3 de mayo de 19...

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Adán vivía en el 5 piso del edificio, ocupaba el departamento que nadie hacia filas por habitar, no solo era frío y le faltaban varios cristales, sino que estaba en una especie de torreón.

Eso era lo único que le intereso a Adán cuando rento el departamento, sobre todo cuando se tenía una profesión como la suya: Astrónomo.

El conocimiento de las estrellas es una de esas cosas que el hombre no se cansa de estudiar, desde los mayas o los egipcios, todos amaban contemplar la bóveda celeste y comprobar que hay estrellas cambiantes y otras que jamás parecen desaparecer. Sin embargo, Adán tenía una estrella favorita; su primera aparición había sido hace 3 años...

Adán era un estudiante de astronomía mediocre, ni siquiera sabía porque había elegido entrar a la universidad y peor aún especializarse en esa área. Su padre hubiera preferido que estudiara algo productivo, ya saben, no es lo mismo decir "Mi hijo es ingeniero" a "mi hijo es astrónomo" sobre todo cuando se es militar retirado... Pero, Adán si sabía porque estaba en ese sendero, bueno, cuando menos su subconsciente lo sabía, desde que era niño tenía la manía de mirar hacia arriba al hablar con alguien, no importa si era su maestra de literatura o la chica que le gustaba, era como si estuviera esperando a que algo golpeara su cabeza, que algo extraordinario pasara.

Y paso.

Sus amigos lo habían convencido de salir a un bar.

-Las estrellas no se moverán de aquí- uso de argumento uno de sus amigos. Era verdad, Adán estaba un tanto fastidiado de mirar a Andrómeda o a la Osa Mayor, así que decidió sucumbir ante los deseos ordinarios que cualquier universitario tiene.

Fueron a un bar que frecuentaban la mayoría de los compañeros de colegio, Adán se dejo seducir y hasta tomó un par de tragos. Entonces la miro.

Sonia era la mujer más encantadora de todo el universo (y eso que Adán conocía a casi todo de él) cuando esta le sonrío, Adán se sintió como una supernova a punto de estallar. Se contuvo y convirtió toda esa energía en valor. Se adelanto y la invito a bailar.

Ella, curiosamente acepto.

Un par de canciones, con un ritmo pegajoso hicieron que ese par de extraños se sintieran más cercanos de lo que se habían sentido con alguien más.

Salieron a la calle y comenzaron a platicar.

Sonia le contó que deseaba estudiar las estrellas porque creía que había secretos escondidos en ella, una visión muy romántica que no atrajo para nada a Adán pero que paso de largo porque el calor de la mano de la chica sobre la suya era tan reconfortante que bien valía escuchar un par de cursilerías de esas que le gustan a las mujeres.

Los tragos tomados comenzaron a pasar la cuenta, Adán se sentía un tanto mareado y cual bebedor inexperto hasta el respirar le causaba nauseas, Sonia fingió no darse cuenta de eso, el calor de la mano que le sujetaba el astrónomo bien valía pasar de largo el que su acompañante estuviera más ebrio que la mayoría de los que aún continuaban en el bar.

Adán se tropezó y fue detenido en su trayectoria por Sonia, ésta le hizo recostarse en su pecho, el aroma de Sonia le hizo cosquillas en la nariz...

La beso. Era la primera vez que Adán besaba a una chica, bueno, cuando menos de una forma realmente significativa, la miro a los ojos y contemplo en ellos todas las constelaciones que pudieran encontrarse... entonces apareció aquello que le cambio la vida.

Paso rauda y veloz, tan extraordinaria y brillante que los ojos de Sonia parecieron insignificantes, la borrachera se evaporo con la misma velocidad...

Desde entonces, Adán no asistía a sus clases en la facultad, durante el día como no podía buscar su estrella se encargaba de recopilar toda clase de información para saber si hay algún otro reporte de su estrella o pasaba en limpio las notas de sus avances, por las noches se sentaba a contemplar el cielo infinito con un viejo telescopio que le habían obsequiado cuando tenía 10 años.

Y Adán era feliz, vivía con una esperanza capaz de competir con el sol por la luminosidad, todo era perfección, una solitaria perfección...

Cuando menos hasta que aparecieron sus vecinos...

Mario y Roger eran un par de estudiantes medio anarquistas, medio intelectuales que habían decidido poner su cuartel general en su pequeño departamento

A Adán le tenía sin importancia lo que aquel par de hippies quisiera hacer, en realidad ignoraba a la mayoría de sus vecinos, si hubieran puesto un expendio de estupefacientes o una sucursal de un paraíso lujurioso le hubiera dado lo mismo, pero hacían ruido ¡R-U-I-D-O!

Otra cosa que sabía el inconsciente de Adán era que amaba el cielo por su silencio, en el espacio no hay ese tipo de problemas, solo paz y tranquilidad, en cambio, Mario y Roger, con el fin de debatir acerca del futuro del país (Si es que tenía futuro) invitaban a grandes masas de camaradas y terminaban por (entre trago y trago para pensar mejor) hacer grandes fiestas, a veces llamaban a compañeras de otras carreras y durante toda la madrugada se pasaban bailando y cantando.

Adán pudo ignorarlo una noche, dos cuando mucho al mes, pero conforme avanzaba el tiempo que llevaban Mario y Roger, las fiestas duraban más y eran a diario.

El astrónomo estaba casi seguro de que la estrella volvería a aparecer, según sus cálculos eso sería en próximos días, respiro hondo y espero pacientemente a que llegara el día del retorno de su estrella: ese día, en cuestión, era un miércoles.

Lunes y martes por la noche no representaron mayores contingencias, como si los vecinos supieran sobre el evento de Adán se mantuvieron callados... sin embargo, solo era la calma que anuncia la tempestad...

Adán estuvo toda la mañana del miércoles muy tenso, veía a su reloj avanzar con lentitud y eso le dolía, pero por fin apareció la noche y con ello, su estrella...

El astrónomo llevaba alrededor de dos horas mirando el cielo, fue entonces cuando comenzó el escándalo. Apretó los puños y bajo a ver a sus vecinos...

-¡Vecino! ¿Al fin ha decidido el hacer algo para cambiar al país? No podemos dejar que siga estando en manos del capitalismo...-comenzó Mario

-Soy astrónomo- respondió Adán.

Los camaradas se miraron esperando otra respuesta. Adán suspiro pero continúo.

-Hoy hay un evento cósmico interesante y preferiría verlo en silencio...

-¡El silencio es solo un medio de represión, camarada Astrónomo! Tu voz ha sido hecha para ser escuchada...

Adán agoto su poquísima paciencia.

Solo fueron necesarios dos disparos y con ellos la revolución había muerto... pero, por la ventana esa noche pudo mirar su estrella...

Adán camina todos los días llevando su telescopio, le limpia el cristal con sumo cuidado y lo hace alrededor de cada dos horas, lo mima y lo carga cual bebe, una vez alguien cometió la osadía de tocar a su telescopio y termino al borde de perder un dedo de una mordida... Podemos decir que es el más peligroso de todos, dicen que disparo a unos pobres estudiantes con el arma de su padre, pero si le pones atención, a veces susurra los secretos del universo...

05蠟'

La casa del locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora