2016

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El ambiente en el coche es burbujeante de animación, todos ríen y recuerdan, quizás no sea el lugar más cómodo del mundo, pero el mero hecho de reunirse hace resurgir los recuerdos...

Recordaron cuando Héctor y Antonio estuvieron en una batalla épica contra los de 3° B por un partido de futbol...

O esa vez en que Alonso gano, para sorpresa de todos, el concurso interescolar de oratoria...

Ese trabajo escolar en casa de Vanessa y como ella canto a flor de piel todas las canciones de un grupo que ya ni canta ahora...

En la clase de historia, cuando Katia y Tabatha estaban exponiendo acerca de la revolución mexicana, y la computadora (un viejo dinosaurio) de la escuela se trabo y solo puso en la pantalla el bigote de zapata...

La obra de teatro en la que Federico fue el protagónico y la malvada maestra de español eligió a Sofía para que fuera la estelar y cómo ella se encendió de rojo hasta las orejas...

Habían pasado casi 4 años y ellos recordaban la escuela con lujo de detalle, el borde chueco de uno de los pasillos, las canchas despintadas en las que ya no se notaban las zonas especiales de básquetbol, la pintura despintada de las paredes del salón, lo incomodo de las bancas, las palabrotas escritas en las paletas de los asientos, que en los baños nunca había agua...

Y se detuvieron de golpe los recuerdos.

Y el auto...

De repente, el coche de Federico se detuvo, simplemente dejo de avanzar.

-We- le tanteo el hombro Antonio- ¿Le pusiste gasolina a tu porquería de coche?

-Idiota ¿No estás viendo que si? Si hay gasolina... debe ser otra cosa...

Todos bajaron, no tanto por una muestra de solidaridad, sino porque en un coche sardina, cuando sale uno, salen todos en manada.

Federico abrió el cofre y el humo nublo la vista de todos.

Todos los hombres se amontonaron frente al humo, era una tarea netamente masculina, los 4 movieron engranajes y demás adminículos.

-no sé- se rindió primero Héctor

-¡Eres ingeniero! ¿Cómo que no sabes?

-¿Me viste cara de mecánico?

-¡Albañil, eso es lo que eres!

-Cálmense- intervino de pronto Antonio.

-¡No me digas que me calme, estamos a mitad de la nada!-grita Federico y después comienza a discutir con su colega y con el ingeniero.

-Tu coche no va a arrancar- anuncia Alonso, el cual era el único que continuaba moviendo cosas dentro del coche, para luego comenzar a dar un montón de explicaciones científicas que se podría reducir a lo siguiente: el coche no iba a avanzar.

Los 8 campistas se miraron entre sí, su instinto de boy scout era inexistente, de hecho, su "campamento" se reduciría a alquilar una cabaña y asar bombones en un fuego que probablemente les tomaría horas encender.

El ingrato coche no solo no quería caminar, sino que apago el GPS, estaban solos a la mitad de la nada, en todo el tiempo que estaban intentando averiguar que hacer no había pasado ni un solo automóvil, seguramente estaban en uno de esos parajes que solo inexpertos (como ellos) frecuentaban.

-Bien- tomo la palabra Federico- Antonio y yo iremos a pedir ayuda, ustedes esperaran aquí...

-No, no, no-comenzó Vanessa- A mi no me van a dejar a la mitad de ningún lado, además... ¿A dónde piensan ir? Hasta donde recuerdo los dos se llevaron a R Geografía...

-No necesitamos la geografía para ir a pedir ayuda, solo es cuestión de saber los puntos cardinales- sonríe Antonio con condescendencia a la chica de cabello azul.

-Ajá- ríe Katia- ¿Y dónde está el norte?

Federico y Antonio se miran con complicidad, sonríen y asienten con la cabeza, no podían fallar, demostrarían a estas hembras bajo su jurisdicción quien mandaba.

-Es obvio, Kat- dijo su novio.- Para allá.

Con lo que no contaba Federico, es que su amigo del alma Antonio dirigiría su brazo a otra dirección, la dirección contraria para hacerlo aún mejor,

-Lo ven.- concluyo Vanessa- No saben ubicarse, se perderán y si se pierden nadie vendrá a ayudarnos. Lo más razonable es que vayamos todos juntos.

-Ujum... tan razonable como pintarse el cabello de azul- murmuro Federico

-¿Perdona?

-Nada, nada, que sí, iremos todos juntos.


La casa del locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora