Keri despierta al sentir un ligero dolor en su vientre, retira las mantas que cubre su cuerpo y con gran dificultad logra ponerse en pie, pasa el dorso de su mano por su frente que se encuentra cubierta en sudor, sale de la habitación en busca de Claire pues el dolor cada vez comienza hacerse más fuerte y ella no cree lograr soportarlo.
— ¿Keri?— dice Harry acercándose hasta su hija que se encuentra pálida— ¿hija que sucede? — dice mientras con un brazo rodea el cuerpo de la chica para que no pierda el equilibrio
—Papá, necesito ir a un hospital— dice en hilo de voz, mientras el hombre comienza a gritarle a Claire para que a parezca, la mujer llega hasta a ellos y ve el pálido rostro de Keri, y como es sujetada por su padre, Claire corre hacia el estudio del señor Novacek para tomar la llaves del coche, cuando las tiene en su poder abre la puerta para que el hombre pueda salir con la chica en brazos que se ha desvanecido producto del fuerte dolor, Claire sube a la parte trasera del coche y apoya la cabeza de Keri entre sus piernas, el coche se detiene frente a la puerta de emergencias, el señor Novacek abre la puerta trasera para sacar a Keri, ambos llegan hasta la recepción del lugar y es Claire quien pide ayuda para la chica, no pasan más de dos segundos cuando el cuerpo médico se hace presente, toman a Keri de los brazos de su padre y la colocan sobre una camilla, en ese momento ella comienza abrir los ojos y es cegada por la luz de una lamparilla, aleja la luz de sus ojos con un golpe torpe, mientras comienza a escuchar como los médicos hablan sobre un posible sufrimiento fetal, el dolor vuelve a ella como una punzada que se interna en todo su cuerpo.
Bill
Bill y los chicos observan como Karina se pasea de un lado a otro por la habitación, hace más de una hora que sostiene una llamada, el rostro de ella es ilegible no hay ninguna muestra de que lo que sea que le estén informando del otro lado de la línea sean buenas o malas noticias, unos minutos después, cuelga el móvil, sin mirar a los chicos sale de la habitación.
— ¡Karina! —grita Bill saliendo tras ella, pero ella no se detiene sigue caminado más rápido casi hasta correr al ascensor. Pero él logra detenerla tomándola por el antebrazo. — ¿Qué rayos sucede?
—Ahora no Bill— dice soltándose de su agarre, llamando al ascensor, ingresa al pero Bill interpone su cuerpo impidiendo que las puertas de este se cierren.
— ¿Sabes algo de Keri, no es verdad? —dice con la mirada fija en ella.
—Mira Bill, ahora no puedo hablar pero si es algo sobre ella, necesito ir sola y comprobar que es verdad lo que me acaban de informar.
—Yo voy contigo— dice entrando al ascensor.
— ¡No, tu no vas a venir!, porque eres demasiado paranoico y no quiero que arruines las cosas— dice empujando a Bill fuera del ascensor. Quien solo observa su reflejo al ver como las puertas de este se cierran.
Keri
Los ojos azules de Keri comienzan abrirse una ráfaga helada recorre cada terminación de su cuerpo, se siente aturdida, los recuerdos de esa mañana aparecen como destellos fugases de luz sobre sus ojos, lleva su mano hacia su vientre, el cual se encuentra vacio, el corazón se le acelera al darse cuenta que no hay nada en él, la puerta de la habitación en la que se encuentra se abre y ella se gira sobre la cama importándole poco si se encuentra herida, lo que ella necesita son respuestas, se encuentra de frente con la mirada marrón de su padre quien le dedica una sonrisa triste.
— ¿Dónde está mi bebe? —dice incorporándose de la cama y con la voz llena de angustia
—Tranquila hija... no te hace bien esforzarte- dice acercándose hasta la cama
— ¿¡Dónde está mi hijo!?... Papá dime que está bien— dice con lágrimas en los ojos.
—Si Keri… el niño está bien— dice pasando una mano por la cabeza de su hija para acomodarle los mechones de cabello.
—Tengo que verlo— dice intentando salir de la cama, pero es detenida por el hombre. Ella lo mira confundida, intenta leer lo que, la mirada de él dice.
—No lo vas a tocar- advierte con rabia con en la voz.
—Solo quiero ayudarte para que veas a tu hijo, aun estas débil— mira la mano de su padre con desconfianza pero se encuentra más desesperada por ver a su hijo que concentrase en meditar sobre la actitud de su padre.
Keri camina por un pasillo y se detiene frente hacia una habitación desde donde se pueden observar un sinfín de recién nacidos, pero ella solo quiere ver al suyo, una enfermera aparece del otro lado de la habitación y le sonríe a la chica, el señor Novacek apunta el cunero donde se encuentra el niño, la mujer le hace señas a Keri para que entre a ver a su bebe, se suelta de la mano de su padre y camina hacia el lugar que le ha indicado la enfermera, entra en una habitación de colores pasteles, con afiches de ositos y nubes blancas, se sienta en la mecedora que hay en la habitación, ansiosa por tener en sus brazos a su hijo, la enfermera aparece con el bebe en brazos y se lo entrega a Keri, sus ojos se empañan de lagrimas al contemplar tan maravillosa creatura en sus brazos, sus cabellos son de un castaño claro, supone que ese debe ser el color de cabello de Bill, pasa su mano por la suave carita acariciando las finas facciones del bebe, tiene la nariz de él… de eso no tiene la menor duda, pero su piel es igual de blanca que la de ella, casi de porcelana, acaricia las manitas ajustando sus dedos al agarre de su hijo quien los sujeta consciente de que es su mamá, aun tiene sus ojitos cerrado, lleva sus labios hasta la frente de su bebe y deposita un tierno beso, lo mira con tanta devoción y amor, una sonrisa aparece en sus labios, todo los meses que ha sufrido parecen curarse de pronto, el frio que envolvía su corazón sede con el calor de ese pequeño cuerpo entre sus brazos.
—Te amo tanto—dice acariciando el contorno de los labios color cereza de su hijo, quien comienza a desperezarse y abrir sus ojitos, queda maravillada al observar los colores de los ojos de su hijo, no son azules como los de ella y tampoco son miel como los de él, la risa de admiración al contemplar a su hijo llena de magia la habitación, mientras ella le contempla aun embelesada porque él tiene un ojo azul y el otro miel la deja fascinada, es como ver una parte de él y ella dentro de su hijo.
— ¿Keri?— la voz de su padre la saca de su burbuja de felicidad, aferra al niño entre sus brazos, con la intención de protegerlo de él.
—Tiene un ojo azul y el otro café— dice mirando a su pequeño, con adoración.
— ¿Puedo sostenerlo? — pide poniéndose frente a su hija, quien no despega la mirada de los ojos de su hijo, dudando mira a su padre para poder confirma si es seguro confiarle a ese hombre el que toque a su pequeño. Después de unos segundos decide que puede hacerlo, Keri coloca al niño con extremo cuidado en los brazos de su padre.
Harry queda azorado al contemplar los ojos del pequeño—Sin duda eres algo fuera de lo común-—comentario que a Keri le hace fruncir el seño en total desacuerdo con su padre—Si bastante único diría yo—dice mientras sostiene al niño con un brazo y con el que tiene libre acaricia el rostro del niño. El hombre sigue perdido en el pequeño que se encuentra entre sus brazos a su mente llegan las imágenes del día que él sostuvo en brazos a su pequeña Keri y observo lo grande y expresivos que eran sus ojos azules, fue en ese momento que juro que su hija seria un dechado de virtudes y el sería el encargado de eso, pero este niño sin lugar a duda estropeaba todo por lo que él había trabajado, levanta la vista para fijarse en el rostro de adoración de su hija sobre esa criatura que él sostiene en sus brazos, su mente comienza a maquinar que hará ahora que él ha llegado, decide que por ahora dejara disfrutar a Keri de su pequeño momento de felicidad.
—Aquí está tu hijo— dice regresando el bebe a los brazos de la feliz madre-—Disfrútalo ahora que aun es pequeño— dice dejando un beso en la frente de Keri, quien siente una punzada en el pecho tras escuchar las palabras de su padre, no él no sería capaz de quitárselo ahora, no puede quitarle lo único que la hace feliz, el único pedazo de cielo que tiene en sus manos, el llanto del pequeño hace que deje esos pensamientos de lado, mira aterrada al bebe que ha comenzado a removerse inquieto entre sus brazos, la puerta de la habitación donde se encuentra se abre y aparece una enfermera quien le informa que ahora tiene que alimentarlo, mientras la mujer le enseña cómo hacerlo, Harry sale de la habitación con una sola idea en su mente, como deshacerse de ese pequeño estorbo en la vida de su hija.