—Perdón, no debí haber dicho eso— la voz de Keri es de sincera disculpa. —Vamos Leila no te pongas así. — pero Leila sigue sin inmutarse frente a las disculpas por parte de su amiga, en lugar de eso comienza a caminar mas a prisa como huyendo de ella, pero Keri es más rápida y consigue volver a ponerse a su altura esta vez colocándose frente a Leila deteniéndola por los hombros, para sí interrumpir esa huida. —Ya te he pedido disculpas no se que mas quieres que te diga.
Leila hace una mueca ante, la suplica de Keri, cierra los ojos tratando de controlar toda la furia que siente en esos momentos contra su amiga. — ¿Sabes que quiero que hagas? — dice con la voz aun llena de rabia, a lo que Keri niega moviendo su cabeza— Quiero que dejes de sentirte como una basura, quiero que dejes tu también de menospreciarte, no quiero que todos te pisoteen, quiero que te des cuenta de que lo que tu padre y esa bruja de Kaffie te dicen no tiene sentido, eso es lo que quiero que hagas.
Keri callada comienza analizar cada una de las palabras de Leila para poder responder, sin que esta se vuelva a enojar con ella. —Para ti es fácil decirlo, tú no estás en mí posición.
—Que me es fácil decirlo, pero tú crees que me es fácil el verte todos los días luchando por agradarle a tu padre y a esa bruja— Leila mira con rabia a Keri— pues déjame decirte que estas muy equivocada y sabes que lo mejor será que me vaya a mi clase de solfeo que si sigo discutiendo contigo no querré verte después—se suelta del agarre de Keri, para salir en dirección a su clase de solfeo.
Keri observar como Leila se pierde por el ancho corredor del conservatorio, una vez que esta ha desaparecido de su vista Keri comienza a caminar hacia la salida del conservatorio, no tiene ánimos para quedarse a la última clase del día, dirige su mirada hacia el cielo que está completamente gris ya es el segundo día que este luce de esa manera, se acomoda el gorrito de color azul turquesa y comienza a bajar uno a uno los escalones del lugar, comienza a mirar en todas direcciones contrarias a su habitual recorrido, no quiere ir a casa, su padre no está, la señora Kaffie ha salido de la cuidad así que es libre para vagar por la ciudad sin que nadie la moleste, no le hará ningún daño a nadie si ella puede seguir disfrutando de su libertad hasta que sea una hora prudente para regresar a su palacio de cristal y encerrase en esa torre que es su habitación a cumplir con su terrible condena, comienza a caminar por la calles de Dresden que a esas horas aun siguen vacías, el aire da de frente con su rostro, haciendo que sus mejillas se tornen rozadas debido a las corrientes de los aires fríos de esa mañana, su cabello juega con el viento y de vez en cuando se le dificulta ver el camino, observa cada uno de los escaparates de las tiendas del centro que apenas comenzaran abrirse, sigue caminando como si esta fuera su primera vez por aquellas calles, sus paso se detienen en medio de una plaza, donde escucha una melodía, es como si algo en ella melodía la hiciera sentirse fuera de órbita, comienza a seguir la melodía sus paso cada vez más curiosos y su oído totalmente enamorada de esa melodía, se adentra más hacia la plaza hasta dar de con unas jardineras de concreto sigue mirando a su alrededor pues la melodía ha cesado, con la mirada recorre todo el lugar en busca de ese alguien que hacia momentos atrás había estado tocando tan exquisitamente.
— ¿Buscas algo? — dice una voz a sus espaladas, a lo cual ella no puede evitar dar un bote, se gira y se encuentra de frente a una chica con un aspecto bastante peculiar pero muy único a la vez, Keri la mira un tanto curiosa pues nunca ha visto a nadie con una pinta como la de ella, no es que luciera extraña o al menos a los ojos de Keri podía ser que sí, pero no era algo que le incomodara al contrario le parecía realmente asombroso cada uno de los detalles que complementaban el atuendo de esa chica.
— No, nada— dice con un tono de voz algo confundido, la chica la mira como si esta estuviera alucinando— Bueno en realidad si— retoma nuevamente Keri— Busco una melodía— el tono de su voz es algo tímido.
— ¿Una melodía? — Inquiere la chica curiosa— ¿Qué clase de melodía?
—Am, pues en realidad, no sabría decir qué clase de melodía era, pero sé que ha sido originada por un saxófono— dice segura del instrumento que ha sido capaz de crear semejante melodía.
La chica la mira sorprendida y con una sonrisa pinatada en su rostro para después volver hablar.
— Vaya que tienes buen oído, Soy Asgard y yo soy la que producía esa melodía que tú estás buscando— dice con una sonrisa mientras estira su mano.
— Mucho gusto soy Keri— dice mientras toma su mano— eres asombrosa, si me permites decírtelo.
— Gracias — dice aun con esa sonrisa pegada al rostro— Por cierto tu nombre me suena de algún lugar nos hemos visto con anterioridad.
— Creo que no, pero no me extrañaría mi nombre se encuentra empapelando toda la ciudad.
— Así y se puede saber porque, no luces como una chica que se haya fugado de su casa. — el tono de su voz es de pura diversión
— No me he fugado, aun — lo último lo dice en un hilo de voz, cosa que Asgard no logra escuchar.
— ¿Y porque la ciudad esta empapelada con Tu nombre? — vuelve a inquirir curiosa
— Mi escuela dará un recital dentro de unas semanas y Yo tengo la presentación estelar.
— Así que eres músico de la Prestigiada Academia Bariloche— el tono de voz es algo agrio, a lo cual Keri no puede evitar mirarla mientras frunce el ceño, no comprende porque reacciona de esa manera. —no luces como el resto de los niños ricos que van ahí. — Keri sigue mirándola sin comprender, mientras Asgard comienza a dar vueltas alrededor de su delgada figura, deteniéndose finalmente en sus manos — Chelistas cierto.
Keri la mira con los ojos abiertos de la impresión— ¿Como lo has sabido?, ha claro el cartel
— No, no fue el cartel, es tu pose caminas con gracia y elegancias dotes que solo tiene los chelistas, además que tus manos te delatan. — Keri levanta sus manos para observar mejor cada detalle de ellas, tiene un par de cicatrices algo pequeñas para ser vistas a simple vistas, pero parase ser que para Asgard ha sido muy fácil poder apreciarlas.
— Muy observadora
— Si en realidad si lo soy, tienes que serlo para poder sobrevivir en la calles, ¿por cierto que te parece si me invitas una rebanada de pizza?, tu aparentas traer una buena cantidad de dinero encima— se cuelga su Sax en el hombro y en el otro se cuelga un bolsa, Keri la mira dudosa pero después de unos segundos asiente, ambas comienzan a caminar en una dirección desconocida para Keri, pero al parecer no lo es para Asgard.
— ¿A dónde nos dirigimos ?— pregunta Keri.
— Solo a la mejor pizzería de Todo Dresden no te preocupes no te hare daño, Keri. — las palabras de ella parecen sonar sinceras por lo que Keri sigue caminando detrás de ella.