Capítulo 23 ☪ "Acusaciones"

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MATTEO BALSANO

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MATTEO BALSANO

Desde que vi el accidente de Perla en la pista sentí cierta incertidumbre por ello y cuando note el nerviosismo de Ámbar al tratarla este solo aumento.

Se me hacía raro la actitud que mantuvo ella lo cual me hizo dudar si en serio estaba preocupada por lo que le había pasado o porque en realidad había tenido la culpa de todo lo que paso.

Me duele más a mi creerla capaz de hacer algo así, pero yo la conozco mejor que nadie y aunque me doliera sabía que sí era capaz de lograr todo lo que se propusiera. Y claro que eso no tiene nada de malo, pero cuando no temes por las consecuencias y te ciega la victoria, lo es definitivamente.

Me decidí a averiguar todo lo que pudiera sobre ese accidente esperando y rogando más que nada que ella no tuviera nada que ver. Así que me ofrecí a acompañar a Perla al igual que Simón lo hizo, dudo que con las mismas intenciones que yo. Tratamos de cuidarla hasta que vino un doctor que llamó personalmente Támara para que la revisara y nos pidió a los dos que saliéramos para dejarlo hacer su trabajo tranquilo.

Simón se fue después de seguro a seguir con su trabajo, supongo, yo me quedé. Todavía no había conseguido hablar con Perla y necesitaba que me explique detalladamente lo que le ocurrió para descartar totalmente de culpable a Ámbar.

Por más que la parte razonable de mi cerebro me dijera que debía dudar de su inocencia los sentimientos que sentía hacia ella me incapacitaban a culparla. Al menos no hasta que lo confirmará.

Y casi debió de ser una señal divina o mera casualidad por la que intentando tocar la puerta llegue a escuchar parte de lo que parecía ser una conversación privada entre Perla y Támara.

—Lo siento mucho, Perla, pero si no tenés pruebas contundentes yo no puedo hacer nada al respecto. —escuché la voz de Támara sonando más firme de lo usual.

—Te digo que fue Ámbar, es muy obvio. —casi gritó al hablar mientras que yo solo me apegué más a la puerta cuando menciono su nombre— Ella me aconsejo que practicara esas piruetas nuevas y me dijo que traería mis patines. Luego le mando a otra persona que me las entregará con las ruedas ajustadas para que me lesionara y así no habría manera de culparla a ella.

—¿Entendés que esta es una acusación muy grave? No podés ir simplemente acusando a le gente sin pruebas. Siento muchísimo que te hayas lastimado justo a unos días de la competencia pero ahora no se puede hacer nada buscando culpables. Los accidentes pasan, y sí, digo accidente porque revisamos tus patines y las ruedas no estaban ajustadas apropósito sólo estaban algo desgastadas. Lo que no significa que sea culpa de Ámbar tu lesión porque te haya propuesto hacer ese paso.

Termine de escuchar la conversación, insatisfecho con lo que había conseguido. Porque para mí eso bastaba para saber que Ámbar había planeado todo lo del accidente. No necesitaba pruebas como Támara para confirmarlo, la conocía lo suficiente como para saber que era capaz de eso y mucho más. Sin embargo esta vez no se lo iba permitir. Tenía que hacerla entender que con esas actitudes no iba a llegar a ningún lado. De alguna manera lo haría. Sabía que este momento no era el más indicado, después de dedicarle una canción que vislumbraba mis sentimientos y en el estado que me encontraba con ganas de romper todo a mi paso. Pero no me pare a pensarlo, nunca lo hacía y tal vez ese era mi mayor error.

➸ ¿Todavía Te Amo? {Mambar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora