Segunda reunión con el Rey

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Liliandil se arregló rápidamente para ir con la Reina y que la ayudara a comprar nuevos vestidos, le había llegado una carta que decía que tenía que usar uno especialmente lindo para una ocasión algo especial y practicar su reverencia. Sabía que tenía que ir a ver al Rey, no sabía porqué. Corrió a la biblioteca donde estaba la Reina buscando un libro. Se veía muy tranquila sin ningún rastro de planear salir de la biblioteca a esa hora o ese día. Cuando llegó Liliandil le dedicó una sonrisa y la saludó con la mano desde lejos, después continuó buscando. Liliandil se acercó y miró los libros por un rato

- Necesito ayuda, no sé que vestido ponerme o escoger, no se que color y no sé que peinado
-Tendrás que hacerlo sola, te he enseñado todo por meses y es hora de que te pruebes a ti misma que estas lista para esto.
-Pero¿ y si confundo el vestido formal con el casual?
-No lo harás, confío en ti.

Liliandil se fue después de platicar un rato con la Reina, estaba nerviosa y fue a escoger su vestido. Había miles de telas de diferentes colores y texturas, todo lo que le había dicho la Reina empezaba a darle vueltas y se confundía, no estaba segura cual era para cada ocasión y las que estaban ayudándola tampoco sabían mucho del asunto. Para lograr esto primero tenía que ordenar su mente, ahora se preguntaba porque no había anotado lo que le decían todo sería más fácil de esa manera. Después de varias horas y montañas de telas, encontró dos telas de color azul en diferentes tonalidades que cumplían los requisitos que venían en la carta. Tardó al rededor de 2 horas para decidir el diseño que debía tener el vestido y que telas iban en donde, quedaba poco y aún tenía que peinarse y conseguir zapatos. Salió corriendo hacia su habitación en cuanto el vestido estuvo terminado.

Se dio un rápido baño y se vistió lo más rápido que pudo, escogió las primeras botas que encontró porque el vestido le cubría los pies y se sentó frente al espejo, se cepilló el cabello y escogió algunas flores blancas para adornarlo. Odiaba tener que peinarse porque tenía que tener en cuenta que su tiara de princesa iba sostenida en el cabello. Se tardó mas peinándose que en nada más, cuando terminó ya casi era la hora de irse. Se levantó y salió corriendo hacia el salón donde se reunía el consejo privado del Rey. A la mitad del camino chocó con un guardia y se le desacomodó el peinado.

Cuando llegó a la puerta la Reina estaba ahí platicando con un un guardia como si la estuviera esperando. Liliandil calmó su respiración y se acercó a ella. Hizo una reverencia lo mejor que pudo y se acomodó el vestido. La Reina sonrió e hizo un gesto con la cabeza en forma de saludo.

-Tu peinado esta un poco desordenado, déjame ayudarte con eso. Es una ocasión importante.
-¿Qué tan importante?- dijo Liliandil impaciente y nerviosa.
-Es de tu relación con mi hijo, tienes que tener una voz calmada cuando hables con mi esposo.
-Intentaré, Su Majestad.- dijo Lilandil con un tono más calmado
-Así está mejor. Entraré yo primero porque quiero decirle algo, no te preocupes no tiene que ver con este tema. Un guardia te avisará cuando puedas entrar, recuerda todo lo que te enseñé.- La Reina sonrió y los guardias le abrieron la puerta, dentro había una mesa no muy larga y el Rey Thranduil estaba sentado en la cabecera.

Liliandil se preguntaba si era tan serio y frío con su esposa así que decidió espiar por una pequeña rendija en la puerta, a los guardias no pareció molestarles. Thranduil sonrió al ver a su esposa acercarse, se levantó la abrazó y luego se besaron. La Reina acarició la mejilla de su marido y le puso los brazos al rededor del cuello mientras hablaban de algo, Liliandil no alcanzaba a escuchar qué pero él asintió con una amplia sonrisa y luego volvió a besar a la Reina. Liliandil se alejó de la rendija, no pensó que Thranduil fuera así en su vida personal pero le pareció tan raro que decidió no volver a espiar.

Unos minutos después, un guardia la mandó a llamar, otra vez se sintió nerviosa por lo que el Rey quisiera decirle, esperaba que fuera esa persona que había visto pero sabía que no sería así. Cuando entro ambos estaban de pie. El Rey estaba serio otra vez y la veía como si analizara cada movimiento que hacía, Liliandil hizo la reverencia correctamente.

- Su Majestad, ¿porqué desea verme?- preguntó con una voz calmada aunque por dentro era un manojo de nervios
-Quería hablarte de la relación que tienes con mi hijo. Mi esposa me ha dicho que has mejorado tu comportamiento y que te ha enseñado varias cosas necesarias para casarte con un príncipe.
-Así es, Alteza.
-Hoy era una prueba, la has pasado. Sigue sin convencerme mucho la elección de Legolas pero tienes mi bendición para casarte con él cuando ustedes decidan. Tendrás que aprender mucho más, dentro de unos meses mi esposa y yo iremos a Rivendell a la celebración de las cosechas, ustedes se harán cargo del Reino durante nuestra ausencia. Mi hijo ya sabe esto.
-Muchas gracias por la bendición y le prometo que no lo decepcionaré, Su Majestad.
-Eso espero, Liliandil. Es todo, puedes retirarte.

Hizo una reverencia y salió lo más rápido que pudo. Escuchó las puertas cerrarse tras ella y por un momento pensó en espiar por la rendija para escuchar que decían pero pensandolo bien, lo mejor era solo irse. No podía dejar de pensar en el día que tuvieran que encargarse de todo Legolas y ella, el solo pensarlo hacía que e le revolviera el estomago de los nervios y que le temblaran las piernas. Se puso la pijama y se tiró en su cama a ver el techo que también estaba decorado con hojas. Mañana tenía que hablar con Legolas de esto, también tenía que recordar llevar una libreta a sus lecciones con la Reina, de otra manera lo arruinaría todo. Después de pensar en todo lo que tendría que hacer les escribió una carta a sus hermanos. Se fue a dormir tarde algo preocupada pero estaba demasiado cansada como para quedarse despierta a pensar.

NOTA DE LA AUTORA:
He vuelto y ahora todo volverá a la normalidad, una disculpa por el enorme retraso, mi escritura se trabó por un tiempo pero ha vuelto para quedarse.
Espero que disfruten este capítulo tanto como los anteriores
Los quiero
-Mariana Pace ❤️

El  amor de LegolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora