Capítulo 46

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El sonido de un Sax, se cuela por el aire irrumpiendo en los pensamientos de Keri, hacía muchos años que no había escuchado esa melodía, pero sabe de quién provenía, solo había una persona en todo Dresden capaz de realizar tan majestuoso encanto sobre el aire con su música, dejo que la música guiara sus pasos, hasta llegar a un pequeño escenario rodeado por una pequeña multitud, abriéndose paso, entre ellas llego hasta el frente, Asgard se encontraba en el centro del lugar, su cabello negro esta vez trenzado hacia un lado de su cabeza, ya no había pircing por ninguna parte de rostro, solo un pequeño pircing en el astrágalo de su oído, que se denotaba por el brillante que reflejaba la luz, su estilo de vestir seguía siendo el mismo, solo que ahora dejaba en claro que Asgard ya no era una niña de  diecisiete, no ahora era una mujer muy hermosa de veintiuno, la misma edad de ella, el pequeño recital termino y la gente comenzó aplaudir, Keri espero hasta que Asgard bajo del escenario, seguida de un chico de rastas rubias, con los ojos color pardo, muy apuesto a simple vista que llevaba con el estuche de una guitarra.

—Hola Asgard.

—Apolo se debe estar retorciendo en su tumba—mira de pies a cabeza a Keri—por dios Chels cuanto tiempo sin verte—se abrazan y sonríen.

—Han pasado muchos años— dice al separarse y limpiando las lagrimas que comienzan a descender.

— ¿Qué te ha traído de regreso a Dresden?— pregunta al momento de limpiar una lágrima también de su rostro.

—Mi padre está muy enfermo y desea morir en su tierra.

—Lo siento mucho Chels— aprieta su mano en señal de apoyo—cualquier cosa que necesites solo dime, yo con gusto de ayudo.

—Muchas gracias Asgard.

—Qué agradeces, para eso somos los amigos, que no… ¿porque aun somos amigas cierto?

—Claro que sí.

—Tienes que contarme que ha sido de tu vida en estos cuatro años… y gracias por despedirte de mí cuando te marchaste, aprecie mucho las postales— dice en tono irónico.

—Lo siento tanto, pero no tenía una dirección a la cual escribirte y mi viaje fue tan precipitado que no tuve tiempo de buscarte.

—Nimiedades Chels, olvídalo supe que estuviste en Hamburgo, pero después desapareciste… Leila estuvo aquí buscándote.

— ¿Leila estuvo aquí? —su tono de voz es de sorpresa

—Si yo incluso la ayude, pero nunca supimos nada de ti.

— ¿Leila y tú,  juntas buscándome?- dice con asombro.

—Oye después de todo lo que ella tenía eran celos, le dije que yo jamás intentaría separarlas.

—Me alegro mucho que hayan arreglado sus diferencias.

—Por cierto que te parece si me invitas un café, se ve que tu traes bastante dinero encima—dice soltando una cálida risa, al recordar aquellas palabras que le dijera cuando se conocieron, Keri sonríe al recordar el día en que se conocieron, Asgard se despide del chico rubio que después de presentárselo a Keri se retira  y ambas comienzan a caminar hacia la cafetería, en el camino solo hablan tonterías, recuerdos del día en que se conocieron , por un momento Keri siente como si el tiempo no hubiera pasado y volvía a esa tarde, gris donde conoció a Asgard, la chica que emanaba seguridad y podía hacerte llorar o reír con su palabras tan directas. Pero a fin de cuentas esa chica le había prometido su ayuda hacía muchos años atrás y hoy nuevamente volvía hacerlo, definitivamente ella también era una gran amiga a pesar de conocerse tan poco.

…Bill

El ruido de la puerta del jardín lo hace salir de sus pensamientos, se gira para mirar quien ha entrado, un pequeño de cuatro años, de cabello castaño oscuro, de ojos tan brillantes como tan únicos y con una sonrisa cargada de felicidad que esconde una travesura detrás de ella, corre hacia Bill, que se levanta del pasto para caminar hacia Dashev, cuando lo tiene frente lo levanta en vilo y deja un  beso en su rosada mejilla.

— ¿Dónde estabas? —pregunta mientras revuelve el cabello del pequeño que solo ríe.

—Con mi tía Leila, fuimos a ver los animalitos— dice con la voz más dulce que él ha escuchado.

— ¿Te divertiste? — lo pone en el suelo para después tomar su mano y caminar hacia el interior de la casa.

—Sí, me compro un algodón de azúcar de color verde—dice metiendo su manita en el bolsillo de su pantalón para sacar una pequeña bolsa con algo del algodón— guarde un poco para ti— dice tendiéndole la bolsa la cual él recibe sonriendo.

—Hola Leila—saluda dejando un beso en la mejilla de la pelirroja para después acariciar el pequeño vientre de ella.

—Hola Bill— dice sonriéndole, para después estirar la mano para que Dashev la coja— anda pequeño revoltoso hay que lavarte para comer.

—Déjalo yo lo hago… debes estar exhausta.

—Estoy bien Bill, Tom y tú se preocupan demasiado.

—Porque te queremos, amor—Tom entra a la sala, con una caja de piza en sus manos.

—Solo tengo 4 meses aun puedo moverme bien— dice acariciando su vientre—así que ustedes dos pongan la mesa y yo lavo a Dashev.

—Vamos Tía—dice el pequeño al soltarse del agarre de Bill para tomar la mano de la pelirroja y subir las escaleras. — ¡Papa! no te comas el dulce hasta que comamos—dice al ver como Bill introduce la mano en el interior de la bolsa de papel para sacar su contenido, a lo que todos ríen.

— ¿Novedades? — pregunta Tom al ver que Leila y el pequeño han subido al segundo piso.

—No, como siempre es como si se la hubiera tragado la tierra, Tom ¿Dónde podrá estar?

—Tranquilo Bill, ya verás como la encontramos.

—Tom, y —Traga— ¿si Keri no soporto? — dice en un hilo.

— ¡Bill, tú estás loco! —Dice tomándolo por los hombros—Keri está viva, tiene que estar Bill, por ti y por Dashev.

—Gracias Tom, si no fuera por Leila y por ti que han estado con nosotros todos estos años no se qué habría sucedido.

—Todos te queremos y no solo ella y yo, también, Georg, Gustav, Karina, David  y la misma Claire donde quiera que esté de seguro ella está cuidando a Keri, al pequeño y a ti.

—Claire—dice en susurro— hasta en su última exhalación Keri estuvo presente.

—Listo Papá, mi tía ya me lavo—dice llegando hasta donde Bill y Tom, para después levantar sus manitas y que estos comprueben que están limpias.

—También te lavaron la cara— Tom le revuelve el cabello.

—Tenía mucho dulce— dice Leila llegando hasta Tom quien le acaricia el vientre, Todos se sienta a comer, Bill intenta enseñarle al pequeño a cortar la pizza, pero es interrumpido en su lección por Tom quien le dice que es ridículo eso, que la pizza es para comerse con las manos. A lo que Bill se da por vencido y termina por dejar que el pequeño coma con las manos, resultado final, Dashev queda con la carita toda embarrada por la pizza.

—Es tu turno de bañarlo Tom—dice Bill sacando la camiseta de Dashev que también se encuentra sucia.

— ¿Porque yo es tu hijo? — dice ayudando a Bill a desvestir al pequeño.

—Yo me puedo bañar solito, Papá— dice limpiando su carita, con el dorso de su mano.

—Ves si él puede solito— Tom mira al pequeño.

—La última vez que lo hizo él solito, ¿recuerdas el resultado final? — dice poniendo en pie a Dashev sobre la cama.

—Claro tuvimos que llamar alguien para que nos ayudara con el agua.

—Ya no vuelvo a jugar con el agua—Dice sonriendo travieso.

—No te creo mucho—dice entre cerrando sus ojos—así que tu tío Tom te bañara y yo iré a ver a David pero regreso temprano para leerte antes de dormir.

UnendlichkeitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora