Capítulo 5 ☪ "Besos robados"

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SIMÓN ÁLVAREZ

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SIMÓN ÁLVAREZ

Luego de que el idiota de Matteo me dejara con la palabra en la boca la rabia no se hizo esperar para recorrer por todo mi cuerpo junto a las malas influencias que lo acompañaban, y no era bueno escucharlas.

Es que no soportaba su manera de rebajarme ante él, su forma de burlarse de mí como si fuera menos que nada.

Tenía que vengarme de algún modo. Si bien la venganza no era una actitud que me caracterizaba, ahora sería necesaria implementarla. Ya estaba cansado de él y su actitud de "chico fresa".

Me propuse pensar en algo, pero siendo sincero conmigo mismo, no servía para aquello. Pensé y pensé, nada bueno se me ocurría. Necesitaba un milagro, algo que me salvara de esta frustración interna cuando en plena caminata vi a una rubia pasar, pero no a una cualquiera.

Reconocí de inmediato que se trataba de Ámbar. Tal vez ella me podría ayudar, sabía mucho de estas cosas, eso de hacer planes, de venganza, yo que sé.

—Ámbar. —grite para que se detuviera y volteara a verme, cosa que hizo pese al tumulto.

Con una seña de mano le pedí que se quedara dónde estaba y me dirigí hacia ella para hablarle pero no pude ni hacerlo ya que cuando miré por detrás de su cuerpo, entre la gente que se dispersaba, me encontré con una escena entre Luna y Matteo demasiado cerca el uno del otro.

Ya era como una vieja costumbre.

Matteo siempre salía ganando, ahora tiene a Luna rendida a sus pies. ¿Cómo le podía gustar a ella alguien así? Creo que la única que me podía responder esa pregunta era Ámbar. Con una risa ronca acorte la distancia entre ella y yo, estaba por preguntarle eso irónicamente para distraerme, sin embargo me vino una gran o terrible idea a la mente de golpe.

No me tomé el tiempo ni de analizarla, solo seguí mis impulsos, si lo pensaba más de dos veces me acobardaría.

Si él podía besar a Luna. ¿Por qué yo no podía besar a Ámbar?

Antes de arrepentirme coloque una mano tras su cintura, atrayéndola a mi cuerpo, y juntando de golpe nuestras bocas para sin dudarlo dos segundos más, besarla.

Por respuesta su cuerpo entero se tensó, mantuvo los brazos en mi pecho tratando de mantener una distancia coherente entre nosotros, pero eso cambio de un momento a otro dejándome helado cuando sentí movimientos en mis labios. Porque orprendentemente, me empezó a corresponder el besó.

¡Ámbar Smith estaba correspondiendome un beso!

Ella seguía el compás de mis labios como si lo disfrutase tanto como lo estaba disfrutando yo.

Lo sé, era impensable, inimaginable. Me sorprendió demasiado pero no había lugar para mis pensamientos ahora. Solo seguía el ritmo del beso con lentitud, sin apresurar las cosas. Anhelando probar más de su sabor porque lo más probable es que nunca más tuviera esa oportunidad.

➸ ¿Todavía Te Amo? {Mambar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora