis mejillas, me levanto con cuidado y miro de nuevo sus ojos.

— No huiré de ti, cariño —murmuro con la voz ronca.

— ¿Estás seguro de eso?

— Eres hermosa, Brooklyn, no sé cómo pensaste que me alejaría de ti por esto.

— Siempre huyen de mí...

— ¿Desde cuándo lo haces?

— Desde que tenía 12 años —agacha la cabeza, pero yo tomo su barbilla para que vuelva a elevarla.

— ¿Por qué? —ella me evade y se va a sentar a la cama, la sigo.

— Desde que tengo memoria nunca he sido una hija ejemplar, siempre la he cagado y cuando trato de arreglar las cosas salen peor, supongo que es mala suerte —dice riendo tristemente—. No recuerdo una vez en la que mi madre me haya hecho algún cariño, siempre fueron insultos, Brooklyn es torpe, Brooklyn es una inepta, Brooklyn es una ilusa, Brooklyn no piensa, Brooklyn no llegará a ser nadie en la vida, Brooklyn, Brooklyn y más Brooklyn.

El silencio reina en la habitación, las luces están apagadas, y si no fuera por la luz que proviene de afuera no sería capaz de ver un poco su cara. Ella tenía razón, cada quien tiene sus demonios, unos los demostramos de una manera y otros de otra, por ejemplo yo con mis celos y ella con autolesiones.

— Te diré algo que a nadie le he dicho; hacer esto era más fácil, me hacía olvidar el dolor que las palabras de mi madre me causaban, el dolor exterior era tanto que no importaba lo que decía mamá, me hipnotizaba ver cómo caía mi sangre con cada cortada que me hacía. Aunque claro está, no lo hacía cada vez que ella me decía algo porque siendo así creo que mi cuerpo entero serían cicatrices andantes, sólo cuando todo me sobrepasaba, cuando sentía que no podía más; siempre fui demasiado cobarde como para hacerlo en mis muñecas y cuando estaba por hacerlo llegó Frank y me salvó.

Hold OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora