Capítulo 1 ☪ "El Beso"

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MATTEO BALSANO

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MATTEO BALSANO

Tanto tiempo lo había esperado, tantas veces lo he deseado. Lo imagine de mil formas distintas a esta en precisión, convencido en lo bien que sentiría al hacerlo; pero todo era tan diferente a lo esperado que desilusionaba el hecho de no sentir esa magia.

Besé a Luna Valente. Hice lo que tanto quise desde que choque con ella esa vez en Cancún y no debía sentirse así, debería estar satisfecho pero era angustia lo que predominaba en mi. Al besarla el peso de una cruz que cargaba en mis hombros se desvaneció, porque al fin logre lo que por meses me propuse hacer. Lo sé, no suena nada romántico pero no me atrevo a mentirme. En realidad no había sentido nada, no había sido especial y la razón parecía ser un enigma.

Se supone que la quería porque ella era tan diferente a todas las otras chicas que perseguía, tenía una esencia deslumbrante que a mí me encantaba particularmente, que llamaba mi atención por sobre las demás. Cada vez que contaba con su compañía podía sentir una chispa dentro de mi cuerpo encenderse como si faltará poco para estallar en llamas y pensaba que se acabaría de prender en el momento que nuestros labios se rozaran. Desgraciadamente no fue así. Ni siquiera una pequeña corriente. Experimentaba el mismo vacío de siempre.

¿Dónde estaban esas famosas "mariposas en el estómago"? No sabría describir con precisión la sensación. Quizá porque nunca en mi vida la he experimentado. Ciertas veces se hizo presente la fogosidad del momento cuando me tocaba probar el sabor de frutilla de aquellos labios que alguna vez me hicieron delirar. Ámbar siempre me había echo volar la cabeza. Sin embargo, soy cociente que hay cosas que nunca vuelven a ser las mismas de antes, personas que cambian y rumbos que toman caminos opuestos para no volverse a cruzar. 

Nunca fuimos almas gemelas, jamás fue suficiente el amor que decíamos tenernos. Eso ahora lo sé.

Pensando en ello, cómo se estará sintiendo o qué malévolo plan estará ingeniando para vengarse la chica de mis tormentos. Conocía el manejo de su mente, allí todo era perfectamente calculado sin un margen de error. Debí haber pensado mejor las cosas antes de actuar, pero no pude, mi impulso va más allá de mi razón. Siempre haciéndome cometer imprudencias.

Poco a poco el calor fue abandonando mi pecho, se alejó, por falta de aire supongo. Baje mi vista por la diferencia de altura que nos distancia y al ver su rostro pude notar como tiernamente se sonrojaba. Me gustaba saber que tenía ese efecto en ella. Sonreí tratando de que calmara su vergüenza y volteamos a ver al público, todos aplaudían, gritaban y nos alababan, menos dos personas en nuestro campo de visión.

No me di cuenta cuando Luna se fue detrás de Simón —su dizque mejor amigo— porque mis ojos se fijaron directamente en la expresión entristecida de mi ex-novia generándome grande confusión. Así que decidí acercarme a ella, que se encontraba al costado de una de sus mejores amigas, Jazmín, y Támara, nuestra entrenadora de patinaje desde hace más de dos años.

➸ ¿Todavía Te Amo? {Mambar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora