2016

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Vanessa se levanto de golpe al escuchar lo que le pedía Héctor, decidió alejarse y fingir que podía ignorar sus peticiones, aunque, conociendo a su amigo terminaría por obtener lo que quería de ella.

Se detuvo frente al cuarto en donde estaba Tabatha, apagando el odio que intentaba encender Héctor en su alma, toca, no escucha respuesta y abre una rendija en la puerta... lo que encuentra no la hace sentir mejor...

********

Alonso pasa los dedos entre los cabellos de Tabatha, son tan suaves que parecen deshacerse con su toque, como la vida de su amada.

Suspira, no ha despertado y ya ha pasado una hora, pero se entretiene viendo el leve subir y bajar del pecho de la filosofa.

Toma su mano, está dormida, ella no lo recordará, sus dedos tan pequeños que los cubre sin dificultad con su mano extendida, el doctor en plena desesperación mira hacia el cielo...

-¿Alonso?-susurra Tabatha

-¡Tabatha!

-¿Estoy muerta?

-¿Enserio piensas que te dejaría morir?- se ríe Alonso aliviado

-Yo... solo sé que caí... Katia me... ¡Por Dios, Katia me acuchillo...! Aunque... tuve un sueño rarísimo... tu dijiste que me amabas... -Tabatha ríe- ¿Ves que pensamientos tan ridículos nos hace tener la muerte?

-¿Por qué son ridículos?

-Bueno... porque eres mi amigo... ya sabes... discúlpame por haber soñado eso, yo sé que tu...

-Yo te amo-responde lacónico Alonso

Tabatha abre bien grandes los ojos, por fin se da cuenta de que Alonso sujeta su mano entre las suyas, esta tan débil que no se molesta en separarlas.

-¿Tú? ¿Por qué? ¡Espera! ¿Desde cuándo?

-Desde la secundaria

-¿Y por qué nunca me dijiste nada?

-¡Tabatha, por favor!- se levanta Alonso- ¿Eso hubiera cambiado algo realmente? ¿Hubieras dejado de amar a Antonio? ¿Me hubieras preferido a mi lugar de a él? Duele callar el amor, pero, no sé si hice bien en confesarte esto que siento, pero, ya no hay nada que pueda perder y la opresión que me he impuesto ha sido demasiada, perdóname...

Tabatha se intenta sentar.

-No, no, no te sientes Tabatha, aún estas débil...

-Acostada no puedo mirarte a los ojos, Alonso... ¿Es por mí que nunca has tenido novia?

-No, no he querido empañar tu amor, sin embargo no es culpa tuya, tu no hiciste nada...

-Aún así soy culpable, debí darme cuenta... discúlpame

-¿Disculparme por qué? ¿Por existir? Tabatha, yo soy un tonto, te amo por mi tontería, una persona en mi lugar jamás se hubiera enamorado, vamos ¿Qué posibilidad tenía de que tu sintieras lo mismo? No es tu culpa... y ahora, olvidemos esto...

-¿Olvidarlo? ¿Enserio?

-soy bueno callando, Tabatha... Solo ignora que...

-¿quieres que ignore que mi mejor amigo está enamorado de mi? Esa es la solución fácil...

-¿Y qué otra sugieres? ¿Piensas dejar a tu novio por mí? Si tú no me amas, Tabatha, no vale la pena...

Tabatha niega con la cabeza...

-¿Sabes? Me siento como un problema para todos, soy un impedimento para Katia, ahora también resulta que para ti... ¿Porqué no dejaste que muriera?

-Porque eres el impedimento más hermoso de mi vida- y Alonso se sienta a un lado de Tabatha, ella le acaricia la mejilla.

-¿Cómo fui tan tonta? ¿Cómo no me di cuenta, amigo mío? ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

-Recuperarte e irnos de esta maldita casa, y ser feliz... de eso no hay nada que me haga más bien...

-Yo creo que puedo hacer algo más- y Tabatha se aproxima a Alonso besándolo con apenas un roce en los labios...

En esa habitación hay un corazón medio confuso, otro rebosante de gozo y otro, uno que mira por la puerta, que esta desangrándose en su propio dolor.

v8

La casa del locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora