Eran las ocho en punto de la mañana cuando había quedado con James para hacernos unos novillos. Adam no se pudo venir por que tenía que hacerse una análisis de sangre si no también se vendría. A si que bajaba las escaleras del portal y me dirigía a la plaza. Siempre o casi siempre estábamos metido en esa plaza. No era una plaza exactamente. Solo qué en el medio había una fuente grande y redonda. Y dónde la gente se metía hacer skate. A vender marihuana. A vender cosas robadas. Como me gusta Inglaterra.
Corría dónde James que estaba sentado en el bordillo de la fuente y le chocaba la mano en forma de saludo cuando estaba frente a él.
—¿Dónde vamos colega?—Preguntó James mientras se estaba haciendo un porro.—
—Vamos al bar de Patrick a tomarnos algo, después podemos ir a una tienda de ropa, he visto un par de camisetas que te pueden gustar y nos la robamos, también robarle algo a Adam, podemos comer algo, y después follarnos alguna tía buena.— —Lo último es lo más difícil a estas horas de la mañana.—
—¿Qué dices tío? Es lo más fácil.—Dije riendome de lo que decía y me sentaba a su lado esperando que terminará de hacerse el porro.— O podemos quedar con alguna amiga que tengas, que hayas conocido este verano.—
—No guardo el número de las tías Dean.—Dijo de forma quejica terminándose de hacérselo y se lo encendía.— Lo que haremos después de fumarnos esto es comprarnos unos gofres, que a mi me entran el hambre tonto.—
—Buena idea.—Me reía mostrando mis dientes y pasé mi mano por el pantalón.— ¿Cuánto dinero llevas encima?—
—Diez libras.—
—Yo quince, se lo he cogido a Adam.—
—Tu todo se lo coges a Adam.—Decía la verdad riéndose, y daba varias caladas, luego me lo pasaba a mí riéndose.—
—Es lo bueno de vivir con un buen amigo.—Dije cogiendo el porro mientras me reía y miraba a James, le daba varias caladas y cerraba mis ojos.—Cruzábamos la calle qué en frente estaba el bar de Patrick. Patrick era un hombre gordo con barriga cervecera. Siempre nos sale las bebidas gratis. Y no es por cariño ni nada, si no por que le emborrachamos y cuando lo hacemos, el tío empieza a invitar a toso el mundo. En especial a nosotros. Cuando estábamos a punto de entrar, le toque del brazo a James para que se parara y mirara lo mismo que yo. Eran dos tías dando propaganda. Una era de pelo castaño oscuro con reflejos pelirrojos y ondulado, era bajita. La otra era rubia y súper alta, tenía el pelo corto por el hombro. Rubia platino y estaba bastante buena. Miré a James con una sonrisa cómplice y andábamos hacia a ellas sin cortarnos un pelo. Al vernos, las chicas nos dieron una propaganda mientras hacía como que me interesaba... una mierda me interesaba la propaganda.
—Este sábado si pagas dos copas la tercera te saldrá gratis.—Decía la rubia con un acento ruso, y eso me hizo llamar la atención.—
—¿En donde es esto?—Pregunté haciéndome el tonto y miraba la propaganda fingiendo que me interesaba.—
—Es al final de esta misma acera, es un bar nuevo que abrirán, os aconsejó que no faltéis este finde.—Hablaba la rubia bastante amable mientras sonreía, tenía sus labios pintado de gloss rosa.—
—Estaría bien ir este sábado, ¿verdad tío?—Decía James dándome un codazo y le miré.—
—Pues sí, pero en verdad si voy, es para veros a vosotras.—Miré a James y luego miré a las dos, mientras alzaba mis cejas.—
—Que mono eres, pero nosotras solo repartimos propaganda.—Decía la morena con ese acento ruso, al parecer hablaba en nuestro idioma pero no del todo bien.—
—¿Qué yo soy mono? ¿Que coño crees que qué edad tengo?—Me señalaba a mi mismo preguntándole a la morena mientras me reía causándome gracia a lo que ella dijo.—
—Seguro que tienes dieciocho.—Contestaba la rubia.—
—¿Entonces por que me has dado esto?—Pregunté mostrándole el folleto y alzaba mis cejas.—
—Solo queríamos deshacernos de esto rápidamente.—
—Eso no está bien, eh.—Decía James mientras se reía levemente.—
—Estamos cansada.—Hablaba la morena haciendo una pausa y continuaba hablando.— Levantarse a las siete de la mañana para vender esta porquería y que nadie te haga caso, es una mierda.—Le salió otra vez su acento ruso y resoplo.—
—Pues escaparos del trabajo.—Dije repentinamente.—
—No podemos.—Dijo la rubia.—
—¿Quién se va a enterar? Tu jefe no está ahora aquí.—
—Pero luego tendremos que enseñar lo que hemos dado o si no nos paga.—
—Estáis muy tensas ricuras.—Dije con una media sonrisa mientras miraba a las dos.— Veniros con nosotros y luego volvéis.—
—Pero sois menores.—Dijo la chica rubia mirándonos a los dos.—
—Tenemos 19.—Contestó James de repente y aclaraba su garganta.—Mi amigo tiene razón, por un rato, no pasará nada.—
—Bueno.—Dijo la chica morena poco convencida mirando a su compañera y nos miró después a nosotros.— ¿A dónde iríamos?—
—Hm.—Pensaba un sitio dónde poder tener posibilidades de tirarmela y chasquee mis dedos.—Vamos al cine.—
—Vale, ustedes invitais.—Dijo la morena sonriendo ampliamente, y se agarraba al brazo de la rubia.—
—No, no, no.—Negaba rápidamente mientras me reía del chiste malo que hizo la morena.—Ustedes invitáis.—
—Solo tenemos dinero para el desayuno.—Dijo la rubia de manera quejica con el ceño frucido.—
—Después del cine os llevamos a desayunar.—Dije rápidamente al igual que mis pensamientos y miraba a las dos.— ¿Qué os parece?—
—Vale.—Contestaron ambas asintiendo con una amplia sonrisa.—
La miraba a las dos sonriendoles y rodeaba el cuello de James. Nos dábamos la vuelta dándole a ellas dos las espaldas y me acercaba a su oído para susurrarle.
—¿Ves como tirarnos a unas tías por la mañana es lo más fácil?—Le pregunté mientras me reía y me quede mirándole.—
—Por lo que veo es lo más fácil del mundo.—Contestó riéndose también, y luego aclaraba su garganta.— La morena para mí.—
—Venga James, nos podemos montar un cuarteto.—
—Tendremos que disimular que los dos nos gusta a una diferente y no las mismas.—
—Es verdad, pues me quedó yo con la rubia, total, tiene más tetas.—Me giraba después separándome de James y miraba a la rubia mientras me reía.— Hablábamos de las películas, ya podemos ir tirando al cine.—
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El Puto Amo.
RomanceEl querido y guapo de Dean Marshall de 19 años, es un popular mujeriego. Él es pasota, es divertido, es optimista, bastante ligón y eso si, es muy grosero al hablar. En su instituto todos le consideran como el puto amo. Por qué se acuesta con todas...