Capítulo 18

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N/A: Cuando vean ** ya saben que pueden poner la canción de multimedia, yo les recomiendo que después de esa seña si la canción acaba la vuelvan a poner (así es más bello todo). Tomen pañuelos (por si las dudas), bajen las armas (no quiero morir aún) y disfruten el cap.

Brooklyn POV

Llegué a casa y continúe llorando, pero ya no era de dolor, ahora era de coraje. Puedo comprender el por qué mi hermano me hizo levantarme la playera, a él le tocó muchas veces estar presente cuando tenía mis crisis, cuando las ansías se apoderaban de mí y quería hacer de mi estómago una obra maestra, él me detuvo, él prácticamente estaba sentado en el inodoro mientras yo me bañaba cuidando de que yo no me cortara.

¿Pero Will?

Conforme él se fue metiendo a mi vida dejé de hacerlo, no niego que algunas veces pensé en hacerlo pero me contuve muy bien, pensaba en él, en sus ojos, su sonrisa, el tono de su voz, la manera en que accidentalmente sus brazos rozaban con los míos al caminar o cuando jugaba con Kim, todas esas cosas me hacían detenerme. Él más que nadie debería de saberlo.

Pero no, él no confió en mí, él creyó que yo había sido tan inteligente que ahora quería cortarme en los brazos. ¿Qué no le quedó claro cuando le dije que me daba vergüenza mostrar mi estómago? Yo no podría hacerlo en mis brazos, no podría ir caminando y sentir los ojos de todas las personas sobre éstos; al menos mi estómago está cubierto y nadie lo puede ver más que yo.

Voy a la cocina y veo el maldito cacharro, la rabia se adueña de cada célula de mi piel, lo alcanzo y lo trato de arrancar pero los tornillos que lo detienen no me lo permiten, agarro lo más cerca que está de mi mano y lo estrello contra el aparato, la pasta negra del día anterior sale volando fuera del sartén el cual se dobla ante el golpe al igual que la cuchilla del abrelatas.

Continuo golpeándolo y cuando veo que está destrozado no me detengo, mi rabia no disminuye con cada golpe sólo crece, agarro los sartenes y los aviento por toda la cocina, las sillas de la mesa también caen, veo un vaso cerca y también lo tomo, éste se estrella contra la pared cerca de una cabeza.

-¡¡Hey!!- chilla Tate sobresaltándose, su boca se encuentra abierta viendo hacia todo el desastre que he causado en mi cocina, pero sabe que es lo de menos cuando me ve llorar. Esquivando todas las cosas tiradas se acerca a mí rápido y me abraza, la trato de alejar pero no puedo, no tengo fuerzas.- Todo pasará nena, esto es sólo un bache.

-No es sólo un bache, es el fin, ya se acabó y todo por mi culpa. Yo le dije que se fuera, que se fuera a ser feliz con su trabajo.

-¿Y si su felicidad está contigo?

-¿Y si no lo está?- contraataco yo moqueando. Ella me ayuda a caminar sobre el desastre y vamos a la sala.

-¿Y cómo lo sabrás si no lo intentan?- niego repetidamente con la cabeza, ella no entiende.- ¿Le dijiste sobre el bebé?

-No.

-¿Por qué? También es su hijo, él debe saber.

-Seremos un estorbo para él y su carrera, eso no me lo podría perdonar.

-¿Quién te dijo esa estupidez?- protesta enfadada.

-Hablé con mi mamá, obviamente sólo sobre el trabajo, ella me dijo que podríamos ser un estorbo Kim y yo.

-¿Qué no te das cuenta? Tu madre lo volvió a hacer, ella se quiere meter de nuevo en tu cabeza y vaya que si lo ha logrado, William es lo mejor que te ha pasado en todos estos meses y de nuevo viene tu madre, te dice cosas y tú de tonta caes.

-Ella tiene razón ésta vez, si Will hubiera sabido del bebé no aceptaría el trabajo.

-Déjalo decidir a él, Brooklyn, ya está grande y si quiere o no aceptar el trabajo es su decisión.

Hold OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora