Juliette
Me sentía totalmente decepcionada por parte de Dean. Sólo era un objetivo para él. Una meta. Un "desvirgar virgen" y ahora me siento como un objeto. Aún no hemos hecho nada y menos mal pero si lo hubiera hecho antes y me hubiera enterado ahora... sería peor.
Llegaba al instituto con muy poco ánimos. Andaba por el pasillo bastante desanimada. Ni si quiera desayune esta mañana. Ni tampoco pelear contra mi hermano como de costumbre. Miraba de reojo la clase de Dean. Ahí estaba él junto a mi hermano hablando. Dean me miró al darse cuenta que lo miraba y aparte la mirada corriendo. Aceleré el paso para llegar pronto a mi clase. Encima es que lo tengo que ver todo los días. A sí difícil lo veo de olvidarle. Entraba en mi clase sentándome en mi sitio. Primera fila. Sacaba mis libros con un pequeño suspiro y abría el primero que puse delante de mi rostro. Soy idiota. ¿Como pude fijarme en el mejor amigo de mi hermano? Tiene todo malo. Es grosero. Mujeriego. Agresivo. Impaciente. Es que tiene muchos defectos pero cuando estaba conmigo.. cuando estaba conmigo..
Suspiraba al pensar de él. Colocaba mi pelo tras mi oreja. Intentando atender en clase. Pero estaba distraída. Conmigo era bastante gracioso. Apenas criticaba a los demás. Siempre ve un lado bueno a las cosas. Es buen besador. Y eso es lo que más me gusta. Y también cuando tiene esa sonrisa tan pervertida pero a la vez natural. Su pelo negro, puedo notar el tacto de su pelo cada vez que lo tocaba. Suave y rapado. Pero no puedo pensar más de esa manera. Para él solo soy un objetivo como él mismo me dijo.
Salía para ir a hora libre junto a Sandra y más chicas de clase. Me sentaba en el suelo con Sandra y comía mis uñas mirando a Dean de lejos. Como estaba escondido en ese árbol con mi hermano y Adam. Drogándose. Rodaba mis ojos cuando lo hacía. Cuando estaba conmigo nunca estaba fumado. Pero de todas formas, no me gusta. Escuchaba la voz de Sandra en mi oreja y giré mi cabeza mirándola a ella repentinamente.
-No lastimes tus uñas por tu ganas de comer.-Decía Sandra alzando sus cejas, hacia una seña con sus ojos, hacia mis uñas.-
-Es una nueva manía.-Dije fingiendo una pequeña sonrisa.-
-¿Desde cuando tienes tu problemas?-
-¿Por qué tengo que tener un problema?-
-La gente que se muerde las uñas es por que tiene una preocupación en su mente.-
-No tengo ninguna preocupación, de verdad.-Sonaba de manera convincente mientras negaba.-
-Pues entonces tienes hambre.-
-Tampoco tengo hambre.-
-Al menos toma esto.-Me daba un pequeño zumo de naranja mirándome a los ojos.-
Dejaba mis ojos en blanco cogiendo el zumo y abría el zumo quitándole el tapón. Bebía despacio mirando nuevamente a Dean viendo que se estaba echando unas risas junto mi hermano. Me quedaba mirándole otra vez. Otra vez. Deja de mirarle estúpida. Dean giraba su mirada a mí y paraba de reírse repentinamente. Dejaba su boca un poco entre abierta. Quité la mirada de él dejando de beber. No puedes estar más así Juliette.
Después de ese recreo intentaba concentrarme en clase. Quise ir al servicio para echarme agua en la cara y espabilarme. Salía de clase dirigiéndome al servicio. Estuve como diez minutos. Luego salía más tranquila andando por el pasillo. Aunque los nervios iba a la carga. Dean estaba escondido en hueco de una de las taquillas fumándose un cigarro. Quise hacerme la tonta, acelerar el paso y seguir adelante. Dean me vio tirando el cigarro y lo pisaba para apagarlo. Venía hacía a mi poniéndose frente mía y me quedé parada no mirándole.
-Interrumpes mi paso.-Sonaba bordemente haciéndome un hueco, andaba nuevamente pasando por delante de él.-
Dean agarró mi brazo. Me giraba de repente notando que su mano bajaba hasta la mía y la acariciaba. Le miré a los ojos intentando mantenerme fuerte. Pero su mano con la mía, era una combinación totalmente perfecta. Se la solté de repente y me iba corriendo a mi clase. Maldito seas Dean.
ESTÁS LEYENDO
El Puto Amo.
RomanceEl querido y guapo de Dean Marshall de 19 años, es un popular mujeriego. Él es pasota, es divertido, es optimista, bastante ligón y eso si, es muy grosero al hablar. En su instituto todos le consideran como el puto amo. Por qué se acuesta con todas...