Dean
Despertaba intentado estirar mis brazos pero ahora recordaba que dormía en pequeña cama junto a Juliette.
Estaba de lado dormida.
Me quedaba mirándola por segundos y bese su mejilla.
Ella hizo un gesto de cansancio y me daba la espalda.
Me levantaba de la cama sin más mientras y cogía los bóxer, me los ponia y tocaba mi rapado despreocupado.
Tengo que dejar de crecerme el pelo.
Cogía unos pantalones de chándal y una camiseta mangas cortas.
Estaban en casa de mis padres, no me podía pasear medio desnudo.
Abría el pestillo del cuarto y salía del cuarto cerrando la puerta con cuidado.
Andaba por el pasillo, llegando al salón, mi padre estaba tomándose un café sentado en el sofá.
—Buenos días.—Dije adormilado en un susurró con la mano en la nuca y me iba a la cocina.—
Me preparaba el desayuno y me lo ponía en bandeja.
Me hacia un bocadillo de nocilla y zumo de naranja.
Me iba al salón llegando al salón y lo dejaba en la mesa que había.
Me sentaba en el sofá poniendo mis pies sobre la mesa y comía mirando la tele.
—Los pies a fueras.—Decía mi padre seriamente, sin mirarme.—
Los quitaba sin más alzando mis cejas y seguía comiendo.
—Ayer por la noche hicisteis mucho ruido al llegar.—
Tragaba el trozo de bocadillo con delicadeza y miraba a mi padre de reojo.
No me jodas.
—¿Que escuchaste?—
—Cuando llegasteis nada más.—
Resoplaba.
—¿Tu novia sigue dormida?—
—Si, esta agotada.—
Normal que este agotada.
Me la folle tres horas seguida.
¡Eh!
Para de estos pensamientos guarros.
—¿Y que? ¿Te hace feliz esa chica?—
—Si.—
—Es decir, que volverás a donde escapaste, ¿no? A Inglaterra.—
—Si, mi vida ya está allí.—
Mi padre se callaba.
Dejaba el bocadillo una mitad de ella y cogía el vaso de zumo de naranja bebiéndolo.
Me quedaba mirándole y luego lo dejaba en la bandeja.
—Papá, quiero contarte muchas cosas.—
—Y yo a ti.—
—Pero, creo que yo debería hablar primero.—
—Habla.—
Me quedaba mirando a mi padre avergonzado y sintiéndome cobarde.
Pero tenía que hacerlo.
—Yo no he terminado mis estudios como Juliette os digo, y he hecho muchas cosas malas, he sido un penoso hijo, he hecho todo lo que he querido sin pensar en cómo ustedes estarías sin mí, he sido un mal hijo.—
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El Puto Amo.
RomanceEl querido y guapo de Dean Marshall de 19 años, es un popular mujeriego. Él es pasota, es divertido, es optimista, bastante ligón y eso si, es muy grosero al hablar. En su instituto todos le consideran como el puto amo. Por qué se acuesta con todas...