Capítulo 4

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Lisa cayó de la sorpresa conforme el hechizo de invisibilidad desaparecía, sus ojos se toparon con los de Alex.
Fueron lo único que pudo ver de su rostro antes de salir corriendo.
Escuchó como él gritaba su nombre y la perseguía, así que solo corrió más rápido.

"¿A qué se refiere con que ha escapado?"

"Dhange ojalá pudiera correr más rápido con mis poderes, pero gasté demasiada energía volviéndome invisible..."

Después de correr por lo que parecieron horas se dio cuenta que ya no la perseguían. Con un suspiro de alivio se sentó a reflexionar y descansar.

"Alexander me trajo aquí para que me curaran los elfos, pero los elfos odian a los humanos... Y a él lo siguen llamando Ądâssër. ¿Eso significa que Alex es un .."

—¡NO! Eso no es posible... ¡Alex me lo hubiera contado! Me niego a creerlo. —Lisa exclamó frustrada, sabía que todas las pistas apuntaban a ese horrible hecho, pero ella no quería aceptarlo.

Miró a su alrededor, no vio más que naturaleza y verdor. Con un poco más de calma se levantó tomando en cuenta de que estaba completamente perdida.

Lo único que podía ver eran árboles de diferentes colores, la mayoría tenían edificios construidos en las copas, pero éstos parecían abandonados.

"¿Dónde carajos estoy?"

Había varias luces flotando, las cuales Lisa creyó que eran luciérnagas, al acercarse descubrió que eran simples esferas de energía. Intentó tocar una, pero ésta rápidamente se alejó de su tacto. Sorprendida, siguió la luz hasta que llegó a un lugar sumamente más oscuro, donde toda luz había desaparecido.

A su espalda escuchó un crujido que la puso alerta y confiando en sus instintos saltó hacia atrás, para caer sobre lo que sea que estaba apunto de atacarla.

La pantera tiró a Lisa al suelo y rugió poniéndose encima de ella. Intentó alcanzar su collar, pero la bestia negra la tenía presionada contra el suelo inmovilizándola. Trató de liberarse pero sus fuerzas no eran suficientes, luego recordó un truco que había leído en un libro y dejó de forcejear para aparentar haberse rendido.

La pantera con una mirada victoriosa rugió y abrió su mandíbula mostrándole a Lisa una hilera de sucios y afilados dientes. Esperando unos segundos más, de una patada lanzó a la bestia lejos de ella y luego saltó estrellando su collar.
La brillante espada de diamante apareció en su mano y apuntó al animal con ésta. En respuesta la bestia bajo la cabeza, como si se estuviera aceptando su derrota.

•Has pasado la prueba•

Lisa se sobresaltó asustada de escuchar que la voz en su cabeza no era la suya.
—¡Qué! ¿Quién habló?

•Soy yo, ilusa...•

—¿Ilusa? ¿Te llamas Ilusa? —Lisa miró a la pantera confundida. —Espera... ¡Eres una pantera y los animales no hablan!

"¡oh vamos Lisa! Te criaste en el mundo de los humanos y llegas aquí, para darte cuenta que provienes de dragones y que tienes poderes... ¿y no puedes creer que una pantera pueda hablar?" se dijo desaprobadoramente a si misma.

•¡Sálvame Ghäšįer, eres más tonta de lo que creía! No me llamo ilusa, eso te lo decía a ti. Mi nombre es Ditsö, protector del bosque y en teoría no estoy hablando sino comunicándome mentalmente contigo... ¡Vaya chica! No creía que los rumores fueran ciertos.•

—¿De que rumores hablas Ditsö?

•Bueno todos dicen que una humana llegó, pero que es diferente, que es importante porque la trajo Ądâssër.
Al parecer esa eres tú.
¿Sabes el honor que puede ser para cualquiera llegar a estas tierras en brazos de él? •

"¿Qué carajos? ¿Un honor?"

•Lo más seguro es que mi señora debe estar esperando por ti.• —La pantera se acercó a ella mirándola con sus grandes ojos ámbar— •Porque ya sabes... No puedes venir aquí sin antes tener el permiso de la reina o su bendición y tú no pareces tener ninguna de las dos.•

"¿Mi señora? ¡Debe referirse a la reina!" supuso Lisa.

•¿Hace cuánto llegaste aquí?•

—tres o cuatro días, no estoy segura tal vez más, estuve inconsciente.

•¡Diablos!• —Ditsö dijo otro montón de maldiciónes más que ella nunca había escuchado.— •¡Niña no dudes que estás en problemas!•

—¿por...qué? —Nervios invadieron en ese mismo momento todo el cuerpo de Lisa; lo último que necesitaba eran más problemas, ya tenía suficientes considerando que estaba hablando con una pantera...—¿Qué hago?

Sígueme...  Conozco a alguien que te puede ayudar a responder esa pregunta...•

***

Después de seguir a la figura negra por varios minutos, llegó a un esplendoroso claro, más hermoso que el que había visto antes en el bosque.
En el centro del claro había una gran piedra, la cual era iluminada por un radiante rayo de sol. Se volteó en busca de Ditsö, pero se dio cuenta de que había desparecido, así que avanzó sola.

Se quedó esperando a quien fuera que quisiese hablar con ella, como no vio a nadie decidió sentarse y guardar silencio...

Después de unos eternos y largos minutos, Lisa se empezó a desesperar al ver que nadie llegaba y por instinto, tocó su collar para sentirse más segura por si se trataba de algún ataque.

🔹»Hija... Te he estado esperando...«🔹

El Secreto de los DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora