Día 60.

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  Al llegar al reino, los recibieron buenas nuevas, Sacrificio ya estaba otra vez de pie y su relación con Soledad ya no era un secreto, ni un imposible. Y en su ausencia, Cautiverio había pedido la mano a Lila, la cual aceptó de buen grado, aunque, jamás hubiera pensado que alguien que gustaba hablar lo justo y necesario pudiera dar tantas vueltas para pedir algo así.

  En el exterior, se mezclaban los brillantes colores de la vegetación con los pálidos y oscuros de algunos pantanos y desiertos; en el patio, ora, sublime como antaño, celebraron el retorno de los reyes, como únicamente sabían hacerlo, con gran bullicio.

  —¡Y por los súbditos que decidieron unírsenos! —Destino levantó su copa en señal de agasajo a Pensamiento; Triunfo y otros soldados; artesanos y artistas que viajaron a su lado, dispuestos a comenzar a florecer lo que este nuevo reino casi había olvidado.

  —¡Por ellos! —Guerra festejó—. ¡Muy bienvenidos!

  —¡¿Oh, vamos, cariño; conmigo no tienes suficiente?! —Caos susurró a su oído y recibió un codazo en el fuerte abdomen—. ¡Oh, cielos! ¿Cómo golpeas a tu superior? —preguntó insistente, ella lo miró con femenina sorna.

  —Perdiste tu última batalla —insinuó.

  —Y de muy buen gusto —siguió el juego—. ¿Revancha?

  —Cuando gustes.

  —Qué bueno volver a verte, Maldición. —Triunfo se acercó a saludarle; ella pareció ampararse en algún escudo inexistente ante el nuevo soldado raso.

  —¿Otra vez tú, perdedor? ¿A qué has venido, a espiarnos?

  —Para nada, mi dama. —Tomó su mano y la besó—. He venido a servir a nuestro rey Destino y a la reina Esperanza; y... a ti, bella dama. —Ella quedó muda y, pronto, se obligó a recobrarse, liberando su mano con brusquedad.

  —¡P-pues, qué bueno! De tanto en tanto, necesito a alguien que lave mis trastos y lustre mis botas. Supongo que para un "simple soldaducho" eso es más que un honor.

  —Supongo... —La miró divertido—. Pero, tendrás que darme mejores tareas más pronto de lo que crees —insinuó—, para mí las batallas son juego de niños.

  —Y así te va —fue despectiva—. Además, esta es una nueva era, gracias a la reina ya no debemos ir a atacar a nadie. ¿Así que, contra quién pelearás, con el aire? —Lo dejó solo y sonriendo—. ¡Perdedor y necio!

  —Contigo seguro que sí, muñeca —dijo para sí ideando la posibilidad de meterse en el nuevo proyecto de Sacrificio y Pensamiento.

  —¡Estás todo maltrecho! —Destino se mofó de Sacrificio.

  —No tanto. Algunos rasguños, varios magullones y muy buena atención. —Tomó la mano de Soledad que sonrió con tímidez—. No me puedo quejar. ¿Y Su Majestad? —indagó a Esperanza.

  —Me siento muy bien. En cuanto a la montaña que se nos vino encima, no recuerdo mucho de ese instante; mas, estoy muy agradecida, maestro.

  —Sólo hice lo que correspondía. Por cierto, en mis días de reposo, estuve investigando un poco más con respecto a los anillos de Sol y Luna...

  —¡Qué raro! —Destino carcajeó—. ¿Cuándo piensas descansar, hombre?

  —Eso era mi descanso, amigo; así no pensaba en qué líos te estarías metiendo en lo de tu suegro. —Esperanza rió y su esposo, divertido, la escudriñó de reojo—. Veo... rompiendo protocolos, por así decirlo.

  —Bueno, de alguna forma, esa era nuestra luna de miel y el viejo lo entendía.

  —¡Destino! —ella lo reprendió sonriente.

  —¡¿Qué?!

  —¡Es mi padre!

  —Tienes razón... El benemérito anciano... —Se ganó un coscorrón en el codo—. ¡Auch...! ¡Eso dolió!

  —Compórtate —le advirtió tratando de verse seria, aunque, fuera un poco— y deja que el maestro hable sobre su investigación.

  —Gracias, Su Majestad. —Este hizo una reverencia.

  —¡Qué aburridos! ¡Auch...! —Y Sacrificio relató que la creación de los anillos, había sido justamente para que Sol salvase a Luna, cada vez que esta recurría a la torre para desplegar su poder para salvar al reino de las tinieblas y que, curiosamente, sus reinos habían sido enemigos antes de la primera oscuridad.



  Luego del festín, los reyes se retiraron a su cuarto.

  —¿Mi ángel? —susurró en sus brazos.

  —¿Sí?

  —¿Te he dicho que me gusta ese lunar que tienes en tu...?

  —¡Destino! —lo retó sonrojada y riendo—. ¡Oh...! —exclamó ofuscada golpeándole con un almohadón que halló cerca—. ¡¿Hasta cuándo piensas hacerme estas cosas?! —Él atajó la mullida almohada quedando sobre ella.

  —¿Quieres saber la verdad? —La miró con intensidad.

  —Sí. —Se perdió en sus ojos.

  —Por siempre... —La besó con dulzura para comenzar.



FIN.

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N/A: Gracias a , , ; ; ; y al resto de todos los lectores con nombre (mi idea era nombrarlos a todos desde el principio, pero, esta aplicación no hace un listado de fácil acceso y manejar 3 historias a la vez significa manejar 3 distintos destinos de votos y comentarios en una ensalada llamada notificaciones. Me gustaría que pudieran mejorar eso en Wattpad) y anónimos por seguir esta historia hasta el final :) Su apoyo alimenta las fuerzas y los ánimos a esta autora que, tiene una vida tan común como cualquier otro y por eso, a veces demora en publicar y vive a las corridas. <3 :3

Espero que les haya gustado a esta historia, la siguiente que publicaré, no será una de vikingos como había planificado en un comienzo, será una cortita que fue la segunda que escribí en mi vida (a esas dos primeras yo las llamo ensayo y error, pues, era sólo una teen cuando las escribí). Así que las opciones, amigos y amigas, son "Doble Destino" o "Wishmoon."

Les dejo un abrazo enorme y espero poder seguir viéndoles en la que sigue. Un gran beso a todos. ¡Los quiero! 

El Eclipse Eterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora