La mañana llega cargada de promesas, como anteriormente lo había hecho pero esta vez llega decidida, el tiempo ha pasado lento y doloroso, tal vez sea hora de que todo llegue a su fin.
— ¡Bill! — grita Tom desde el pie de las escaleras— o te mueves o subo por ti.
—Tom no grites—dice Leila bajando las escaleras.
—Es que no se apresura y yo tengo hambre— dice mirando a la pelirroja con una sonrisa— Oh, prefieres que te coma a ti— dice en tono travieso, pero antes de que esta le responda Bill baja corriendo.
—Ya estoy listo— dice pasando por un lado de la pareja.
—Anda ya vámonos—Leila camina hacia la salida.
—Entonces Georg no ha llamado—dice Bill entrando al interior del coche
—Llamo cuando llego a Berlín, pero vamos Bill seamos honesto que Georg encuentre a las chicas en Berlín es como buscar una aguja en un pajar.
—Es que no entiendo qué rayos hace Keri en Berlín.
—Me parece extraño que ella no esté con su padre— dice Leila mirando a Bill— algo malo debió pasar con él.
— ¿Tú qué crees que haya pasado? —pregunta Tom curioso.
—Tal vez Harry decidió que era mejor que ella fuera libre— dice Bill no muy convencido.
—Bill conocemos a Harry… él jamás dejaría ir a Keri así como así—dice mirando a Bill confundida—además porque esta con Asgard… ¿Por qué no buscarnos? ¿Por qué no buscarte a ti?
—Leila tiene razón, porque están ellas dos juntas, algo malo tuvo que haber pasado.
—Debí haber ido yo a buscarla y no Georg— dice molesta.
—Cielo en tu estado no te iba a dejar que viajaras— dice Tom con recelo.
—Tom, tengo cuatro meses, ha esto le faltan cinco meses más cuando mucho— dice posando su mano sobre su vientre.
—No eres tu quien debe buscarla, ni Georg… soy yo… Yo tendría que haber viajado a Dresden— dice Bill mirando hacia la ventana. —tengo que llamar a Georg y pedirle que regrese.
—Bueno eso lo harás más tarde—dice Tom cuando el coche se ha estacionado frente a la casa de Gustav, quien los está esperando frente a la puerta de su casa, tras asegurar la puerta, el rubio se encamina hacia la camioneta donde lo esperan los demás.
—Creí que íbamos a comer— dice mirándolos a todos cuando ingresa en el coche.
—Vamos a comer—dice Tom serio.
—Porque estamos todos enojados— dice mirando a Bill.
—No estamos enojados Primo— dice Leila quien le sonríe- hola Gustav.
—Hola pequeña— dice sonriendo—si no estamos enojados porque las caras largas.
—Apareció Keri— dice Bill tras soltar un suspiro.
—Keri apareció… woow y ¿dónde está?... ¿Bill debes de estar más que feliz? —dice sacudiendo a Bill por el brazo.
—El problema es ese Gus, que no la hemos encontrado aun— dice Tom con la vista fija en la carretera.
— ¿Cómo si apareció, tienen que saber donde esta? —pregunta confundido.
—Sabemos que está en Berlín… pero aun no damos con ella— dice Bill cuando se han sentado los cuatro a la mesa.
—No entiendo, como saben que está en Berlín y como es que no dan con ella… ¿por cierto donde está Georg?
—Geo está en Berlín, viajo a Dresden a buscar Asgard.
—Por fin se decidió a buscar a la rara— dice riendo.
— ¡Gustav Klaus Wolfgang Schäfer! — dice Leila en el mismo tono de voz que usa una madre para regañar a su hijo. —Se llama Asgard y no es rara—dice mirándolo molesta.
—Perdón— dice conteniendo la risa— es que si desde que se hicieron amigas se me olvido que la defiendes.
—Déjate de idioteces quieres.
—Que tiene que ver Asgard en todo esto.
—Pues que ella está con Keri… no sabemos el porqué pero el hobbit nos dijo que Luca eso le informo—dice Tom ya que Bill se encuentra llamando a Geo
— ¿Luca? — Dice sorprendido—Luca es el idiota que le conto todo al papa de Keri.
—El mismo imbécil.
—Cada vez entiendo menos— dice mirando a los otros tres.
***
— ¿Estás segura que aquí vive? — dice Asgard mirando la casa de Gus.
—Qué si mujer que si… estuve varias veces aquí—dice Keri tocando nuevamente el timbre.
—Pues a mí me parece que no hay nadie en casa—dice Asgard sentándose en un peldaño de la entrada.
—Pues de aquí no nos movemos hasta que vuelva.
— ¿Y si se fueron de gira? — dice mirando a Keri que sigue golpeando la puerta.
—No Asgard… algo me dice que hicimos bien en venir hasta aquí.
—Al menos preguntémosle algún vecino.
—Está bien ve a preguntar tu… mientras yo llamo Luca— dice Keri mientras saca su móvil del bolsillo de su chaqueta.
—Está bien— dice en tono cansado.
Keri llama al teléfono de Luca pero este no responde, así que decide dejarle mejor un mensaje de voz, informándole que dejaron Berlín y que se encuentran en Hamburgo, tras decirle el número del departamento, cuelga.
—Pues bien la señora que vive al lado… dice que salió en un coche con tres personas más... Pero que no vio quienes.
— Seguro son Bill, Tom y Leila—dice sonriendo.
—Chels vamos a comer algo… y más tarde regresamos— dice como niña pequeña
—Si tienes razón vamos y más tarde regresamos.
—Genial—dice dando saltitos como niña chica hasta la camioneta de Keri.
Ambas chicas se montan el coche y parten hacia una cafetería para almorzar, puesto que ya es demasiado tarde y ellas llevan cerca de tres horas frente a la casa de Gustav.