La casa del loco

2016

La gente te dice que al crecer te volverás indestructible. Cuando seas mayor toda una gama de respuestas se mostrara ante tus ojos, ya no habrá dudas, ya no habrá torpezas, conocimiento infinito.

Y es mentira.

El tiempo solo nos vuelve más cobardes, más temerosos, no más sabios, a eso que llamamos prudencia es una manera de evitar nombrar a nuestro terror. No importa si tienes 5, 20 o 50 años, siempre serás humano...

Tabatha llegó muy temprano y ya todos habían llegado, saludo de inmediato a Katia, su mejor amiga, fue difícil conseguir saludarla más allá de un gesto, su novio, Federico la abrazaba muy fuerte, a los demás los saludo y miro de reojo, ya habría tiempo para platicar, y vaya que había mucho que contar.

Habían terminado la secundaria y la prepa había pasado con la velocidad del rayo, ahora eran chicos grandes, universitarios, ahí estaba ella, estudiante modelo de Filosofía... estaba ansiosa por reunirse con sus grandes amigos después de tanto tiempo...

Pero, una nube gris se asomo, esa nube por supuesto que tenía nombre: Antonio.

Tabatha y el habían tenido una historia, una historia con muchos más besos de los que le gustaría admitir, terminaron cosa de un año atrás y no se toparon ni una sola vez en todo ese tiempo.

Su corazón dio un vuelco y ella lo sintió alarmada.

-Kat- se acerco susurrante- No dijiste que él fuera a venir.

-Taby, no lo sabía, Fede nunca lo menciono...

Era tarde para fingir un compromiso, tendría que ir con él al campamento.

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Federico pasó una lista mental a todos los que iban apretujados en su coche.

Primero estaba él, claro está, un estudiante de derecho con un futuro prominente, ya hasta su padre le hablaba de poner un despacho.

A su lado estaba Katia, su novia, le había rogado toda la secundaria y ahora, después de tres años de noviazgo todo era como debía ser, salvo por la parte en que la carrera de su novia le parecía inútil ¿Lengua inglesa? ¿Eso qué? No tardaría en convencerla de que la dejara...

Atrás, uno encima del otro estaba Alonso, el futuro médico, él único capaz de darle un buen consejo, aunque uno nunca adivinaba lo que estaba pensando pues era más hermético que alguna de las provisiones que venían en la cajuela... junto a éste se encontraba Vanessa, una chica extrovertida que estudiaba teatro y que ahora llevaba el cabello de un azul eléctrico que nadie podía pasar de largo, Federico se alegro de que el día que iba a pedirle que fuera su novia en la secundaria (un malvado plan –que no aprobó Alonso- para darle celos a Katia) Vanessa haya faltado, estaba loca...

La chica de pelo azul venia conversando con Tabatha, una chava ejemplo de la sensatez y que era una de las más inteligentes del salón, a Federico no le gusto admitir que había cambiado muchooo... es sabido por todos que la secundaria es la etapa en la que todos somos horrorosos, espinillas, acné, brackets o frenos, lentes con aumentos descomunales, peinados que elegía tu mamá, y Tabatha era de esas, pero ahora... era guapa, tremendamente guapa (incluso con esos lentes de montura de moda que usaba)... pero hasta ahí, no se dio el lujo de pensar en ella así, después de todo, era la Ex novia de Antonio, su compa de borracheras, fiel escudero de las causas justas y colega en la Facultad de Derecho, era su amigo más cercano y aunque a su padre no le gustara que Federico anduviera en esas compañías, nunca había evitado algo de verdad para que eso dejara de ocurrir...

En silencio estaba Sofía, aunque eso nunca fue novedad, era la matadita del salón de clases y sacaba calificaciones perfectas, más de una vez había salvado la vida de Federico prestándole sus apuntes para estudiar, aunque ella se pusiera roja cada vez que hablaba con él, era rubia y bonita y sus pasos la habían guiado a psicología, a donde van a parar los locos... junto a esta venía Héctor, su novio, un ingeniero en quien sabe qué cosa que jugaba futbol americano, casi siempre se unía a las fiestas con él y Antonio, aunque siempre le sorprendió la forma tan espontanea en la que comenzó su noviazgo con la rubia...

Habían pasado muchos años para que todos se hubieran reunido de nuevo, por alguna razón siempre faltaba alguien. Sin embargo, ahora, tendrían mucho tiempo para conocerse, mejor de lo que pudiera desearse.