Capítulo 25 ☪ "Como si de verdad me amará"

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ÁMBAR SMITH

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ÁMBAR SMITH

Ocultar mi nerviosismo en esta oportunidad no ayudaría en nada. Fingir que no lo necesitaba tampoco.

Siempre me ponía nerviosa antes de patinar en cualquier competencia, así sea una no tan importante pues la presión seguía siendo la misma. Nunca cambiaba. Todos esperaban que ganara y yo tenía que complacerlos; así era esto.

Mis manos comenzaban a temblar golpeando la tela de mi pantalón sin remedio alguno. Aunque antes si había una simple solución. Sólo necesitaba la mano de Matteo aferrándose a la mía. Nada más. Pero ahora todo era diferente, sentía mi mano sola, con frío, tan nerviosa que paraba de temblar.

Ya estaban nombrándome para salir y mis nervios no disminuían. Sentía que me faltaba algo, o más bien, alguien. Me faltaba él a mi costado, agarrando mi mano.

Ah, ¿Por qué justo ahora me tenía que poner a pensar en él? Este era mi oportunidad, mi momento de brillar, mi momento de demostrarle a todos que no lo necesitaba, para al menos convencerme a mí misma de eso así lo necesitará más que a nadie en el mundo.

Respire hondo y me dispuse a comenzar a deslizarme, sin embargo, una vez dentro de la pista, una presión en mi mano hizo que detuviera cualquier tipo de movimiento. Lo sentí junto a mí.

Hubo un corto silencio cuando el calor me recorrió el cuerpo desde la palma de mi mano hasta las venas internas.

Tras un suspiro baje mi vista hacia mi mano y comprendí lo que sucedía. Él estaba ahí, su mano se entrelazaba con mis dedos como antes, como siempre debió ser. Mire sus ojos y el ruido de nuestro entorno regresó.

Esperaba una explicación pero nunca la recibí y tampoco la exigí. Me sentía tan aliviada con su presencia y confundida a la vez, sólo esa mezcla de sentimientos generaba él. Sin duda nunca nadie generaría lo mismo en mí como Matteo Balsano lo hacía.

Me llevó hasta la pista sin decir palabra alguna. ¿Qué quería hacer? ¡Estaba demente! Quería hablar, refutarle tanto como pudiera pero lo evito susurrándome al oído.

—Ahora sólo somos tú y yo, los reyes en la pista. Nadie más.

Siempre con la frase perfecta para hacerme cambiar de opinión.

Pusieron la música y empezamos con la coreografía que ya habíamos planeado antes, pero esta vez había algo diferente, o al menos eso era lo que yo percibía. Estábamos más conectados, podíamos alejarnos por una que otra pirueta pero nuestra mirada se mantenía fija entre los dos. No había poder en el mundo que las separase.

La rutina acabo con nuestras caras rozándose, nos quedamos mirándonos sin importar quienes estuvieran a nuestro alrededor. Me perdí en el color noche de sus ojos: Oscuros pero brillantes. Cómo me gustaba saber que esa mirada me pertenecía a mí, que ya no había nadie más que yo en ella.

➸ ¿Todavía Te Amo? {Mambar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora