Capítulo 56

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Keri lleva toda la noche dando vueltas a la cama, la segunda vez que habían regresado a la casa de Gustav, él aún no había regresado, el corazón comienza a latirle de forma descomunal, como si quisiera anunciarle algo, no puede más arroja las mantas hacia un lado de la cama y de un salto se pone en pie, camina hacia el armario para tomar unos jeans y una blusa de algodón, se pone un par de vans, mientras se ata el cabello en un moño improvisado, enciende la luz del pasillo y entra en la habitación de Asgard, para decirle que saldrá.

Pero por más que insiste la chica no despierta, sale de la habitación y camina hacia la sala, toma el blog de notas de Claire que usaba para dejarle algún recado cuando salía, el último mensaje escrito decía que Bill pasaría por ella antes del mediodía, ese mensaje había sido de un día antes de que ella se marchara a Dresden con el padre de Keri, sonríe al recordar como Bill la esperaba fuera del colegio, sacude la cabeza y toma una hoja nueva le escribe una nota Asgard la arranca y vuelve a la habitación, coloca la nota sobre la mesa de noche.

Toma las llaves del departamento y las de la camioneta y sale del lugar, camina hacia el ascensor, pasan menos de dos segundo cuando la caja de metal, se abre frente a ella, corre hacia el interior y presiona el numero que la llevara hacia el lobby del lugar, cuando sale del ascensor se encuentra a Stuart que lee el periódico, no dice nada solo le sonríe al hombre, camina hacia el estacionamiento y se sube a su coche, se enfila en la carretera, la cual se encuentra sola,  en un semáforo en rojo se fija en la hora, dos y media de la mañana, no sabe a dónde ir, pero ella solo necesita pensar, poner sus ideas en orden, lleva más de una hora conduciendo cuando por fin detiene el coche, se fija que ha llegado hasta la casa de Gustav, pues de la única que recuerda como llegar, sin pensarlo dos veces sale del coche, el tiene que estar en casa, no le importa si tiene que pasar toda la noche frente a la puerta del rubio, no se ira de ahí hasta que le diga dónde encontrar a Bill.

Empuña la mano y comienza a golpear la puerta como si en ello se le fuera la vida, pero nadie responde, sigue insistiendo pero sigue sin obtener respuesta alguna, las lagrimas comienzan hacerse presente en sus ojos, mientras siente como la esperanza abandona su cuerpo, un último intento antes de echarse a llorar, justo cuando está a punto de dejarse caer, las luces de la casa se encienden, se aleja de la puerta y se limpia las lagrimas, escucha unos paso, bajando a toda prisa por las escaleras, el corazón comienza a latirle a mil por hora, la puerta  se abre y frente a ella aparece un Gustav somnoliento, que palidece al ver a la chica frente a él, se refriega los ojos para poder observarla mejor.

— ¿Keri? — dice en shock a un no puede creer lo que sus ojos ven

— ¡Oh Gustav! — se lanza a los brazos del chico, quien se queda paralizado, pero reacciona a tiempo para abrazarla.

—Pero… ¿pero cómo?... ¿tú estabas en Berlín?

—Estaba pero… pero no podía estar un segundo más sin Bill.

— ¿Y tu padre? —pregunta confundido.

—Mi padre murió— responde con la voz llena de tranquilidad— llévame con Bill… llévame con él— dice con la voz llena de Angustia.

—Bill se va a morir cuando te tenga enfrente… espera que me cambio y nos marchamos.

Keri observa como Gustav sube los escalones hacia el segundo piso, de la casa mientras ella se queda de pie en la entrada, pasan cerca de quince minutos o tal vez menos pero para ella es como si hubieran sido más, cuando el rubio baja las escaleras.

—Listo— dice tomando las llaves de su coche.

—Tengo mi coche— dice señalando el suyo, cuando ve las intenciones del rubio.

UnendlichkeitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora