Destino despertó lentamente en su habitación, se sentía frágil como un cachorro desvalido.
—¡Bienvenido! —Sacrificio le sonrió sentado junto a su lecho—. ¡Era hora de que despertaras! Ya estás grande para nanas.
—¿Qué sucedió? ¿Dónde está ella?
—Bueno... —fue interrumpido por la aparición de Malicia que ingresó a la habitación.
—Aquí estoy, cariño. —Se aproximó—. Me alegro que te sientas mejor.
Sacrificio se cruzó de brazos con el ceño fruncido; no podía creer que esa mujer fuera tan falsa; mientras estuvo inconsciente, ni siquiera se había molestado en ir a verle.
—Ah. Malicia —sonó desinteresado.
—Sí. ¿Te repondrás pronto, verdad? Mira que mi cuerpo te ha extrañado. —Se hizo la caprichosa.
—Sí, claro. Tan pronto como pueda... saldré de esta cama y buscaré...
—Destino, no hables; debes reponer fuerzas. Malicia, disculpa, pero, debes dejarlo descansar. —La mujer lo miró con odio, mas, fingió.
—Por supuesto. Descansa, mi señor. —Besó los labios del monarca y se marchó. El sumo sacerdote se cercioró de que la mujer no se quedara fisgoneando tras la puerta.
—¿Destino, tú preguntabas por la dueña de esto, verdad? —le mostró el listón de tela lila que sacó de su túnica.
—¿Entonces... existe...? —se maravilló.
—¿Tu ángel? —sonrió divertido.
—¿Mi ángel? —se extrañó.
—Pues, es lo que decías en tu delirio... "¿Dónde está mi ángel, mi esperanza?" Suerte que Malicia no apareció, hasta ahora, y que Caos fue lo suficiente astuto como para quitarte la venda antes de llegar aquí, sino, no habría quién la tolere. —Hizo una pausa—. La herida está prácticamente curada, no hay infección y cicatriza bien... Propio trabajo de una sacerdotisa, no perfecto, pero... De todos modos, el color lila no pertenece a ningún nivel... Así que es curioso que la dueña del lazo posea esos poderes si no pertenece a la orden.
—¿Nadie vio nada?
—Caos estuvo atento, mas, no divisó a nadie, sólo la venda y las hierbas frescas que halló bajo tu cuerpo en "nuestras" tierras —remarcó dejando al rey mudo.
—¿Interesante, no?
—Más interesante es esto. —Mostró el escudo bordado en la tela—. Tu ángel es de la realeza, de nuestro más antiguo enemigo. —Destino sonrió animado.
—Debes ayudarme a recuperarme pronto, Sacrificio... Si esa mujer existe, debo verla...
—¿Verla? —Lo atisbó con picardía—. ¿Olvidas con quién hablas?
—No me dejaste acabar la frase. —Rió.
—Perdona. Complétala, por favor —siguió el juego.
—Si ella existe, debo verla... para comenzar... —Carcajearon juntos—. ¿Y... qué tal vas con "Soledad"?
—¡Oh,ya cállate y duerme! —Le arrojó el lazo de Esperanza y se marchó sonriente.

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El Eclipse Eterno.
RomanceEsperanza era la princesa más joven del reino de la Luz. Su padre, Poder, un rey bastante dictador, la sentenció a casarse con el amigo de su hermano mayor y capitán de su reino, al cual ella no tolera y él sólo la ve como un trofeo a conseguir. ...