Para cuando comenzó a asomar el astro rey, las tres muchachas se hallaban en sus respectivos cuartos. Lila estaba feliz de poder juntarse con Esperanza y le platicaba a Cautiverio lo bien que la había pasado. Soledad, en cambio, sola como de costumbre, se dejó caer agotada sobre el lecho. Las dos princesas habían sido amables con ella, inclusive lograron robarle alguna sonrisa; pero, su corazón penaba por la indiferencia de su maestro.
Destino, metido entre las mantas, esperaba a que Esperanza saliera del cuarto de baño. En segundos, la joven salió con su camisón puesto terminando de secar su largo cabello.
—¿Te ayudo? —preguntó él.
—¡¿A qué?! —se escandalizó.
—A secar tu cabello. Así tardarás mucho y necesitas descansar; has trabajado mucho.
—Pues, no hay diferencia en que lo seque usted o yo.
—Yo conozco un truco, mi ángel. —Sonrió—. Y tu cabello quedará seco en cuestión de un parpadeo. Vamos, ven. —La alentó a acercarse cuando lo miró con cierta duda. Ya sentada a su lado, de espaldas a él, Destino quedó admirando su pelirroja cabellera.
—¿Y bien? —preguntó al ver que nada sucedía.
—¡Ah, sí! Perdón. —Le temblaron un poco las manos al aferrar su pelo—. Es... muy suave...
—¿Bueno, lo va a...? —Destino murmuró algo y la melena quedó seca como le había asegurado.
—Listo. ¿Qué ibas a decir, mi ángel?
—Nada. —Hizo ademán de apartarse; él la sujetó de la cintura y de los hombros con los brazos.
—¿No hay un gracias para este rey? —susurró junto a su rostro.
—Iba a agradecerle en el momento en que me sujetó.
—¿Sí?
—¡Claro! No soy una maleducada.
—¿Esperanza... cómo... te sientes aquí? —A ella le sorprendió la pregunta y tomó un tiempo para contestar.
—Es... una cuestión extraña de hacer, Su Majestad... Si no lo recuerda, no vine por propia voluntad.
—Lo sé, pero... sólo... quiero saber cómo te resulta, hasta ahora, mi reino... Sé que es muy diferente, quizás, al tuyo.
—¿Y qué diferencia habrá entre contestar o no? De todas formas, no piensa regresarme a mi gente, ¿verdad?
—Es cierto. En ningún momento, contemplé en devolverte a tus padres... y, mucho menos, a las manos de ese iluso capitán. —Frotó su mejilla contra la de ella—. Pero... si en algo puedo mejorar tu vida aquí... sólo dime.
—¿Se refiere a mi calidad de vida, Su Majestad?
—Sí.
—¿Y... cuánto es capaz de ceder, Su Majestad?
—¿Ceder? Pues... lo razonable.
—¿Por ejemplo?
—Bueno, de hecho, ya hice una excepción con el parque.
—¿Sí? Bueno, pero, eso lo beneficia también a usted.
—Entonces, pídeme algo que no sea irte de aquí.
—¿Aquí? ¿Se refiere al reino? —Atisbó con algo entre manos.
—Sí... —Él reaccionó rápido—. Y a mi habitación, claro está.
—¡Oh, cielos! —se quejó—. ¡Pero...!
—¿Qué, mi ángel? ¿Tan mal la pasas conmigo? ¿Te he tratado mal?
—Pues... me secuestró; me besó a la fuerza delante de sus hombres y a solas también —iba enumerando con los dedos—; me hizo sentar de forma brusca...
—¿Recuerdas eso? —Rió al rememorar su ofrecimiento del ungüento. Ella lo ignoró y siguió contando.
—...Me ha hecho indebidas insinuaciones; se ha portado de forma muy vulgar con otras mujeres frente a mí y... y...
—Te regalé una flor; te cuido... y, sobre todo, te respeto...
—¿Respetarme? ¿Cómo puede decir eso si no me ha dado una habitación para mí sola?
—Bueno... la verdad es que... me apena el decirlo, pero, no hay otra y... aun habiéndola, no sería segura para ti.
—¿Acaso no tiene control sobre sus súbditos?
—Sí... pero, tampoco puedo estar pendiente de todos durante la jornada, ¿no?
—Me suena a excusa.
—Piensa lo que gustes... Tu gente se cree muy buena y distinguida, pero... nosotros no obligamos a nuestras mujeres a contraer matrimonio con quien no quieren ni mucho menos... Es más, has estado hasta ahora en mis brazos y no te has quejado, ¿o sí? —Ella enrojeció y apretó los puños—. Bueno, bueno... Mejor métete en la cama antes de que alguna de esas delicadas manos, vayan a dar en mi rostro. —Esperanza obedeció muda de rabia.
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N/A: Hola, mis niñas, lamento haber tardado en actualizar, es que, ser madre de 4 gatitos no es tarea fácil, especialmente cuando además tienes otras mascotas ancianas por atender. Entre llevarlos a sus adoptantes y, luego, ir a por ellos nuevamente (me pasó con los dos primeros que adoptaron juntos) sumado a la rutina diaria, pues, me ha agotado. Así que ahora, tengo los 3 machitos en adopción. Si alguien de Buenos Aires (zona 3 de Febrero - Gral. San Martín) gusta un lindo minino, por favor, háganmelo saber (aviso que no tengo transporte así que no se hace delivery). Se necesita gente responsable, ya los peques sufrieron el alejamiento de su mamá, el abandono en la calle y ahora, estos dos que habían sido adoptados juntos el estrés de estar donde no les cuidaban bien del todo y un perro se los quería comer.
Eso en cuanto a los gatos, lo otro que deseaba comentarles (que también me ha tenido ocupada) es que prontamente publicaré en Kindle, donde me he topado con una maravillosa mujer llamada Rachel Bels, les recomiendo buscarla y leer sus novelas, yo he comenzado con una y hasta donde he llegado, me ha gustado mucho.

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El Eclipse Eterno.
RomanceEsperanza era la princesa más joven del reino de la Luz. Su padre, Poder, un rey bastante dictador, la sentenció a casarse con el amigo de su hermano mayor y capitán de su reino, al cual ella no tolera y él sólo la ve como un trofeo a conseguir. ...