El sol ya asomaba y la pareja cabalgaba camino al castillo. Esperanza disfrutaba de los rayos del astro rey; Destino se sintió algo egoísta al verla y obligarla a vivir entre las sombras.
—¿Esperanza...? —Obtuvo su atención—. ¿Qué momento del día prefieres; el amanecer o el atardecer?
—Me ha puesto en un dilema, Su Majestad. —Rió ella—. Ambos son bonitos.
—¿Y... si tuvieras que elegir? —Ella lo miró entre suspicaz y divertida—. ¿Qué? —Sonrió él—. ¿Por qué me miras así?
—Por nada. —Ella volvió a reír pensando en que parecía conocerlo—. Es que... cuando sus frases comienzan con un "si..." es porque está por otorgarme algo, dependiendo de mis respuestas.
—¿Ah, sí? —Sonrió—. ¿Y piensas aprovecharte de ello? —Ella no pudo evitar reír.
—No... —Él la estudió con igual humor—. Bueno, quizás...
—¿Quizás? —Rió también y se quedó viéndola—. ¿Y si... te doy un beso?
—Su Majestad...
—¿Sí? —susurró sobre su rostro con los ojos entornados. Esperanza tuvo que tragar para poder hablar.
—Antes... quiero hacerle una pregunta.
—Me parece bien. Dime. —Continuó con su pose.
—U-usted... ¡Oh, deje de hacer eso! —lo reprendió ya que no podía concentrarse; a él le causó gracia y carcajeó.
—Bien. —Sonrió y fue todo oído.
—Usted... no quiere que me vaya, ¿cierto?
—Muy cierto.
—¿Por cuánto tiempo?
—No lo sé... Sólo sé que no quiero que te vayas; quiero que estemos juntos... ¿Cuánto? Sólo el mismo tiempo lo decide. Pero, si lo que deseas escuchar son las palabras de un incauto que jura "por siempre" sin saber lo que le deparará el destino, entonces, te diré algo mejor y más honesto: quiero estar contigo hasta que uno de los dos diga "se acabó." ¿Te parece algo cruel? —le cuestionó—. Sé que en tu reino gustan de palabras melosas porque sólo son bonitas. Aquí, cuando un elfo dice algo es porque lo siente; no sólo por cortesía.
—Me... parece bien su sinceridad, pero... hay algo que no comprendo... —Lo miró—. ¿En primer lugar... por qué habla de "nosotros" y... en segundo... qué rol cumplo en su reino, Su Majestad?
—¿No hay un nosotros? —Elevó una ceja.
—Creo que... no... aún...
—Veo... Tendré que esforzarme más, entonces. Y... con respecto a tu rol en mi reino, eres lo que eres, una princesa. Pero, si, en realidad, querías preguntar tu rol en mi vida... —se encogió de hombros— no eres mi amante, ni mi esposa, tampoco mi prometida ni mi pareja, porque según tú no existe un "nosotros..." "aún... " Por lo que, tendré que conformarme con que seas mi ángel... "aún." —Espió su incomodidad. Por fin, llegaron al amparo del negro castillo y, tras descender, ella parecía expectante. Destino la miró con curiosidad—. ¿Te sucede algo, mi ángel?
—Mi hermano; quiero verlo.
—¡Ah, era eso! Mañana lo verás, ahora, vayamos a dormir; se nos ha hecho tarde.
—Necesito verlo. —Pareció clavar sus pies en la tierra cuando él la sujetó del brazo.
—Esperanza, estoy algo cansado; por favor, mi ángel, no me compliques el día, quiero descansar.
ESTÁS LEYENDO
El Eclipse Eterno.
RomanceEsperanza era la princesa más joven del reino de la Luz. Su padre, Poder, un rey bastante dictador, la sentenció a casarse con el amigo de su hermano mayor y capitán de su reino, al cual ella no tolera y él sólo la ve como un trofeo a conseguir. ...