Tres meses después.
Dean
Mis alegrías se acaban hoy. Teníamos que regresar a la ciudad. He estado todo el verano en este apartamento. En esta piscina. Y ahora es difícil irse. Pero la compañía era lo mejor. Que era Juliette. Gracias a todo lo que robé en casa de la tía de Sandra. Me saqué bastante dinero para pagar los tres meses de verano este apartamento. Nunca tenía ideas buenas pero esta era totalmente la leche. Pena que hoy teníamos que volvernos. A si que estaba tumbado en mi toalla. Tomando los últimos rayos de sol en mi cuerpo. Junto a Juliette. Abría mis ojos sintiéndome que necesitaba irme a la piscina. Y es lo que hice. Me hacia el muerto en el agua. Dejando que el sol invadiera mi cuerpo. Con mis ojos cerrados. Relajado. Hasta que sentí que me hundía. Salía de repente al agua. Juliette se reía de mí mientras me salpicaba agua. Me había hecho una ahogadilla. Pero será...
Nadaba tras ella aunque Juliette intentaba evitarme. Decidí bucear debajo del agua hasta lograr cogerle una pierna y hundirla. Subía al agua nuevamente y ella subió después. Colocaba su pelo atrás mientras se reía. Le salpicaba agua en su cara.
—¡Ya estamos en paz!—Gritaba riéndose tapándose la cara para no echarle más agua y paré.—
—De eso nada.—Dije riendome leve mientras iba a ella y cogía su cintura.— Tengo que desempatar.—
—¿Y como piensas hacerlo?—Preguntaba pícara mientras alzaba una ceja, sonriendo.—
Me reí de verla de esa forma y besaba su cuello. Escuchaba como se reía y se apegaba más a mí. Colocaba sus manos en mi hombro y me rodeaba mi cuerpo con sus piernas. Me apartaba de su cuello mirando su cara y le daba pequeños besos en sus labios.
—Has ganado por ser el mejor besador del mundo.—Decía con una amplia sonrisa y luego se reía divertida.—
Me reí mientras me quedaba mirándola, luego suspire un poco desanimado.
—¿Que te pasa?—Preguntó.—
—No quiero irme.—
—Agh.—Echaba su cabeza hacia atrás cerrando sus ojos por segundos, luego volvía a poner su cabeza en posición y abría sus ojos negando.— Yo tampoco.—
—Pues no volvamos.—
—¿Como que no? Hay que volver Dean.—
—¿Y si te convenzo?—
—Hay que volver, no podemos.—Alzaba mis cejas, me quedaba mirándola por segundos y me acercaba a su mejilla dándole pequeños besos. Ella se reía sintiendo que se estremecía.
—Buena manera de convencerme poniéndote cariñoso.—Decía riéndose leve mientras se dejaba hacer.—
Me apartaba de su mejilla de repente y suspiraba otra vez.
—Volveremos igualmente, ¿no?—Dije apenado mientras miraba al agua, totalmente desanimado de querer volver.——Por desgracia si.—Decía Juliette escuchando como suspiraba, y notando que me acariciaba el hombro.—
Por desgracia si.
Las maletas las prepararemos un día antes. Eso era lo bueno de no tener tantas prisas. Pero teníamos que coger dos autobuses. Y esta noche había una fiesta para cerrar el verano. Me aviso Adam en un mensaje.
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El Puto Amo.
RomanceEl querido y guapo de Dean Marshall de 19 años, es un popular mujeriego. Él es pasota, es divertido, es optimista, bastante ligón y eso si, es muy grosero al hablar. En su instituto todos le consideran como el puto amo. Por qué se acuesta con todas...