La luna se asoma por entre las nubes que cubren el cielo mirando curiosa, lo que ocurre con esos corazones locos que se han descubierto esa noche para juntos poder proteger un gran amor que comienza a nacer.
— ¿No estás molesta o sí?—Bill mira detenidamente el rostro de Keri que sigue pálido como una hoja de lino, con la mirada puesta sobre las vías del tren —Keri perdón si te ofendí, te juro que esa no era mi intención. — Keri se gira, después de unos minutos de reflexión, mira en los ojos de Bill la duda, el miedo y el amor que comienza a emanar de ellos, es lo mismo que ella siente por él.
—No estoy molesta y mucho menos ofendida por el beso—hace una pausa inspirando una gran bocanada de aire—es solo que todo esto es nuevo para mí, y tal vez yo no sea lo que tu estés esperando—termina diciendo con una gran tristeza reflejada en sus ojos.
—Keri, tú no eres lo que yo espero—dice en tono serio, ella en ese momento siente un sabor amargo, subiéndole desde el centro del estomago y alojándose finalmente en su garganta amenazando con salir, mientras sus ojos se cubren de una ligera capa de agua—eres mucho más de lo que alguna vez imagine tener—toma el rostro de Keri, para dejar en sus labios un beso y el poder disfrutar del dulzor de ellos. Mientras una lágrima escapa de los ojos de Keri, hasta perderse en los labios de ellos—espero que esas lagrimas sean de alegría y no de pena—dice limpiando el rastro de ellas del rostro de Keri y volviendo a besarla, mientras ella puede sentir como el cielo es algo sin importancia comparado con él, no hay nada ni siquiera la más hermosa melodía que se haya creado o tocado que se pueda comparar con Bill, todo en el es único, sus ojos, sus labios, su manos, el calor y el olor tan exquisitos que ni las más exóticas flores tienen y ese corazón que ahora le pertenece a ella, mueve sus labios ahora consientes de no dejar escapar ningún segundo de esos labios tan únicos, tan suaves y tiernos que la han enamorado.
—Disculpen— una voz incomoda y algo avergonzada se escucha tras ellos, Bill gruñe por tener que separarse de los labios de Keri, pero finalmente lo hace, mientras ella siente por incontable vez en esa noche el ardor de sus mejillas—no es mi intención interrumpir, pero necesito las llaves del coche de Tom.
—Keri este es Andreas, mi mejor amigo y también de Tom— dice mirando al rubio que se encuentra frente a ellos— Andreas ella es Keri.
—Así que tu eres la famosa chica que ponía de mal humor a Bill al despertar— el tono de voz es sínica y a la vez cordial, lo cual hace a Bill sentir vergüenza y rabia al escuchar eso, esta apunto de replicar cuando Andreas se le adelanta—me alegro que existas y que seas tan bonita, la verdad es que todos comenzábamos a cuestionar la salud mental de él—finalmente se acerca a la chica y deposita un beso en su mejilla— apuesto a que Tom, esta mas que feliz con tu existencia.
—Andreas deja de avergonzarme e incomodarla a ella.
—Yo no te avergüenzo Bill—le da una ligera palmada en el brazo—solo soy honesto, eres tu quien de seguro la ha de poner incomoda, pero eso me lo dirán otro día ahí viene su tren, ahora las llaves—extienda la mano para recibirla—-buen viaje y saludos a los chicos , a por cierto felicítenme a la prima de Gustav ya me contaron como esta Tom por ella, me alegro que alguien le haga sufrir un poco— dice terminando por alejarse, Bill y Keri solo sonríen y ambos se encaminan hacia el tren, una vez dentro del vagón deciden volver a sentarse en la parte trasera, Bill cobija a Keri entre sus brazos, mientras ella recuesta su cabeza sobre su pecho, posando sus manos sobre las de él, quien comienza a jugar con sus delicados dedos, de pronto recuerda las palabras de Leila.
— ¿Te duelen?—mira las manos de Keri y comienza acariciarlas con cuidado como si fueran la más exquisita pieza de marfil que él ha podido observar.
—No, Claire las ha curado todas y yo he procurado no lastimarlas de nuevo.
—No lo hagas de nuevo, me duele verlas lastimadas
—Leila… ella te conto algo no es así
—Si me conto algunas cosas, pero no lo hizo por lastimarte, lo hizo para que yo entendiera lo importante que eres para ella—exhala y envuelve mas a Keri entre sus brazos—no te molestes con ella.
—Claro que no, se de las buenas intenciones de ella.
— ¿Y de las mías?
—De las tuyas también—levanta un poco el rostro para encontrarse con la mirada cálida de él, quien sin pensarlo dos veces, la vuelve a besar, con aquella gracia infinita, extasiándose del licor que emana de sus labios, siéntiendose embriago de ella, minutos más tarde, los ojos azules de Keri comienzan a llenarse de pequeñas lagrimas y un bostezo se hace presente, Bill comienza arrullarla hasta que su respiración se vuelve lenta y acompasada, sus labios rojos quedan entre abiertos y sus parpados se cierran para proteger ese mar, Bill se acomoda en el asiento hasta quedar recostado y Keri sobre él, mientras comienza a pasar sus manos por los finos mechones de cabellos, perfumando sus manos, deposita un beso en su cabello y el finalmente se queda dormido.
Los días pasan rápidos para todos el cumpleaños de Leila se acerca, Bill y Keri se dedican a pasar tiempo juntos, el amor que ambos se tienen cada vez crece más y los chicos observan encantados el cambio de Bill, pero son Leila y Claire quienes se sienten más felices por el brillo y el cambio que ha dado Keri en los últimos días al estar con Bill, para ellas es como mirar un bello botón que por fin se abre para mostrar la hermosa rosa en la que se ha convertido.
— ¿Que hacemos aquí?— Bill toma a Keri por la cintura para poder besarla
—Vamos a recoger el regalo de Leila— dice cuando sus labios se han separados, Keri toma la mano de Bill y ambos entran en la tienda, caminan hasta el mostrador donde se encuentra Lucas, quien mira sorprendido, al ver a Keri tomada de la mano de Bill—Hola Luca — sonríe.
—Ah…hola Keri— dice en tono frio y la sonrisa se borra de golpe del rostro de Keri— ¿en qué puedo ayudarte?
—Vengo por el regalo de Leila—mira confundida al chico.
—Si claro espera aquí, ahora lo traigo— dice en el mismo tono frio, se da media vuelta y desaparece
— ¿Pasa algo? — pregunta al ver que Keri se ha quedado ida, sacude la cabeza, esta apunto de contestar pero en ese momento llega Luca.
—Muy bien aquí está el regalo de Leila, puedes revisarlo para que veas que está en condiciones— abre el estuche para que Keri pueda observar el violín.
—No necesito verlo, se que lo cuidaste bien — dice volviendo a cerrar el estuche— Keri saca de su bolso el dinero para pagar el violín, Luca lo recibe sin siquiera voltear a verla, lo que provoca en ella un sentimiento de tristeza y confusión, sus ojos de pronto se han ensombrecido y Bill puede notar eso, mientras siente como la rabia comienza a surgir en el, al ver la tristeza reflejada en el rostro de Keri.
—Felicítame a Leila por su cumpleaños— dice guardando el violín en una bolsa para entregárselo a Keri.
—Si lo hare… supongo que nos veremos después— Keri intenta despedirse del chico pero este se aleja.
—Si tal vez, ahora si me disculpas Keri tengo trabajo que hacer.
—Luca, ¿estás bien?
—Si estoy bien — dice cortante— por cierto felicidades no sabía que ya tenias novio— dice mirando despectivamente a Bill — ¿Qué dijo tu padre al respecto? — Keri se tensa en ese momento, su padre no sabe nada al respecto de su relación con Bill.
—No es cosa que a ti te incumba— responde Bill en tono brusco—pero gracias por felicitarnos—mira desafiante a Luca, pero este ignora su mirada y se concentra en Keri.
—No, lo sabe no es ¿así? — Keri mueve la cabeza en señal de negación— te vas a meter en problemas cuando se entere.
—no te preocupes, Luca que yo me encargare de que el señor Novacek no se moleste por nuestra relación.
—Como se nota que no lo conoces, pero igual te deseo suerte amm—dice mirando al chico
—Bill, Bill Kaulitz mucho gusto— dice extiendo su mano, Luca extiende la suya para responder al saludo— Bueno Luca no te quitamos mas tu tiempo, se ve que tienes mucho trabajo, nosotros nos vamos—toma la mano de Keri para ambos darse la vuelta y salir del local, bajo la mirada sombría del chico, quien los mira marcharse con rabia.