Capítulo 17

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En definitiva los sueños, no son más que  mensajeros de lo que se nos avecina, cosas buenas, otras  malas, en algunas ocasiones solo están ahí, para recordarnos los que somos, lo  que deseamos y lo que añoramos, dentro de cada sueño hay una realidad y en cada realidad hay un sueño esperando por ser descubierto, eso era lo que Bill estaba sintiendo, su realidad le mostraba que sus sueños se podían realizar, y todo esto pasaba mientras observaba alucinado al igual que los chicos y el resto de los alumnos en esa pequeña sala, como Keri interpretaba su pieza, la cual lograba enchinar la piel de cualquiera que la escuchaba, era una sensación tan indescriptible la que sentía el chico, la música lo trasportaba a un lugar inimaginable para él, su corazón latía  de forma tan estrepitosa que sentía que en cualquier momento atravesaría su pecho, las sensaciones que sentía era algo nunca experimentado por él, no podía despegar sus ojos de las manos de Keri, al ver como se movían de modo tan único y exquisito, sus ojos se encontraban cerrados, no era el único que se encontraba disfrutando de la sensaciones tan increíbles que desprendía el chelo, ella también se encontraba en su propio mundo, uno donde era libre donde era ella y no lo que su padre quería, un mundo lleno de paz y de tranquilidad para ella, ese lugar al que algún día viajaría.

Cuando la pieza se iba acercando a su fin, las emociones comenzaron a flotar por todo el lugar, si tan solo en esa pequeña sala ella podía, hacer que todo eso ocurriera con él, no se quería ni imaginar lo que podría provocar ella  en su corazón, Keri abrió sus ojos bajo el escrutinio de todos los presentes en esa sala, los cuales rompieron en aplausos, una sonrisa apareció en su rostro iluminado sus ojos azules, los chicos comenzaron a lazar cuantos halagos se les ocurrieron por lo talentosa que era, lo que hizo que su rostro se tiñera de un ligero rubor que hacia resaltar sus profundos ojos azules, se levanto de la silla, dejando apoyado su chelo y el arco.

—Excelente Keri, no tengo palabras para describir lo que acabamos de presenciar—dice el Señor Materazzi, encantado con lo que acaban de presenciar— bueno lo que tendría que decirte creo que fue cubierto por tus amigos — dice para finalmente dirigirse al resto de la clase, mientras Keri observa detenidamente a todos los ahí presentes, sus ojos chocan con unos ojos marrones que le sonríen, de una forma que ella nunca antes había visto en ningún otro chico, efecto que produce en ella, que su rostro se vuelva a tornar mas rozado que cuando los chicos le aplaudían.

— ¡Keri! ¡Bill! — Las voces de Leila y Tom les hacen despegar la mirada y girarse hacia la puerta del salón donde se encuentran esos dos.

—Si ya terminaron con su juego de miradas, podemos irnos que muero de hambre — dice Tom con malicia

—Se gastaran con la mirada donde sigan así. — dice Leila soltando una risilla la cual contagia a Tom.

Bill y Keri se miran avergonzados por las palabras dichas por aquellos dos, percatándose que la sala ha quedado completamente sola, con ellos dos dentro, Keri toma su bolso el cual Bill le entrega y ambos salen de la sala, bajo las risas y los comentarios burlones de Leila y Tom.

—No escucharon cuando les dijimos que ya nos íbamos — dice Leila, mientras van caminando por el pasillo,

—Si no es por Gustav que se dio cuenta que faltaban, ustedes dos ya nos habríamos ido— dice Tom soltando la risa.

Bill observa lo incomoda que se encuentra Keri, por los comentarios que hacen Leila y Tom, sabe que no puede decirle nada malo Leila, pero a Tom, tiene varias cosas que aclararle.

— ¿Estás bien? — dice lo bastante bajo solo para que Keri escuche, esta solo asiente con la cabeza, Bill se siente apenado por lo incomoda que se encuentra la chica, mientras escucha como Tom y Leila se siguen riendo, Keri camina con la mirada pegada en sus zapatos, en ese momento siente como algo invade su interior, camina más aprisa hasta llegar al lado de Leila y Tom, quienes lo miran confundidos — ¿Tom podemos hablar? — dice Bill cuando estos han detenido su paso.

—Tiene que ser ahora— dice tom mirando a su hermano con gesto aburrido

—Solo será un segundo— dice mirando a Keri y Leila

—Supongo, chicas nos esperan con los otros dos, ahora salimos— dice dedicándoles una sonrisa ambas, quienes solo asienten y salen del conservatorio.

—Muy bien ahora si de que quiere hablar, Bill—dice Tom cuando las chicas se encuentran ya lo bastante lejos.

—Quieres parar a esos comentarios estúpidos, no ves que la hacen sentir incomoda— dice Bill tratando de contener toda la rabia que siente dentro

—Tranquilo Bill, que Leila y yo no lo hacemos por molestar.

— ¿Que no lo hacen por molestar?, si desde que llegamos no has parado de hacer, comentarios fuera de lugar y no solo tú, también Georg, aunque aquel tarado solo te sigue el juego.

—Bueno si no quieres que se sienta incomoda, tu tampoco la hagas sentir incomoda entonces— dice en tono molesto.

— ¿A que te refieres con que no la haga sentir incomoda?

—Que tu también lo haces, crees que no me he dado cuenta como la miras desde que llegamos, dice que te recuerda a alguien y hoy cuando salimos de su casa fingías estar dormido solo para observarla y que no te descubriéramos, yo no soy imbécil  Bill, pudiste engañarlos a todos en ese coche haciéndolos pensar que dormías, pero a mí no.

—Tom yo—dice aturdido por la palabras de su hermano

—Tom, nada antes de reclamar algo, fíjate bien en lo que haces primero tú—dice para dar por finalizada la conversación.

—Me gusta— dice antes de Tom salga por esa puerta, lo que hace que este gire para mirarle

—Claro que te gusta, es  hermosa, además de ser muy talentosa, pero ten cuidado que la puedes asustar— dice dándole una palmada en el hombro— anda vamos que los demás no están esperando

—Perdón es que me.

—Te perdono, hermanito, es normal la niña te gusta, ojala que ella sienta algo por ti, claro además del evite miedo que te tiene— dice soltando una risa.

—Miedo de ¿De qué estás hablando Tom?

—Ya camina Bill, que tengo hambre, mas tarde seguimos hablando quieres—dice para salir al encuentro de los demás.

— Vaya pensamos que tendríamos que entrara a buscarlos— dice Geo.

— ¿Dónde está Keri? —pregunta Bill mirando a Gus y Geo interrogante.

—Se tuvo que ir, tenia cosas que hacer, algo así dijo, la verdad no estoy muy seguro esperemos a que Leila regrese la acompaño a la parada del autobús — dice Gustav rodeando el coche.

Bill observa la dirección que señalo Gustav, Tom coloca una mano en su hombro en señal de apoyo, pues sabe que su hermano se hace ideas muy tontas demasiado rápido.

—Tal vez tenía algo importante que hacer, tranquilo Bill, la veras mañana o más tarde, de eso me encargo yo, Bill solo asiente y entra al coche seguido por Tom, mientras esperan a Leila, Bill recarga la cabeza en el asiento y cierra los ojos mientras recuerda, a Keri tocando y las misma sensaciones que sintió momentos atrás renacen.

—Perdón, me entretuve hablando con Luca—dice Leila entrando al coche

—No tranquila Leila, aquí nosotros esperamos hasta que te dé la gana en regresar—dice Tom molesto mientras se coloca las gafas, Leila los demás lo miran alucinados por el tono de voz que ha usado.

—Déjalo Leila así se pone cuando tiene hambre—dice Bill para que no comience una discusión entre Gustav y Tom pues es obvio que a Gustav no le ha agradado para nada el tono que ha usado Tom para responderle a Leila, a lo que Tom hace caso omiso y sigue con la vista fija en el camino.

—Y ¿Por qué se fue Keri? — dice para calmar la tensión que se siente dentro del coche.

—Su padre iba a llamarla— dice Leila mientras se acomoda mejor en el coche—más tarde le llamo para ver si nos juntamos en mi casa.

Bill sonríe esperanzado por volver a verla.

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