Dean
Era genial y a la vez una mierda la fiesta de James. Me encontraría a Juliette. Y claramente es una mierda. Habrá muchas tías buenas en esa fiesta, y lo gracioso, lo gracioso es que solo tendré ojos para ella. Joder qué mierda acabo de pensar, que cursilada, pero es la verdad. James me dijo que traerá cervezas pero no traje nada. Ni si quiera me apetecía ir a esa fiesta, sólo fui a ver a Juliette, a vigilarla un poco. No quiero que se líe con ningún imbécil. La bebida hace mucho mal. Lo sé. La casa ya había bastante gente, no era una cosa aterradora pero había gente. Entraba en casa cogiendo la primera botella de tequila que vi y me la bebía para mi solo. Lo bueno de esta fiesta es que solo no estaría aunque si que me sentiría de esa manera. Soy bastante gilipollas. Bah. Voy a beber. Estaba sentado en el suelo junto a James. Él se estaba fumando un porro y me lo pasaba. Se supone qué debería estar de subidon pero se que James está fingiendo un poco. No creo que quiera a Claire pero sigue teniendo una pequeña cicatriz en él. Se está mostrando ahora el James que le convertir cuando me conocí, sólo que ahora es peor. Le pasaba nuevamente el porro y me levantaba dando un pequeño bostezo. Esto no vale. Esta fiesta esta siendo una mierda. Repentinamente sentí un choque en mi hombro, y me giraba. Era un chaval de mi clase. Le saludaba sin más aunque el estaba como más contento que yo. Al parecer vino con más gente del instituto y se quedaban conmigo hablando. Mientras que me pasaban la botella que bebíamos entre todos. Me giraba mirando que James no estaba e intenté encontrarle pero los chicos del instituto no quería que me fueran. Finalmente tuve que irme. Iba al baño mientras tocaba la puerta fuertemente. Pero nadie abría. Puse la oreja en la puerta oyendo toda la acción. Alguien se lo estaba montando dentro. Me reía levemente al oír los gritos de adentro. Parecía que estaban matando una cabra. Paraba de reírme poco a poco apoyandome en la puerta y miraba a la nada. Un poco colocado de la mierda que me había metido. Bostezaba varias veces y se me saltaban las lágrimas del sueño que tenía. Frotaba mi cara mirando las escaleras que Juliette hablaba con una chica. No podía ser ella.. ¿no? Nuevamente tocaba mis ojos y si que era ella. Mierda. Mierda. Mierda.
Quería ir para saludarla. Pero siendo como es ella me va a dar un corte. No sé si ir o no. Ir o no. Ir o no. No sé. Joder, ¿Que coño? Soy un descarado. No me da vergüenza nada. No debería estar aquí como un maricón pensando en si ir o no. Voy a ir y punto. Iba tocando mi pelo negro. Mientras bajaba las escaleras. Juliette sin darse cuenta ella subía las escaleras sin a verme visto. Me quedaba quieto en el escalón que estaba girandome. Mirándola como un chico la paraba y hablaba con ella. Juliette al principio se estaba riendo pero su rostro cambio. Y desaparecía. Ese tío también. No me digas qué.. no, no, no. Subía corriendo lo que me quedaba de escaleras y la perseguía. Vi que ella entró a su cuarto cerrando la puerta. Fui corriendo abriendo su habitación y abría mis ojos como platos.
—¿Qué esta pasando aquí?—Preguntaba a la retaguardia de lo podría pasar.—
—¿Dean?—Preguntó girando su mirada a mi desconcertada y señala la cama.— Eso es lo que pasa.—En su cama había dos personas desconocidas follando, y miró a su cama.—¡I-Iros!—
A Juliette no le hacían caso. Pasaban de ella. Fui hacia la cama apartándola un poco y quitaba la manta que les tapaba. Él tío se apartaba de la tía. Estaba bastante cabreado por cortarle el rollo pero más lo estaba yo por esta mierda.
—¡Iros a la mierda!—Me gritaba ese tío mientras me miraba.—
—Vete tu a la mierda.—Dije cabreado mientras intentaba quitar a la tía de su lado y me puse encima del tío pegándole varios puñetazos.—
—¡Dean!—Gritaba Juliette por detrás mía, mientras la notaba de agarrarme de los brazos.—
En un momento de despiste consiguió separarme de él. Él subnormal se escapaba tocándose la nariz y cogía su ropa. Salía corriendo de allí junto a la piba que se estaba follando. Juliette me soltaba de repente yendo a la puerta de su cuarto mientras la cerraba.
—Siempre tienes que liarla.—Decía gritando enfadada y daba un portazo a su puerta, cerrándola.—
—Solo hice lo qué tenía que hacer.—
—A puñetazos, siempre lo arreglas todo a puñetazos.—Se giraba mientras me gritaba y negaba bastante furiosa.—
—Es de la única manera que se.—
—Esa manera lo utiliza sólo los gilipollas.—
—Paso de que me insultes.—Le dije enfadado por su insultos y desprecio.—
Andaba por su cuarto yendo hacia su puerta sin mirarla. Hacia el amago de apartarla. Pero ella cogía mi muñeca fuertemente. Se puso de puntillas. Y me beso. Hice fuerza para que me soltará de la muñeca. Cogía su cara fuerte mientras le seguía el beso. Debería estar sorprendido pero no lo estoy. Me siento como si estuviera en un sueño. Juliette agarraba mi camiseta. Me giraba poniéndome contra su puerta y me seguía besando. He de admitir que la enana tiene fuerza. Ella se apartaba lentamente de mi labios aunque mantenía sus manos en mi camiseta dejando escapar un leve respiro. No se si esto era el efecto del alcohol o un milagro.
—¿Has bebido mucho?—Pregunté.—
—Solo un poco.—Respondía en un susurro, se lamía los labios mirándome, y suspiraba.—Pero además de el alcohol, quería hacerlo, quiero estar contigo.—
—Juliette me odias, soy un imbécil, un gilipollas, un idiota para ti, ¿Para que quieres volver conmigo?—
—Por qué me gustas mucho, demasiado diría yo para.. para que yo haya dado esta vez el primer paso.—
—Creo que estás loca.—
—Yo también lo creo pero me gusta estar loca y me gusta esta locura.—Parecía sus palabras con tanta seguridad que sus ojos brillaban al mirarme, sin soltar ni un minuto mi camiseta.—
Suspiré estándome quieto por segundos. Lentamente acariciaba su rostro, aunque sin mirarla.
—Tú también me gustas más de lo que ninguna otra me ha gustado, y el mensaje ese..—
—Si, ese mensaje.—Resoplo frustada.—Voy a confiar en ti, y a entregarme completamente.—
—Nadie había confiado en mí.—Susurré contento de sus palabras aunque me mostraba frío.— Bueno sí, tu hermano, tu hermano confía en mí cuando voy a robar botellas de alcohol.—Decía riendome levemente en forma de broma.—
Escuché su dulce risa, notaba que se volvía a poner de puntillas y me besaba otra vez. Le volvía a seguir el beso. Esta vez nos girábamos. La puse contra la puerta. Controlando yo la situación.
—Vámonos a tu casa.—Susurró mientras me besaba con ganas e hizo una pausa.— No quiero estar aquí.—
—¿Por qué?—Pregunté con el ceño fruncido.—
—Estoy incómoda.—
—Vale.—Dije asintiendo yendo al pomo de la puerta para abrirla pero ella me detenía.—
—Espera.—Colocaba su mano encima de la mía, me miraba negando.—No puede vernos juntos, yo saldré primero y luego tú, nos vemos en el callejón de mi casa.—Se acercaba a mi por última vez dándome un beso y salía ella antes de su cuarto.—
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El Puto Amo.
RomanceEl querido y guapo de Dean Marshall de 19 años, es un popular mujeriego. Él es pasota, es divertido, es optimista, bastante ligón y eso si, es muy grosero al hablar. En su instituto todos le consideran como el puto amo. Por qué se acuesta con todas...