Capítulo 9

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La fuerte lluvia impacta contra todo lo que se encuentre a su paso, las gotas se adhieren en una ventana la cual muestra, no solo la oscuridad que cubre la ciudad sino también esas cuatro paredes, acompañadas por un silencio y una respiración un tanto apacible. Un ruido interrumpe aquel momento de soledad y reflexión.

— Perdón— dice, buscando con la mirada a su gemelo que se encuentra recostado sobre su cama. — mi intención no era decir eso  Tom. — dice muy arrepentido de sus palabras.

Tom gira su rostro hasta encontrarse con la mirada de Bill, quien le observa desde el umbral de la puerta indeciso de si entrar o quedarse donde esta, Tom quien se encuentra recostado se inclina hasta quedar sentado, sin quitar por ningún momento la mirada de su hermano.

— Tom, mi intención no  era decir que por ti siempre nos metemos en problemas. —  dice mientras comienza a cercarse lentamente hacia a Tom.

— Pues todo parece indicar lo contrario. —  dice aun molesto

— Es que sigo sin entender porque tienes tanto interés en ir a Dresde y no me salgas con que solo para joderle las vacaciones a Gus… ¿Tú tienes otro interés?

— Ya te dije cual es mi interés—  dice con cierto tono aburrido

— Si tienes una corazonada, pero… ha está bien iremos a Dresde y yo no diré nada mas al respecto—  dice cansado, pues sabe que de nada le servirá intentarle sacar una palabra.

— Entonces te disculpo—  dice Tom con una sonrisa en el rostro—  ahora bajemos que muero de hambre—  agrega mientras se pone de pie.

Ambos gemelos salen de la habitación y se dirigen hacia la cocina, donde ambos comienzan a inspeccionar dentro del refrigerador y la alacena en busca de algo para comer, finalmente ambos se decantan por ordenar una pizza y ver una película, mientras esperan a que esta llegue, comienzan a escoger que película verán.

— Bill, hemos visto Saw cerca de tres veces, ahora es mi turno de elegir la película, además estas en deuda conmigo por tus comentarios fuera de lugar.

— Si claro, yo siempre—pero no termina con su argumento, debido a que alguien ha llamado a la puerta— debe ser la pizza— dice mientras camina en dirección a la puerta saca el dinero  para pagar la pizza, abre la puerta con la idea de encontrarse con el repartidor, pero es otra persona, la que se encuentra del otro lado de la puerta.

— ¡Sorpresa! ¿A que no me esperaba?

— La verdad es que no Georg, pensé que eras el tipo de las pizza—  se hace un lado para que Georg pueda entrar en la casa.

— Así pues agradece que te ahorrado, el dinero en la pizza— dice mientras camina con Bill a sus espaldas, una vez que ambos han llegado a la sala, ven a Tom jugando un videojuego de carreras— ¿oye ese es mi juego cierto? —  dice mientras coloca la pizza en la mesita que se encuentra en el centro de la sala.

— Geo, amigo cuanto tiempo sin verte— agrega Tom feliz de la vida— es tuyo, creí que  era nuestro—  dice con una sonrisa de inocencia.

— Si es mío, Tom, al menos ahora sé que no lo he perdido. —  se sienta a su lado y toma el otro mando que se encuentra al lado. — vamos viejo pon esto para dos jugadores, me debes la revancha, lo recuerdas.

— Tú no te cansas de perder frente a Tom, ¿cierto?— dice Bill mientras deja unos platos, frente a ellos.

— Sabes que no Bill, a todos les encanta recibir palizas de mi parte— dice orgulloso de él.

— Si como sea, vamos a jugar, por cierto Bill, faltan las cervezas no crees— dice mirando a Bill que esta apunto de sentarse a comer.

— ¿Porque siempre término siendo su criado?—  dice caminando molesto hacia la cocina.

— oh vamos Hermanito, sabes que te queremos, además estamos jugando como pretendes que vayamos nosotros.

Al cabo de un par de horas, la pizza  ya ha sido devorada por les tres, no queda ningún rastro de alcohol, los tres se ríen de manera descontrolada, recordando anécdotas, Geo a perdido de  nueva cuenta frente a Tom y Bill le ha ganado solo tres contiendas, de pronto el ruido del teléfono interrumpe la conversación tan divertida que sostienen.

— Es tu turno de contestar Tom, yo le abrí al Hobbit—  dice Bill partiéndose de la risa, pues el alcohol claramente ya le ha embotado el cerebro.

Tom de mala gana, camina hacia el teléfono.

— Diga

— ¿Gus?, ¿Qué Gus?— dice haciendo el gracioso, mientras mira a Bill y Geo que ahora están jugando póker.

— Oh claro Gusy—  dice estallando en risas—  no estoy borracho, tal vez algo alegre—  vuelve a reír, del otro lado de la línea se escucha como Gus, suelta algunas palabras algo altisonantes—tranquilo viejo está bien ya me comporto.

— Claro que aun queremos ir viejo, no te preocupes mañana en la tarde nos vamos, ¿Cómo que ahora nos tenemos que ver el aeropuerto?

—Por eso no te preocupes Gus, Geo está aquí yo le aviso.

—Oh es verdad los perro, tendré que llevar a scotty  a la guardería también… ¿oye usaras el servicio de siempre para dejar al tuyo?, muchas gracias, viejo… entonces nos vemos mañana a las 4 en el aeropuerto.

—Será mejor que me vaya… tengo bastantes cosas que hacer antes de mañana— dice Geo poniéndose de pie.

—Geo ¿estás seguro que puedes manejar? —dice Bill mirando algo preocupado al ver que Geo se tambalea un poco al ponerse de pie.

—claro Bill, solo estoy algo mareado, pero si puedo manejar.

—Hobbit, lo mejor será que a pases esta noche aquí, ya mañana te vas temprano, mira que quiero conocer Dresde y sus bellezas a tu lado, porque Bill, no me dejara extenderme a mis anchas.

—Jajajaja— ríe con ironía Bill—que gracioso eres Tom, pero creo que  tienes razón, Geo quédate esta noche, mañana temprano te vas.

—Está bien creo que les tomare la palabra.

Después de terminar de tomarse lo último que quedaba de cerveza cada uno se va dormir, pues mañana tendrían un día agitado, con la partida a Dresde.

La mañana llega siendo igual de fría que las anteriores, para algunos esta mañana es la mejor de todas es el comienzo de una aventura, para otros es la oportunidad de poder lograr un sueño.

— ¿Supongo que no te falta nada?, mira Bill que no me quiero regresar a la mitad del camino porque has dejado alguna cosa.

—Ya he revisado todo, cuatro veces Tom, no se me olvida nada, además aun es muy temprano, ¿para irnos no crees?

—sí pero hay que pasar por Gus y Geo, que no quiero que Gus se vaya y nos deje abandonados en el aeropuerto.

—Gus no es como tú, anda vamos subiendo el equipaje a la camioneta—ambos gemelos caminan hacia la cochera para colocar el equipaje dentro del auto de Tom, el cual ocuparan para trasladarse al aeropuerto, una vez que todo ha sido guardado, deciden salir de una vez por todas de casa y dirigirse a casa de Geo para almorzar y después ir en busca de Gus y así poder partir rumbo al aeropuerto para tomar el tan ansiado vuelo a Dresde y comenzar su aventura.

UnendlichkeitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora