La otra vida no era para nada como Angela se la había imaginado.
Ella esperaba aparecer en un lugar hermoso en el que se encontraba todo lo que extrañaba, como a su madre y a su padre; también, pensó que tendría todo lo que su corazón anhelaba, como una caja de libros de Terragard (en especial la saga de Harry Potter), una radio que pusiera música de BTS todo el día y bolsas llenas de confites.
En cambio, luz era lo único que existía a su alrededor. No había color, ni sonido alguno más que el de su respiración.
Lo último que recordaba era el exorbitante dolor que había sentido cuando su cuerpo se había convertido en hielo puro y roto en mil pedazos. Luego había despertado en este lugar que no sabía cómo llamar.
De lo único que estaba segura era de que había muerto, y que se había llevado al dragón de fuego con ella.
Solo podía esperar que sus amigos consiguieran la llave y se largaran de allí lo más pronto posible.Se sentía extraño saber que nunca iba a volverlos a ver, que no podría ayudarlos en la lucha final contra Dauntan. Se sentó en el suelo con ganas de llorar, sabía que había hecho lo correcto, pero el sacrificio había sido demasiado grande...
—Angela. —una voz suave atravesó el silencio.
La descendiente se levantó inmediatamente, buscando desesperada con su mirada la fuente del sonido.
Una mujer de esbelta figura se acercaba a ella con una sonrisa en su rostro. Los ojos de Angela se llenaron de lágrimas al ver a su madre. Se veía tan hermosa, tan resplandeciente. Estaba a punto de correr hacia ella cuando otra voz la detuvo.
—Mi pequeña, por fin puedo volverte a ver... —un hombre de brillantes ojos púrpura se materializó junto a la mujer y extendió sus brazos hacia ella.
Al ver a su padre Angela empezó a mover sus pies tan rápido como podía, dirigiéndose hacia las personas que más amaba, pero al segundo notó que no estaba avanzando.
Horrorizada, observó sus pies y se dio cuenta que estaban envueltos en sombras. Intentó librarse de ellas, pero la habían atado con tal fuerza que parecían hechas de acero.
—¡Papá! —gritó —¡Mamá! —las sombras empezaron a tirar de ella hacia abajo, tratando de sumergirla en un pozo de oscuridad.
—No... ¡por favor! —lloró tratando de agarrar algo con desesperación para evitar que las sombras se la llevaran. No tuvo éxito, simplemente no había nada de lo que pudiera sujetarse.
Miró una última vez a sus padres, aún le sonreían con los brazos extendidos, como si no se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo. No había nada que Angela deseaba más en el mundo que correr hacia ellos, pero ahora su cuerpo estaba completamente sumergido en la oscuridad, dejando solo su cabeza afuera.
— Los amo... —susurró justo antes de que las sombras la consumieran por completo.
⚔️⚔️⚔️
Jake miró los cuerpos de los dos descendientes, el enano y la chica que aún no había despertado desde que volvió a la vida. Él se aseguró que todos estuvieran profundamente dormidos, en especial ese enano que no paraba de vigilarlo.
Le había costado demasiado convencerlos de que lo dejaran tomar el primer turno de vigilancia, pero una vez que lo hicieron Jake puso algo en la bebida de cada uno (excepto en la de Angela por obvias razones) para garantizar que no se despertaran en medio de la noche.
Ahora que estaba completamente solo, sacó la llave de la necromancia de su bolsillo. Los demás no habían notado que la tenía porque no emitía ni una sola onda de poder, ya que todo había sido consumido al revivir a Angela. Lo único que preocupaba a Jake es que no sabía cuánto tiempo iba a durar en recargarse, y necesitaba quedarse la daga para cumplir su promesa, por lo que tenía que encontrar una forma de ocultar su energía antes de que eso sucediera.
Miró su reflejo en la daga, sus ojos brillaron color sangre y le revelaron lo que debía hacer ahora.
No duró mucho llegando al campamento de los nekroi, después de todo la isla no era tan grande. Había unas cuantas antorchas encendidas, pero casi todo a su alrededor estaba sumergido en completa oscuridad. Se movió entre las tiendas de sombrías figuras con cautela, hasta llegar a la más grande de todas, que estaba ubicada en el centro.
Entro a la tienda con pasos seguros y una postura erguida, emitiendo toda la confianza que podía. Él sabía que la iba a necesitar para enfrentarse al gigantesco y feo hombre que se ubicaba adentro.
—Jake, finalmente decidiste aparecerte por aquí —Malmur esbozó una sonrisa y avanzó hacia el descendiente. Jake podía calcular que media como tres cabezas más que él, pero no dejo que eso lo intimidara. —Registramos la cueva, no encontramos nada. Espero que tengas una explicación para ello.
—La tengo —dijo sin emoción alguna —No planeo entregarla.
—Tienes agallas para decir eso. —Podía sentir el aliento del general en la cara, el cual apestaba a licor; eso sumado a la cantidad de abrigos de piel que llevaba puestos hacia que Jake sintiera que le estaba hablando a un Kükärg. (Para quienes nunca han visto uno en persona, créanme... no quieren hacerlo.)
—Yo la conseguí, es mi derecho poseerla. —Jake extendió la palma de su mano, inmediatamente en ella apareció un tatuaje, un dragón de tres cabezas. La cara de Malmur se transformó completamente al ver el símbolo. —Está es la bendición del dragón de las sombras, de quien yo desciendo—los ojos del descendiente brillaron con más intensidad —Tengo una misión que cumplir, después le puedes dar el uso que quieras a la llave. No me interesa lo que Dauntan haga con ella.
—Bien, pero más te vale devolver esa llave —un aura inmensa de poder envolvió al general y Jake se vio obligado a retroceder unos pasos. —O te destruiré en mil pedazos y ese tatuaje en tu mano no será capaz de salvarte.
Jake asintió levemente y salió con rapidez de la tienda. Malmur podía ser aterrador cuando quería, pero aún así no planeaba devolverle la llave. Si su plan salía a la perfección no tendría que lidiar con él en el futuro.
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El Secreto de los Dragones
Fantasy(Continuación de La Academia de Dragones, Libro 2) #1 en Fantasía 17/12/16 #2 en Fantasía 10/4/17 #3 en Fantasia 16/8/16 #4 en Fantasia 14/8/16 #5 en Fantasia 12/8/16 (Créditos a @Wristofink por la increible portada)