Capítulo 48

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Bill aparca el coche, tras pasar toda la tarde en la casa de Karina y David  revisando cosas para la fiesta de cumpleaños del pequeño, así como también ocupándose del asunto principal que les concierne a él y Karina, encontrar a Keri, el último informe que obtuvieron sobre ella, fue que ingreso a un hospital tras caerse y fracturase una mano, en Italia así que suponen que ella aun este viviendo ahí, ninguno de los dos, puede  salir de Hamburgo por la fiesta del pequeño, pero David ha dicho que será él quien viaje para confirmar que la información sea confiable, limpia las lagrimas que salen de sus ojos, antes de entrar en su casa, abre la puerta y el pequeño Dashev corre hacia él ya con el pijama puesto, lo toma en brazos para dirigirse a la sala.

—Hola chicos—saluda a Tom, Leila, Gustav , George  y Alissa una rubia de ojos color marrón que trabaja con ellos desde hace dos años, como parte de las relaciones publicas de la banda, que se ha convertido en una buena amiga de todos, hacia unos meses atrás, Bill y ella habían tenido un par de citas, pero él no logro sacar a Keri de su cabeza y de su corazón, así que decidieron ser amigos, aunque la rubia estaba enamorada de él, sabía que no tenía cabida en su vida, mientras el siguiera aferrado al recuerdo de la madre de Dashev.

—Se extendió la reunión –Gustav le ofrece una botella de cerveza, la cual  toma con la mano que tiene libre, mientras que con el otro brazo aun sostiene al pequeño.

—Si había algunas cosas que no me gustaban y tanto Karina como yo queremos que todo sea perfecto.

— ¿Viste a mi abuelita? — pregunta Dashev, para después bostezar.

—Si vi a tu abuelita… ¿Qué hace aun despierto? —dice dejando la botella de cerveza en el centro de la mesa.

—Tú le prometiste Leerle antes de dormir…así que te está esperando— Leila se levanta del sillón, para cubrir al pequeño con una manta azul.

—Es verdad… lo había olvidado— dice acomodando la manta— bueno iré a dormirlo y después bajo— dice para comenzar a subir la escaleras hasta la habitación del pequeño, Bill enciende la luz de la habitación del pequeño, la cual bastante amplia, tiene un gran ventanal que da hacia el jardín de la casa, es de color naranja, con muebles de un color claro, en una de las paredes se encuentra pintado un pentagrama con una notas musicales, una canción en realidad Ich bin da aquella canción que él, le cantara a Keri en su primera cita, la cual Leila se encargo de poner en la habitación del pequeño, haciendo gala de su arte en la pintura y con las notas musicales, deja al pequeño en su cama, quien abre los ojos para sonreírle y después llevar su mano a su nariz.

— ¿Papi? — llama entre sueños.

—Dime Dashev—se acomoda a un lado del pequeño.

— ¿Mi mami estará mañana, en mi fiesta? — pregunta con la voz quebrada, acción que hace que Bill se tense.

—No, Dashev pero pronto estará.

— ¿Ella no me quiere? —sus ojitos se han llenado de lagrimas.

—Dashev, tu mami te ama más que a nada—dice limpiando las lágrimas que resbalan por la carita del pequeño.

—Es que yo no quiero fiesta, ni regalos— dice abrazándose al cuello de Bill—Quiero a mi mami—rompe en llanto. Un dolor se planta en el pecho de Bill que abraza a su hijo e intenta calmar su llanto, es el primer cumpleaños en el que el pide a su mama, ocasiones anteriores lo hacía cuando tenía miedo y era Leila quien acudía a su habitación, para calmarlo pues él no se atrevía, pero ahora la pelirroja se encontraba en la sala, con los demás y era su obligación calmar el llanto de su hijo al preguntar por Keri. Comienza arrullar al pequeño y cuando este se ha calmado lo sienta entre su regazo, limpia el ultimo rastro de lagrimas, se gira hasta la mesita de noche y toma el portarretrato que tiene la foto de Keri, para entregársela Dashev quien la abraza, con tanta fuerza como si fuera la misma Keri y no una fotografía la que sostiene entre sus manos.

— ¿Quieres que te cuente la historia del príncipe y como encontró a un ángel de ojos azules, que le regalo a un pequeño travieso de ojos de colores? —le sonríe de lado a lo que el pequeño asiente, una hora más tarde Dashev se encuentra completamente dormido, Bill se levanta con cuidado de la cama, antes de arroparlo toma la fotografía de las manos del niño, lo cubre con las mantas y andes de dejar la fotografía sobre la mesita de noche, se queda mirando los ojos y la sonrisa de Keri, sonríe al recordar la tarde en que Leila les hiciera esa foto, en casa de la pelirroja y Gustav aquella tarde que Tom con su llamada arruinara sus planes de una tarde romántica que resulto ser una de las más divertidas después de todo, vuelve a dejar la fotografía en su lugar y enciende el móvil de luces de la mesita de noche, no quiere que Dashev despierte y encuentre la habitación en completa oscuridad.

— ¿Ya se fueron? —Pregunta Tom quien está recogiendo las últimas botellas de cerveza de la mesa de noche.

—Hace como cinco minutos—camina hacia la cocina, con Bill a sus espaldas— ¿Y bien dime que averiguaron?

—Keri estuvo en Italia hace unos meses y tuvo un accidente— dice sentándose en un banquillo frente a la barra del desayunador.

— ¿Un accidente? —pregunta en tono alarmado, mientras se sienta junto a su Bill— ¿pero está bien?

—Eso creo, según el investigador solo se fracturo un brazo al caer del escenario al término de su presentación, pero no sé si aun siga en Italia.

—Bill no has pensado ¿qué tal vez volvió a Dresden? —dice mientras se levanta y camina hacia la nevera para sacar un par de cervezas.

— ¿Qué esté de vuelta en Alemania? —Recibe una de las cervezas— ¿pero en Dresden donde la buscamos su antigua casa fue vendida?

—Tal vez Leila pueda viajar y buscar a Asgard o a Luca— dice como última opción.

—No menciones a ese imbécil, aun no puedo creer que todo lo que nos paso, fue por su culpa—dice dando un golpe a la mesa.

—Bueno tal vez Asgard pueda ayudarnos, creo que Leila tiene su numero o sabe de una bola de cristal donde la podamos encontrar—lo ultimo lo ha dicho soltando una carcajada que contagia también a Bill.

—Es bastante peculiar no— dice riendo.

—Pero al Hobbit le gusta—ríe— tal vez él pueda ir, pensándolo bien no quiero que Leila viaje en su estado.

— ¿Crees que quiera? — pregunta dudando que Geo quiera viajar.

—Habrá que proponérselo, pero es Asgard, no creo que se niegue— dice riendo.

—Bueno se lo pediré mañana, después de la fiesta de Dashev… ¿por cierto llamaste a Simone?

—Si la llame pero no cree llegar a tiempo de España para el cumple del enano— dice riendo.

—Oye no lo llames así— dice golpeando a su hermano, en el hombro.

—Es juego… me voy que Leila ya debe estar dormida—dice bostezando— nos vemos mañana.

Ambos suben las escaleras y cada uno se dirige a sus habitaciones, Bill se deja caer en la cama, mirando el lado vacio de ella, hace años que sueña con ver a Keri en ese lado de su cama, sonriendo como siempre lo hacía, poder sentir el calor de ella, bajo las sabanas y bajo su cuerpo.

UnendlichkeitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora