El Internado.

CAPITULO 19.

JACOB.

Hoy es sábado, y no tengo ganas de levantarme, solo de pensar en Samanta me deprimo, solo de pensar que podría morir...

- Jacob, levanta te, tienes que entrenar a Samanta.

- Es por la tarde Alex.

- Te equivocas, Damián me ha dicho que tiene que ocuparse de algunas cosas importantes y que no va a poder entrenar a Samanta.

- ¿Qué cosas importantes?

- No lose, no me lo ha dicho.

-¿Has preguntado?

- No.

-¿Por qué?

- Porque no me importa lo que haga Damián, deja de hacer preguntas y levanta te.

- No quiero levantarme.

- Te lo voy a repetir porque parece que no te has enterado - Alex se acerca a mí, se acerca a mi oído...- TIENES QUE ENTRENAR A SAMANTA. - me grita, Alex me acaba de gritar en mi oído, me levanto de la cama y el ya no esta en la habitación, me pongo la ropa tranquilamente y salgo corriendo de nuestra habitación, veo a Alex lejos, se va directo al jardín, se a donde va, cojo un atajo que yo solo sé...

He llegado antes que el, me escondo y espero, llega corriendo mirando atrás por si me ve, pero por supuesto que no me ve no soy tan tonto, Alex tampoco ve un árbol que tiene delante, como iba a tanta velocidad se estrella contra el árbol y se cae al suelo, yo me río a carcajadas, el se levanta y me mira.

- Supongo que ya he tenido mi merecido ¿no?, encima te he hecho reír.

-Si ... ya ... has ... tenido ... lo ... tuyo ... el ... árbol ... te ... lo ... ha ... dado ...

- Ja ja, que gracioso.

- ¿A qué si? Jajajaja.

- No, bueno tienes que entrenar a Samanta osea que...

- Que gracioso.

-¿A qué si? Jajajaja - me imita.

SAMANTA.

- Andrea, ¿Qué haces?

- Poner está habitación como la otra, esta es horrible.

- Ya te dije que pronto arreglaran la habitación y podremos ir otra vez.

- Ya, la de Alex y tu hermano ya está arreglada.

- Porque su habitación no había tenido tantos daños como la nuestra.

- Ya...

Toc toc.

- ¿Quién?

- Tu querido hermano.

- Andrea me voy a entrenar, adiós y no hagas más cosas en la habitación.

- Me aburro.

- PUES COMPRA TE UN BURRO - le grita Jacob a Andrea.

- QUE GRACIOSO. - le contesta Andrea.

- YA LO... - le corto.

- Adiós Andrea.

- Adiós Samanta.

Cierro la puerta y vamos al gimnasio, en silencio. Jacob me manda a dar 50 vueltas, y después 50 flexiones y 50 abdominales, cuando término me da agua y sangre, me bebo las dos botellas enteras.

- Hay que empezar a conocer tus dones.

- Si.

- ¿Has sentido algunas vez algo extraño en tu cuerpo que no fuera normal que pasará?

- Ahora que lo pienso, si, una vez estaba en el parque estudiando y escuche a una chica decir que era muy rara por estudiar en el parque y además sola, pensaba que se lo estaba diciendo a alguna amiga suya pero, cuando mire estaba ella sola, entonces yo le dije que más rara era ella por estar hablando sola, pero entonces me dijo que ella eso no lo había dicho sino que lo había pensado, entonces ella corrió, corrió de mí, me tenía miedo, me senté pensando el porque pude hacer eso, pero pensé que era mejor no contárselo a nadie, puesto que me iban a llamar loca.

- ¿Te pasó más veces?

- No.

- Puedes leer la mente de los demás.

- Pero no lo pude hacer más veces.

- Ese día, en ese momento ¿cuál era tu estado de ánimo?

- Estaba concentrada, tenía que sacar un 10, porque sino me quedaba esa materia.

- ¿Era la primera vez que estabas tan concentrada?

- Si.

- Entonces fue la primera vez que estabas tan concentrada, ¿no?

- Si.

- Intenta concentrarte como ese día.

- Vale.

- Pensaré mi color favorito.

- Vale.

Ese día recuerdo que en ese momento sentía como si solo estuviera yo y mi libro hoy en cambio debo sentir que solo estoy yo y Jacob, me concentro.

Lo que escucho de los pensamientos de Jacob, me deja atónita.

Me ha estado mintiendo todo este tiempo.

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HASTA EL PRÓXIMO DOMINGO.

OS QUIERO💞.