Capítulo 24

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Brooklyn POV

Me sentía sorprendida, bueno eso en realidad era un eufemismo, hoy el cadáver estaba más destrozado que en veces anteriores. Quería quebrarme la cabeza entrelazando cabos sueltos, algo se nos tenía que estar pasando pero no se me ocurría qué podía ser, tengo que buscar más a fondo pero eso ya será más tarde cuando llegue a casa porque hoy tengo que ir con Drake a su terapia.

Ya llevaba todo este mes llevándolo a sus terapias debido a que Joanie había tenido que salir a un viaje de trabajo y yo era la única persona que se ofreció a llevarlo, aunque Tate me acompañaba ya que yo no podía cargarlo para pasarlo de la silla al carro, digamos que con una panza de 16 semanas no podría lograrlo muy bien.

Prácticamente corrí hacia mi oficina para tomar mis cosas pero Jeff me detuvo al pararse frente a mí.

-Casi me haces estamparme contigo.

-No debes correr en tu estado, te puedes caer- le pongo los ojos en blanco y Jeff entrecierra los ojos.- ¿Quieres que le diga a Will?

-¿Ya vas a empezar con eso?- Will prácticamente le dijo a Jeff que tenía que tener un ojo sobre mí porque era una persona brusca que hacía las cosas antes de pensar y podría lastimar a los bebés y a mí misma. Estúpida copia.

-Es por tu bien, Adams.

-¿Sólo me querías para decirme que no corra? Porque llevo prisa.

-No, te iba a decir que te llamaron más temprano sólo que no dejaron recado.

-¿Dijeron el nombre?

-Cuando le pregunté terminó la llamada.

-¿Era voz de mujer?- pensar en mi madre fue inevitable, estúpidamente seguía con la esperanza de que ella cambiara.

-Era voz de hombre.

-Bueno, si quieren algo volverán a llamar. Me voy.

-Por cierto- me detuvo una vez más.- Hay alguien esperándote en tu oficina, debo decir que, o tienes excelentes amigos o el embarazo te ha sentado mejor.

Fruncí el ceño ante su comentario, no entendí por qué había dicho eso. Seguí mi camino y cuando entré a mi oficina entendí el comentario de mi jefe.

-Hola, Lyn- me saludó efusivamente Finn mientras me abrazaba y me daba un sonoro beso en mi mejilla que duró bastante tiempo.

-Hola, Finn, ¿qué haces aquí?

-Vine a saludarte, además te quería traer esto, dijiste que tenías antojos- me entrega una caja de mis galletas favoritas y yo brinco feliz.

-Oh por Dios, gracias- le abrazo y luego me pongo a abrir mi caja de galletas.- Tenía tantas ganas de éstas galletitas- meto la primer galleta de mantequilla, cierro mis ojos al sentir a mi paladar deleitarse con su sabor, no estoy muy segura si gemí en alto pero no importa, es como si estuviera en el paraíso. Finn se ríe, percibo un destello y yo vuelvo a abrir los ojos.- ¿Qué?

-Tu cara.

-¿Mi cara?

-Tienes galleta- ríe quedamente mientras se acerca a mí y pasa su pulgar por la comisura de mis labios, su perfume se hace presente de repente y por instinto inhalo profundo, la encantadora sonrisa que siempre está pegada en el rostro de Finn desaparece y ahora esos dos bellos zafiros que tiene como ojos me miran de una extraña manera, sus pestañas hacen que su mirada sea más profunda provocando un escalofrío por todo mi cuerpo.

La cabeza de Finn comienza a verse más cerca cada vez más y yo reacciono haciéndome para un lado.- Gracias por las galletas, me han encantado- me pongo de espaldas recogiendo mis cosas para así poder esconder mi tomate...o más bien dicho mi cara.

Hold OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora