El Puto Amo.

Capítulo 31.

Dean

Entraba junto a Adam al instituto cuando me termine de fumar el cigarro. La gente hablaba cierto. Pero a mi realmente me la sudaba. Lo que no me daba igual era tener que verme la cara con James. Él me odiaba. Yo le tenía bastante rencor. Perdió la cabeza cuando se enteró lo mío con su hermana. Entiendo su actitud pero cuando la insultó.. creo que se paso. También durante en el Instituto oía un nombre varias veces seguida. Un tal Ricky. Incluso me compararon con él. ¿De que va la peña en este sitio? Decidía salir de clase para ir al servicio y vi a una chica morena alta, y a otra que apenas me fijé. Se me quedaron mirando e iba al baño. Segundos después salía escuchando mi nombre y decidí esconderme. 

—No sé cómo esa pava pudo conseguir a Dean, ¿Tu le has visto? Esta buenisimo.—                                

—Yo estoy acostumbrada de verle todos los años y si, el chaval esta bien, pero.. ¿Has visto a Ricky? Dios que cuerpazo y que piel morena.—  

—Ricky es guapo pero yo prefiero a Dean, creo que no debería estar con cualquiera, debería estar con alguien como yo.—                                                    

—Si ha estado con Juliette que parecía una mosquita muerta pero bien que se abría de piernas.. tu también tienes posibilidades.—

—¡Serás mala!—                                        

—Pero es la verdad.—                             

Serán zorras esas dos. Me quedaba mirando como esas dos se iban y salía de la taquilla escondida. Pensaba en lo "popular" que me había vuelto. La gente es verdad que me consideraba "El Puto Amo" cosa que yo no me considero asi. Pero ahora.. ¿Me comparan con ese? Ciertamente aún no le había visto, Pero tenía curiosidad. Quería saber de qué clase provenía y como era. Hmm.

En intercambio de clase. Me escapaba haciéndome el tonto por el pasillo para ir al baño nuevamente. Intentaba encontrar la clase de ese tío. De donde venía. Escuché antes que estaba en la clase 3B. Y fui. Me rodeaba por las taquillas e fingía que intentaba abrir una taquilla mía. Hace mucho tiempo que no tengo taquilla pero que más dará. Miraba por detrás mía la chica morena de antes que hablaba de Juliette y se iba a la clase de 3B. Luego a los segundos salía con un chico de piel morena. Entre cerraba mis ojos. Escuché en los labios de esa morena el nombre de ese chico. Ricky. No estaba seguro pero le miraba físicamente.                       
Su cuerpo era musculado. En los brazos tenía dos bolas importante de músculo. No se si tenía una bola de billar o estaba obsesionado con el gimnasio. Su piel era morenita, bronceada. Su pelo era de un castaño oscuro y de altura.. como mucho podía medir 1.75. Era un enano comparado conmigo.. ¿Y me comparan con él? ¿Han visto mi piel? Si tengo la piel más blanca que el puto Casper. Repentinamente mis ojos se abrieron al ver que Juliette salía diciendo su nombre y sonreía. Estaba muriéndome de celos por dentro cuando les vi a los dos de hablar. Esta en su misma clase. Venga vamos, no me jodas. Di un puñetazo a la taquilla y me iba corriendo a mi clase notando que la.gente me miraba. Ese puto mongólico  hablando con Juliette. ¿En serio? ¿En serio? ¿En serio?

Ya me estaba amargando. Todas las tías de este instituto le nombraban. Cada cinco putos segundos. ¿Cómo se me va a pasar el cabreo con esta mierda? Puede que me este acelerando. No me hace gracia la idea de que ella hablé con otro después de dejarlo conmigo recientemente. Puedo parecer un celoso compulsivo, pero era lo que hay.                                                             
Al salir de clase me quedaba sentado en un banco frente al instituto. Miraba como salían todos y cada uno de ellos. Estaba esperando a Juliette, para ver si me hacía caso. Después de tanta espera. Juliette salía una de las últimas bajando las escaleras. Ella subía la mirada al frente del Instituto y me miraba. Le hice una señal con la mano para que viniera. Al principio se paraba. Como pensando si venir o no pero lo hizo. Me quedaba sentado en el banco hasta que ella vino y se puso frente mía.                                                                
—¿Que haces aún aquí?—Preguntaba Juliette.—