Dean
Estaba sentado en el suelo mirando a la celda vacía. Llevaba unos tres días aquí. Acumulando tanto odio. Apretaba mi puño pensando en tantas cosas. Juraba que iba a pegarle tal paliza que si que me van a tener que llevar a la cárcel. Puto marica de mierda. Escuchaba unos pasos viniendo hacia mi celda. Era un policía. Al parecer estaba abriendo las rejas.
—Levántate.—Me ordenaba abriendo la celda por completo.—
Me levantaba de repente rápidamente e iba saliendo de esa mierda de celda. Me ponía detras del policía esperando que me guiará. Esperaba que cerrará la celda y comenzaba a andar. Me llevaba hasta la oficina de la comisaría y me ponía frente a una mesa. Había otro policía sentado a una silla, y se arrimaba a la mesa.
—Dean Marshall, ¿no?——Si, soy yo.—
—Queda libre sin cargos.—Sacaba una carpeta debajo de la mesa y la abría sacando bastantes papeles.—
—¿Libre? ¿Cómo que libre?—
—Han retirado la denuncia que le habían puesto.—Me ponía en frente un papel y me daba un bolígrafo.— Sólo tienes que firmar aquí y podrás salir.—Genial. Esto significaba que ya estaba fichado de por vida. Hijo de puta. Cogía el bolígrafo haciendo una mierda de firma y lo dejaba luego en la mesa. Miraba de reojo al policía que tenía al lado y me acompañaba hasta la puerta de comisaría. ¿Cómo que he quedado libre sin más?
Tres días antes.
Juliette
La policía había venido. Estaban echando a la gente de casa. Estaba totalmente alertada de ello. Nerviosa. Mientras tenía a Ricky tumbado en mi cama para que reposará. Claramente estaba con él. "Escondida" por asi decirlo. Estaría a sí hasta que la policía se fuera.
Ricky por suerte estaba consciente y podía hablar solo que tenía el cuerpo dolorido. Cosa de una hora mis padres entraron en mi habitación.
—¿Que esta ocurriendo aquí?—Preguntaba mi padre mirándonos a los dos, estaría mal pensando.—
—Ricky se cayó por las escaleras y lo tengo aquí.—
—¡Debe ir a un hospital!—Gritaba mi madre asustada mientras se acercaba a Ricky preocupada.— Vamos a llevarte.—Giraba su mirada a mi.— Llama a tu hermano.—Asentía levantándome corriendo de la cama e iba buscando a mi hermano que estaba abajo.
—James papá y mamá necesita tu ayuda.—
Mi hermano asentía sin mas subiendo las escaleras y yo me quedaba abajo en el salón esperándoles. Miraba como mi hermano y mi padre bajaban a Ricky entre los dos para llevárselo. Mi madre iba detrás de ellos y quise ir.
—Tu te quedas aquí con tu hermano.—Decía mi madre mirándome de manera sería y decepcionada.— Tu padre y yo hablaremos después con ustedes.—Después de que papá y mamá se fueran. Me quedaba con mi hermano limpiando la casa en silencio. Estaba hecho todo un asco. Yo no quería esta fiesta. Se lo avisé a mi hermano. Pero no hizo caso. Ni si quiera se quien llamó a la policía. La que se ha liado en nada. Y además Dean. Fue el mejor regalo de mi cumpleaños. Claro que si. Dean siempre haciendo una de las suyas. Jodiendome con sus intentos de confundirme de que me sigue queriendo. O estaría demasiado borracho. Siempre está haciendo el tonto. Nunca cambiaría. Después de haber limpiado la casa quise echarme una cabeza en el sofá. Estaba cansada después de estar tres horas limpiando. Es lo que tiene tener una casa bastante grande.
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El Puto Amo.
RomanceEl querido y guapo de Dean Marshall de 19 años, es un popular mujeriego. Él es pasota, es divertido, es optimista, bastante ligón y eso si, es muy grosero al hablar. En su instituto todos le consideran como el puto amo. Por qué se acuesta con todas...