Capítulo 12

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—¿Estás lista?—Miró los ojos grises de Thån, que solo le recordaban a los de Alex, porque reflejaban orgullo, pero angustia a la vez.

Recordarlo a él solo hizo que se sintiera más nerviosa de lo que ya estaba, ese Mr.Engreído había hecho que adquiriera sentimientos por él y nadie entiende como.
La forma en la que había cambiado pero seguía siendo el mismo, la forma en la que la había tratado como nunca nadie lo había hecho, o como la había ayudado a superar lo de su hermana...
Pero ahora la había dejado sola y tras de eso no sabía que creer sobre el nombre "Ądâssër"

Necesitaba verlo, después de matarlo lo reviviría de alguna forma para preguntarle todo y luego lo volvería a matar de una forma aún más dolorosa. Sacudió su cabeza volviendo al presente, sabiendo que estaba apunto de enfrentar a los dos mejores espadachines de la reina, el primer desafío.

—Nací lista Thån, le enseñaré a la reina de lo que son capaces los humanos.—Miró con determinación al frente, donde estaban las hermosas puertas de plata y bronce, que se abrirían en cualquier momento, dejándola entrar a lo que parecía un coliseo.

—Lisā—Volteó una última vez hacia al elfo, aún no se acostumbraba al acento con el que decía su nombre, era extraño, pronunciaba la 'a' como con una 'h' y una 'y' combinadas.

"¿Lisa por algún momento en tu vida podrías dejar de pensar en estupideces y concéntrarte? Deja en paz al pobre elfo."

—Recuerda todo lo que te enseñé, a veces ellos se dejan llevar por su orgullo, busca sus puntos débiles.
Te estaré apoyando desde atrás princesa...—Le mostró esa típica sonrisa engreída, que revelaba los perfectos dientes blancos.

"Este elfo nunca va a cambiar."

—Primero que todo no soy una princesa.—lo miró manteniéndose seria.

—Pero luces como una.—Lisa rió y rodó los ojos, preguntándose cómo Thånđįr, que era un guerrero importante entre los elfos, no la odiaba por ser humana. Al parecer solo él y Val, parecían apoyarla y se preguntaba porqué no eran como el resto.

Las puertas se abrieron y con un suspiro puso cada mano sobre las dos espadas que tenían a ambos lados de su cintura, las espadas de Master Blake.

"Recuerda Lisa, no puedes usar tus poderes, véncelos con todo lo que has aprendido.
La Academia cuenta contigo..."

***

—Bienvenidos sean todos. Hoy se celebrará el regreso de mi hijo a nuestra ciudad.—Los víctores de los elfos se escuchaban a todo el volumen, había más de los que ella podía contar, como si se estuviera celebrando un 'SuperBowl' o las 'Olimpiadas'.—Lastimosamente también ha llegado una humana... ¿Y qué hacemos con los humanos?—"Matar" "Matar" "Matar" Era la palabra que se repetía por la multitud.

—Mis dos hijos enfrentarán a esta 'ghëfla'. (Es un insulto para los seres con sangre humana, como decir sangre sucia en Harry Potter)
Veremos cuánto aguanta una humana ante los mejores espadachines de la ciudad.—Miró con odio a la reina, a la vez que dos figuras entraban al coliseo a la vez que los elfos victoreaban con más fuerza.

Las dos figuras llegaron frente a ella, una de ellas era el chico pelirrojo que había visto en el bosque y que había aparecido en su pesadilla.
—Aquí está el orgullo de toda nuestra raza. Lörįngêll y Ądâssër—Múltiples gritos se escucharon pero solo podía concentrarse en una cosa...
Mejor dicho una persona...
Sus ojos se volvieron llamas de ira al ver que la figura frente a ella era Alexander...

El Secreto de los DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora